El Cholo Del Cuerito De Venado
Enviado por Amaranta__40 • 17 de Agosto de 2013 • 717 Palabras (3 Páginas) • 1.224 Visitas
eDemetrio Aguilera Malta:El cholo del cuerito de venado
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La primera vez fue en el mar. Claro. Como que él era pescador...
La había ensartado. De canoa a canoa. Rápido la había apretado contra su cuerpo, y la había besado. Por más que ella protestara.
—No, desgraciao. No...
Y él estrechándola más. Haciéndola sentir la fiebre de su cuerpo. Dominándola.
—Sí. ¿Sabes vos? Si. Porque me has fregao. Porque me he enamorao e ti. Porque tienes que ser mía...
El mar parecía ayudarles. Daba vaivén de hamaca a las canoas. Temblaba con un temblor polícromo de olas...
No. Desgraciao. No...
La canoa tuvo agitación de correntada. Los vestidos saltaron, tal que lisas cabezonas. Y los cuerpos florecieron. Arriba el sol -como una raya de oro- clavó sus dientes rubios en las carnes brincadoras...
Y fue...
Sobre ella y sobre el mar. En el tálamo verde de las aguas. Ante los mangles enormes -bufeos encadenados a las islas-. Arropados con brisa y con horizonte.
Fue...
Después -final de marea- él, Nemesio Melgar, Chachito, como lo llamaban, habló.
—La primera y la última...
Los mangles se hundían en empuje de aguaje. Los roncadores callaban. Los ostiones pudorosos, vestíanse en las ñangas, con encajes de espuma. Hacía frío.
—La primera y la última...
Y explicó.
Claro. Él quería que todo fuera así.
Tal que un sueño. La cosa rápida. Violenta: el relámpago!... ...Odiaba la maldita vida, siempre igual. No le gustaba la casa, ni la comida, ni la mujer de todos los días. Quería cambiar. Cambiar siempre... Sugirió.
—Tú debes hacer lo mismo. Todo el mundo aquí te quiere. Puedes cambiar de hombre como e calzón.
La chola -la negra dura y vibrante como una canoa de pechiche- lo miró.
—No. ¿Sabes? Me has fregao. Pues bien, o contigo o con nadie. ¿qué la primera y la última? Está bien... ...Si quieres lárgate. Yo siempre te esperaré. Yo siempre te seré fiel como el cuerito e venao... Como el cuerito e venao que te espera bajo el tordo para que tu lo cubras... para que tu lo calientes...
Con la Nica -hembra recia de espaldas musculosas y de muslos de cepo. Una mujer que lo hizo gritar...
Era en una balandra, cerca del mar, y al fin... Tirados sobre las cuadernas nudosas. Más potente que siempre y que nunca.
—Caray, que tienes fuerza...
—Claro. El verde y la lisa no me falta nunca.
—Ahá.
Nemesio Melgar -Chachito como lo llamaban- no podía ya.
—Bueno pues.
—¿Qué?
—No. todavía no.
—¿Qué?
¡Ah! cómo le brincaba la frase azul de la Nerea... “Como un cuerito de venao”.
...