El Consumismo es una actitud de las personas
LuliiTroncaInforme26 de Marzo de 2016
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Introducción
“La felicidad del hombre moderno: mirar los escaparates y comprar todo aquello que puede permitirse, en contante o a plazos.”
Erich Fromm, El arte de amar, 1956
El Consumismo es una actitud de las personas, el cual consiste en la acumulación de bienes materiales no esenciales, o consumo descontrolado.
La adquisición de bienes de consumo es algo necesario para la vida del hombre y su subsistencia. Además, una fuente generadora de empleos. Pero, en los últimos 50 años, se ha incrementado de modo tal que se ha vuelto perjudicial para la sociedad, dado que al depositar la persona su felicidad en la compra de bienes materiales entra en un círculo vicioso, en el cual si no compras, no puedes seguir adelante, y si no tienes para comprar debes buscar la forma de poder hacerlo sea cual sea la consecuencia. Aunque para aquellos que están metidos en el consumismo los gastos jamás son innecesarios y lo único que hacen es buscar su felicidad, esta adicción a las compras que puede llevar a un quiebre económico, entre otras consecuencias, nos genera varias interrogantes: ¿El consumismo puede llegar a producir trastornos psicológicos en las personas? ¿Hubo algún momento específico que dio comienzo al mismo? ¿Genera una gran adicción en la persona? ¿Se necesita todo lo que se consume? ¿Genera Discriminación? ¿El ser consumista implica que la persona se vuelva individualista? A lo largo una persona consumista ¿Genera desequilibrio en toda su vida? ¿El daño más importante de la problemática es a nivel económico? ¿La persona consumista admite su problema? y ¿Cómo la afecta económicamente?
Lo escrito anteriormente nos lleva a una afirmación que durante el progreso de la investigación buscaremos comprobar: “El sistema consumista afecta a las personas damnificándolas realizando cambios en lo cotidiano”
A continuación durante el desarrollo del trabajo hablaremos sobre los perfiles del mismo: Primero Histórico/Estructural, Segundo Social y Tercero Económico.
Capítulo I: Perfil Histórico/Psicológico/Estructural.
El consumismo es la acción desenfrenada de adquirir bienes y/o servicios sin que realmente los necesitemos, sino que dándole al proceso de adquisición en sí mismo un valor, ya sea de status, como un proceso que calme la ansiedad, o un sustituto para alguna falencia personal. Se diferencia con el consumo común en que este último se refiere solamente a la adquisición de bienes y servicios, mientras que el consumismo admite un impulso incontrolable para hacerlo.
¿El consumismo puede llegar a producir trastornos psicológicos en las personas? La adicción a las compras o síndrome de la compra compulsiva es un trastorno psicológico que si no es tratado con tiempo, puede causar graves problemas económicos. Los adictos a la compra reconocen ver televisión en una proporción que duplica a la de la población no afectada por la compra compulsiva. De esta manera, el trastorno suele iniciarse alrededor de los dieciocho años; no obstante, los afectados no buscan tratamiento hasta la tercera o cuarta década de la vida, y generalmente lo hacen porque han llegado a tener graves problemas financieros. En los peores casos, comporta complicaciones legales debido a las enormes deudas contraídas. Los compradores compulsivos suelen comprar a crédito y tener varias tarjetas de crédito. En la mayor parte de los casos los objetos adquiridos mediante la compra patológica son destinados a regalos, colecciones o a la basura, precisamente por su carácter caprichoso, momentáneo e innecesario. En el articulo “La compra compulsiva: quién la padece y por qué” de la página web Psicoactiva.com, La Psicóloga/Autora Laura Romero afirma ésta patología producida por el consumismo.[1]
Un mal endeudamiento ocasiona trastornos al consumidor afectando los ámbitos financiero, familiar y social, siendo sus principales características la pérdida de control personal y el deterioro de sus relaciones sociales y familiares. El sobreendeudamiento demuestra estar relacionado con una falta de conciencia en términos económicos, lo que en otras palabras se conoce como irracionalidad económica; que consiste en excusas de desconocimiento de normas y ausencia de información. En esa medida se llevan a cabo malas prácticas económicas y financieras, tanto por las entidades bancarias como por sus clientes; estos usos ocasionan deudas impagables. Algunos expertos en el tema, consideran que la irracionalidad económica es un problema psicológico de los consumidores, que obedece a la sociedad de consumo del actual sistema capitalista. De esta forma el consumo va acompañado de una adicción irreflexiva. En el artículo “Asuntos económicos y monetarios / Salud pública” de la página web El parlamento Europeo afirma que el endeudamiento puede dañar la salud mental de las personas.[2]
