El Bien Ser Y Hacerlo Bien
Enviado por Andresassassin • 17 de Febrero de 2015 • 2.620 Palabras (11 Páginas) • 303 Visitas
INTRODUCCIÓN
Carlos Kasuga Osaka es un empresario mexicano que preside al Consejo Directivo Yakult, una empresa de gran renombre en México y en el mundo, y que se dedica a la elaboración de productos lácteos fermentados, por lo cual, es sumamente reconocida precisamente gracias a sus productos que son benéficos para el organismo humano.
Es hijo de inmigrantes japoneses que llegaron a México en la década de los 30’s y que posteriormente sería crucial en la vida de Carlos para decidiera y visualizara que su empresa Yakult Honsha Co. Ltd., fuese traída a México.
Es reconocido en todo el mundo por sus charlas, conferencias y ponencias a grandes empresarios y jóvenes, en las que trata sobre diversos tópicos como motivación, la calidad y productividad japonesa, liderazgo; pero sobre todo, por los temas que toca en relación a los valores, y la manera de pensar en general como sociedad mexicana, que es lo que se requiere hoy en día en la práctica cotidiana de los valores, como son las relaciones interpersonales en relación a estos valores y cuáles son los principios que nos rigen de manera personal.
A lo largo de este trabajo se tratará principalmente de reconocer los puntos críticos sobre los valores de los que este gran empresario hace mención, y que a la par, reconocer cuantas analogías en relación su discurso, existen y se encuentran latentes en la sociedad mexicana pero en la forma de problemáticas que afectan a cada individuo que forman parte de la misma.
También, se podrá establecer que es lo que se debe reforzar como sociedad de valores y que necesitamos para crecer, erradicar muchas de las calamidades de las que sufrimos hoy en día, y enfrentarlas como una unión, como un equipo de trabajo que es propiamente de lo que se propone por el Sr. Osaka.
DESARROLLO
Los procesos de desarrollo a nivel mundial como la globalización y el Neoliberalismo, así como la aparición de la sociedad tecnológica y de la información que ha crecido en los últimos años de manera exponencial, han logrado traer consigo cambios que no solamente inciden en la tecnología que usamos para desarrollar nuestras actividades laborales, académicas, recreativas, etcétera, sino en la estructura y las bases de la sociedad, y esto no se refiere precisamente a un determinado sistema preponderante en una cierta sociedad preestablecida y delimitada territorialmente, sino a los valores que se tienen y que han sido producto precisamente de esto ya mencionado. Muestra de esto es el surgimiento de sistemas de valores y principios que hace apenas algunas décadas no se tenía ni idea sobre su existencia, ni mucho menos, la forma es que van aplicados a la vida cotidiana de las personas, pues como se sabe a toda acción hay una reacción, y por ello, con el descubrimiento y mejor dicho, reconocimiento de estos preceptos, también se ha detectado que hay fenómenos implícitos en la sociedad que nos afectan y que quizá, en ocasiones es difícil reconocerlos y discernir sobre ellos en relación a otros fenómenos de igual carácter.
Con esto quiero decir que fenómenos como por ejemplo el bullying, del cual anteriormente no se tenía una idea formal del concepto, pero que ya estaba presente en las relaciones humanas, han sido popularizados y conceptualizados formalmente dentro de las disciplinas científicas a través de este crecimiento que se mencionaba atrás; y es de esta manera, que surgen o se retoman valores que ya existían pero que probablemente no se les dió la suficiente importancia para evitar éste tipo de fenómenos que hoy en día podrían ser catalogados como problemas sociales en gran proporción.
Vivimos en una realidad social en la que los valores o preceptos fundamentales que deben estar presentes sin excusa alguna en una sociedad, se han perdido y que en muchas de las organizaciones e instituciones no se están fomentado, de manera que cada miembro éstas, no tiene bien presentes dichos preceptos a la hora de cumplir con un fin o acción social.
Carlos Kasuga Osaka menciona que hay que formar y conformar dentro de una organización hombres de calidad total, en la que exista una correcta comunicación e interacción entre la gestión y las personas. Para ello se necesitan seguir cuatro pasos:
I. El bien ser: el ser puntuales, el ser honestos, el ser disciplinados, trabajadores y del ser cariñoso.
II. El bien hacer: Todo lo que hagas, hazlo bien. Aquella persona que da más de lo que recibe podrá estar de acuerdo a lo que dice el tercer punto.
III. El bien estar: Sinónimo de felicidad, y consiste en dar lo mejor de sí mismo a las demás personas.
IV. El bien tener: No buscar el bien tener rápidamente si no se ha tenido el bien estar.
Según Osaka, el primer paso es el más importante y preponderante sobre los demás, ya que las personas deben aspirar a realizar cualquier actividad en la manera que es correcta, y no sólo aspirar, sino llevarlo a cabo y aplicarlo en cada situación o circunstancia de la vida en la que simplemente nos interesan más los resultados, que la buena ejecución de la misma.
Un ejemplo claro de esto es la educación en nuestro país, pues se ha creado una imagen de conformismo en el que es más importante el acreditar una asignatura, que el aprender de la misma, es decir, que la ciudadanía no se preocupa por evaluar sus propios conocimientos y decir a consciencia misma si son merecedores de una calificación aprobatoria porque sus conocimientos de la materia son los suficientes o los requeridos para que esto suceda; sin embargo, no es así y mucho tiene esto que ver con que los valores se han perdido gracias a ciertas normas de conducta, más específicamente, instituciones sociales como los medios masivos de comunicación que distorsionan y alteran estos valores por medio de sus plataformas, provocando una imagen de que sólo se puede obtener el “bien tener” por medio de antivalores y prácticas que afectan a los demás y a sus derechos.
Habla de la limpieza como una virtud, en vista de que ahí se derivan múltiples prácticas en la que están involucrados directamente los valores, es una cimentación en la que se debe ambientar a las personas desde muy temprana edad, para enseñarles la importancia de aplicar dicha virtud a todos los contextos en el que este se encuentre y obtener un ambiente sano para convivir.
El ejemplo es la única forma de influir en los demás a que emulen las buenas acciones, acciones ejemplares que tengan como finalidad la enseñanza de que la importancia de los valores radica eminentemente en la práctica de los mismos, que de nada sirve tener presente en que consiste tal o cual valor, sino somos capaces de llevarlo a cabo y sobre todo, invitar a
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