El Curriculum Oculto
Enviado por tavito • 21 de Enero de 2012 • 1.668 Palabras (7 Páginas) • 1.673 Visitas
El currículum oculto. Jurjo Torres
Inicia describiendo de qué manera se cree que se han dejado atrás las teorías e ideologías educativas tradicionales; en una opinión subjetiva, en su mayoría sigue habiendo una tendencia al autoritarismo y a ver a la escuela como la segunda institución que reforma la sociedad (después de la familia) y estas concepciones limitan el crecimiento y el desarrollo de la enseñanza, ya que se le observa como un currículo cerrado y al cual no hay por qué cuestionar.
Menciona a varios autores que a principios del siglo pasado se empezaron a cuestionar el currículo, algunos de ellos buscaban medir la calidad educativa bajo los estándares de una realidad industrial, con sesgos positivistas.
Aunque contrario a lo que pareciera, dichas teorías parecen haber sido retomadas en nuestra realidad, ya que se observa en la educación que desde profesores como alumnos siguen un camino hacia la industrialización, dejando fuera el humanismo, se prepara pues para un futuro mecánico, con productos mecánicos que respondan a un sistema capitalista y sean manejables y adaptables ante un fuerte sistema de opresión.
Hoy en día, la escuela prepara para la vida, pero una vida de automatización, en la que el valor radica en el consumo y por ende, la escuela reafirma la separación de clase y viene la pobreza. De cierta forma cualquier persona puede estudiar (pero…¿terminará?, el problema radica en la sociedad a la que se enfrentará, una sociedad globalizada que debido a la competencia deja fuera a los marginados, a las minorías para dar entrada al “mayoreo” y dándole preferencia a las trasnacionales extranjeras, en lugar de a nuestra misma gente. La mala noticia es que tenemos un gobierno empresarial que da pie a que este tipo de currículo se aplique y además del olvido de la enseñanza pública para dar entrada a la privada-religiosa, adiós laicismo.
Hay un problema muy grave en el objetivo general de la educación, en principio, llamarle objetivo general delimita las posibilidades, en segunda, si el profesor no es capaz de cuestionarse los objetivos de la educación y oscilar entre su subjetividad y la institución, entonces no habrá de tener sentido el que dicho profesor eduque. Uno de los principales objetivos en lo particular, sería el criticismo, el tener la capacidad de enjuiciar lo que nos acontece y no quedarnos callados ante cualquier impunidad; no obstante en la escuela forman individuos que obedecen y lo hacen a base de miedo y represión.
La cuestión sería plantear unos objetivos que obedezcan no sólo a las necesidades de los medios de producción, sino del ser humano. Y de ahí que cualquier escuela se podría encaminar en su ideología (esperando que ésta fuera humanitaria), más sin dejar de cumplir la base de la educación con ética.
Como diría Engels, “la mujer es como el proletariado y el hombre como el capitalismo”, ahora lo cambio un poco y lo describo así “los profesores y alumnos son como el proletariado y la educación es como el capitalismo”, cómo es posible condenar el universo de posibilidades del ser humano a un puesto de producción, en el que sirvamos a la máquina para al fin de cuentas autodestruirnos bajo gruesas capas de dióxido de carbono.
El autor habla de una ingeniería del comportamiento que es propuesta por los conductistas psicólogos, en la que se planea un cierto tipo de producto humano que es planeado por la clase de poder, sin que los conejillos de indias puedan siquiera cuestionar. Esta teoría me suena a que la escuela es un centro laboratorista que domestica incautos. Muy en lo personal no confío en la psicología, no le creo y mucho menos creo en educar de manera conductual (pues no somos ratones, poseemos la razón), por el contrario, debemos formar seres autodidactas, que sean capaces de construir su conocimiento en base a sus propias necesidades.
Hay una idea que rescata el autor muy real, se le da énfasis a ciertas materias para formar individuos con determinadas aspiraciones, se realzan las matemáticas y se demerita a la historia y a la filosofía como aburridas, en el pensamiento del niño y adolescente ya está implantada la semilla del utilitarismo y el tecnicismo, haciendo ver a la “teoría” como algo que no sirve para nada. Se le da más importancia al mercado laboral queriendo formar seres para una realidad vencida, sumisa y autómata que piensa que porque la realidad es ésta, no existe otra y por eso las escuelas se acoplan a dicha realidad, sin dejar entrever siquiera que el individuo es libre de formarse un mundo mejor, donde los privilegios no existan y la justicia sí tenga valor. Se olvida una de las ramas más importantes de la filosofía, que antaño era fundamental para tener conocimiento, la disciplina de la retórica y la dialéctica, para poder hacer uso de la razón y no responder con monosílabos ante un sistema sofista.
Es muy cierta la afirmación de la naturalidad de los contenidos en la educación, se cree que la escuela es un lugar positivo, bueno para los hijos, donde
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