El Aborto
Enviado por extremix • 22 de Septiembre de 2013 • 312 Palabras (2 Páginas) • 226 Visitas
EL PROBLEMA MORAL DEL ABORTO
Históricamente, las actitudes sobre el aborto y el estado moral de
un feto han fluctuado. Aristóteles acepta el aborto al escribir que
“En lo que se refiere al matar o criar los hijos, la ley debe prohibir
que se críe cosa alguna tarada o monstruosa, pero si uno tiene
muchos hijos, no por ello los ha de matar y para vitarlo conviene
que la ley ponga un término en el número de hijos y si alguien
excediese las tasa de éstos se ha de procurar que los expulsen del
vientre antes de que tengan vida y sentido, pues el que esto sea
lícito o no, lo decide el sentido y la vida”. (Política, 7:16). El
Juramento de Hipócrates -(460-377 a.c. médico griego) - declara
"No administraré veneno alguno, aunque se me inste y requiera al
efecto; tampoco daré abortivos a las mujeres." El Talmud judío,
compilado alrededor del 600 dc, sostiene que "un embrión es un
miembro de su madre" [Hulin 58a] y durante los primeros cuarenta
días después de la concepción, el embrión es "simplemente agua"
[Yevamot 69b]. La vida de un feto es de igual importancia que la
de la madre sólo "una vez que su cabeza ha surgido (de su cuerpo)"
[Mishna Oholot 7:6]. Los teólogos medievales dirigen la pregunta
al estado moral de un feto examinando si el feto tiene una alma
humana. Aquino sostuvo que el feto adquiere una alma humana
sólo gradualmente, y en las fases tempranas de embarazo no es
técnicamente humano. La posición de Aquino se llama
hilemorfismo, es decir, que el alma humana sólo puede existir en
un cuerpo distintivamente humano. Por ejemplo, una silla de
madera no puede tener una alma humana. Dios, entonces, no
implanta el alma humana en un feto hasta que toma una forma
humana. Aquino creyó que esto pasa a aproximadamente 40 días
después de la concepción en los varones y 80 días para las mujeres.
Durante el Renacimiento y el periodo moderno, los filósofos no
discutieron el tema de aborto en detalle
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