¿Hubo un momento específico que dio comienzo al consumismo? El consumismo surge como consecuencia del capitalismo y se afirma luego de la Segunda Guerra Mundial. La llamada sociedad de consumo aparece como consecuencia de la producción en masa a través de los medios de producción capitalistas, algo que acabó por revelar a los capitalistas de la época que con el progreso tecnológico y los nuevos modos de producción industrial era más fácil fabricar los productos que venderlos, por lo que el esfuerzo empresarial se desplazó hacia su comercialización. Concretamente, este giro del sistema económico hacia su vertiente más comercial, se produjo a partir de la Segunda Guerra Mundial, en la década de los 50, cuando la producción cobró una gran importancia, contribuyendo así a aumentar las necesidades de dar salida en el mercado a los productos generados y, entre otras consecuencias, supuso el origen de la publicidad tal y como la conocemos hoy, porque las exigencias del propio desarrollo capitalista condujeron a una situación en la que la demanda del consumidor debía ser a la vez estimulada y orientada, en un mercado en constante expansión y transformación cualitativas internas, como consecuencia del cambio estructural del primitivo capitalismo de producción a lo que podemos llamar la sociedad consumista-capitalista. En su trabajo de investigación “La sociedad de consumo: origen y características" Carrasco Rosa Ana afirma esto. [3]
El consumismo ¿Genera adicción en las personas? El consumismo genera placer en las personas compulsivas que están inmersas dentro del sistema pero a su vez sus consecuencias recaen psíquicamente en la persona. La adicción a las compras se refiere al deseo compulsivo de adquirir bienes y/o servicios, aunque éstas no sean necesarias. Al igual que la adicción al trabajo, esta adicción es relativamente nueva y es generada en la sociedad de consumo en la que vivimos actualmente. Los adictos consideran al consumo como una forma de hallar la felicidad, pero al comprar empiezan los sentimientos de culpa por el gasto indebido. En el caso de no poder ir nuevamente de compras para calmar la ansiedad, caen en la depresión, generando un círculo vicioso. La compra compulsiva es una necesidad incontrolada que si no es satisfecha genera irritabilidad a la persona. El placer de comprar se transforma en una adicción cuando se compran cosas presuntamente necesarias, y al darse cuenta que no lo son, igualmente se quieren más. El adicto compra productos a los que probablemente nunca dé uso, y que en muchos casos oculta de sus familiares generando situaciones de engaños y deudas. Con el objetivo de saber que siente las personas al comprar un bien material, se interroga en la pregunta 8, de la encuesta anónima realizada a alumnos de Del Valle (4to y 5to Año), a padres y a profesores, Al comprar un bien ¿Qué siente? A: Conformismo, B: Placer/Satisfacción, C: Nada, D: Otras
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Los Jóvenes son los más vulnerables en caer en la adicción del consumo. La mayor vulnerabilidad de los jóvenes podría deberse a que en la adolescencia resulta más difícil controlar los impulsos. Los jóvenes consumistas gustan de frecuentar los centros comerciales y sienten el deseo permanente de ir de compras y adquirir cosas nuevas. En realidad, este comportamiento es el resultado de la insatisfacción personal, de la sensación de tedio y la falta de autocontrol, así como de la ausencia de alicientes, de estrategias de gestión del tiempo libre y de la escasa responsabilidad en el ámbito económico. Además, en los jóvenes se añade su mayor vulnerabilidad ante los mensajes publicitarios, en una etapa vital muy cambiante y marcada por la inestabilidad personal. En un artículo de la revista Tendencia 21 afirma que Los adolescentes son especialmente vulnerables a las adicciones ya que Las regiones del cerebro que gobiernan los impulsos no están totalmente formadas a estas edades.[4]
Capítulo II: Perfil Social
¿Se necesita todo lo que se consume? La sociedad de consumo se basa en un conjunto masivo de personas que practican el acto de consumir por consumir, sin ser algo necesario, ni imprescindible. No se necesita todo lo que se consume, sin embargo en la actualidad, el acto de consumir algo pasa de ser un deseo, a una necesidad, tanto para relacionarnos con los demás, como para pasar desapercibido. Necesitar se basa en lo mismo que precisa una persona para sobrevivir; Y desear es un capricho de cada persona, una ilusión. El ser humano siempre ha sido consumidor por necesidad y supervivencia, pero a partir de la revolución industrial en el siglo XVIII y XIX el consumismo a cambiado la cara comenzando una etapa de consumo desorbitado, con su momento de mayor auge al finalizar la segunda guerra mundial que duro hasta los tiempos de hoy. El consumismo aumenta gastos de forma innecesaria comprando cosas que pudiéramos evitar o reducir como productos cuya publicidad promete milagros, productos de vida útil baja o productos sustitutos de otros naturales. Se han hecho estudios en los cuales se demuestra que el consumidor, establece un vínculo con el proceso de comprar, que es la razón de ser de la persona, que termina creyendo que no hay nada más importante que eso. Toda relación humana es filtrada a través de la sustancia misma. Las personas tienden a ligarse o hacer vínculos virtuosos o productivos con otras personas; sin embargo la persona dirigida por el pensamiento adictivo se liga a la sustancia o al proceso y se desliga de las relaciones interpersonales productivas solo mantiene aquellas que le sirven para logar su propósito de consumo. [5]
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