El Agua

El agua es un recurso natural indispensable para la vida en nuestro planeta, pero no es la suficiente para cubrir las necesidades que actualmente demanda la humanidad.

Es el hidratante de la mayoría de las sustancias: permite la preparación y digestión de los alimentos y la eliminación de toxinas en nuestro cuerpo, la empleamos para lavar la ropa, los trastes, para los procesos industriales, en fin…la empleamos siempre en la vida diaria.

Los ecosistemas y la biodiversidad dependen de la calidad y cantidad de este líquido, por lo que crea una enorme preocupación acerca del cuidado de su pureza y uso racional.

El crecimiento demográfico ha provocado que el abasto de agua a partir de fuentes naturales no sea el suficiente para satisfacer las necesidades de los seres vivos. En diversas partes del país se arrojan desechos tóxicos en ríos, lagos, mares, lo cual provoca que éstos se contaminen.

Los países en desarrollo realizan el tratamiento de 20% de aguas negras, mediante una sedimentación primaria para eliminar los residuos más grandes, posteriormente se adicionan hidróxido de calcio Ca (OH)2 y sulfato de aluminio Al2 (SO4)3 para arrancar las partículas grandes y bacterias en suspensión. Después se realiza un proceso secundario en donde se emplea el oxígeno, quedando varios iones disueltos y bacterias. Finalmente, por cloración se elimina la mayor parte de las bacterias, quedando algunas que son de poco riesgo para la salud de la población.

La escasez de este recurso amenaza la producción de alimentos, obstaculiza el desarrollo industrial y económico, así como también deteriora el medio ambiente y en consecuencia, pone en riesgo la existencia de la vida.

La contaminación por basura produce el incremento de toneladas de fósforo y nitrógeno, lo que provoca la reducción drástica de las especies animales y vegetales en distintas zonas, ya que se multiplica el crecimiento de macro algas con la turbidez de sus aguas. Al igual, con dicha polución, se presenta la erosión de los bosques lacustres.

La solubilidad es una medida de la capacidad de disolverse una determinada sustancia (soluto) en un determinado medio (solvente); implícitamente se corresponde con la máxima cantidad de soluto disuelto en una dada cantidad de solvente a una temperatura fija y en dicho caso se establece que la solución está saturada. Su concentración puede expresarse en moles por litro, en gramos por litro, o también en porcentaje de soluto (m(g)/100 mL) . El método para hacer que el soluto se disuelva en esta clase de soluciones es calentar la muestra y enfriar hasta temperatura ambiente (normalmente 25 C). En algunas condiciones la solubilidad se puede sobrepasar de ese máximo y pasan a denominarse como 'soluciones sobresaturadas'.

No todas las sustancias se disuelven en un mismo solvente. Por ejemplo, en el agua, se disuelve el alcohol y la sal, en tanto que el aceite y la gasolina no se disuelven. En la solubilidad, el carácter polar o apolar de la sustancia influye mucho, ya que, debido a este carácter,

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