El Boligrafo

Su invento hacia el siglo XIX supuso una simple y cómoda evolución de la clásica pluma puesto que su función era prácticamente la misma, es decir, su invento ha sido una evolución estética y de los materiales utilizados.

Como los seres humanos, hay bolígrafos de muchos tipos y colores. Pero los bolígrafos dan una lección de factor humanitario a los seres humanos muy grande puesto que esta simple herramienta no entiende de culturas, razas, idiomas, lenguaje, inteligencia.

Un bolígrafo no transmite nada en si mismo, Físicamente es una prolongación de nuestra mente y pensamientos con ayuda de la mano, es decir, de una forma abstracta el bolígrafo es el encargado de escribir el trabajo de nuestra mente.

A grandes escritores los han concedido premios valiosos, pero que pasa con el mérito que corresponde al bolígrafo? El bolígrafo es el ayudante más utilizado por todo individuo que escribe cualquier texto. Esta herramienta sencilla, incluyendo su antepasado “la pluma”, tendrían que ser reconocidos por su trabajo o al menos por su función.

Un bolígrafo no es un simple material inerte. La vitalidad de este objeto ha sido empleada desde los egipcios hasta ahora. Me refiero al elemento que queda por siempre jamás, es decir, que si no se destruye dura para toda la eternidad; este elemento de que hablo es la tinta, utilizada para escribir ya sea con bolígrafos o con plumas. Su composición química o natural con los avances técnicos ha sido modificada pero la función continúa siendo la misma que hace más de treinta siglos: la mente, y se complementa con la estructura material que puede ser el significado del cuerpo humano. El bolígrafo no conoce qué es la cultura, el racismo, el amor, las lenguas... Es, por lo tanto, el elemento de expresión humana más neutro que puede existir.

Un bolígrafo puede ser el creador de textos como este. Son elementos con que representamos la vida de las personas: se “crean”, “viven”, y “mueren”.

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