El Ciclismo Para La Vida

1. Es bueno para tu cuerpo

Es sabido que el ejercicio físico moderado ayuda a prevenir enfermedades del corazón y respiratorias, reduce considerablemente el colesterol y previene de dolores musculares. Nada es más cierto en el caso de la bicicleta: hace unos años, el profesor alemán Ingo Froboese, de la Deutsche Sporthochschule de Colonia, explicaba tras un extenso estudio pionero que este deporte reduce la presión arterial y mejora el ritmo cardíaco; pedalear sólo diez minutos al día puede rebajar hasta en un 50% los riesgos de infarto, y este ejercicio contribuye también a reducir la grasa corporal, reduciendo por un lado los riesgos vasculares y los problemas derivados del sobrepeso, y ayudando a quien lo hace a mantener una mejor silueta. Por si fuera poco, está comprobado que adoptar una posición correcta sobre el sillín fortalece los músculos de la espalda y hace a ésta menos propensa a sufrir dolores y contracturas, algo que está a la orden del día en los actuales trabajos de oficina.

Circular en bici mejora rápidamente la capacidad pulmonar del ciclista, lo hace más resistente y fortalece los huesos. Eso si, para iniciarse es conveniente hacerlo poco a poco, porque pedalear no deja de ser una actividad física de cierta entidad, y no hay nada peor para aficionarse que un primer día demasiado intenso que le deje a uno las piernas molidas…

2. Es bueno para tu mente

Y por varias razones. Por una parte, pocas cosas pueden igualar la satisfacción personal que siente un ciclista cuando consigue terminar un recorrido que ha preparado con mimo, o cuando logra ascender una montaña de especial dificultad. Por otra, pedalear permite estar en contacto con uno mismo y con los propios pensamientos durante un buen rato, libre de distracciones. Hay quien dice que montar en bici se parece a la meditación por la capacidad de introspección que permite este deporte.

Expertos como el psiquiatra Víctor Navarro, de la Universidad de Barcelona, han relacionado el ejercicio físico con la mejoría de pacientes con depresión moderada o leve. En este sentido, pedalear, como cualquier otro deporte, libera endorfinas y neutrotransmisores en el cerebro que hacen sentirse mejor a quien lo practica.

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