El Desagrado Por La Docencia

INTRODUCCIÓN

En el presente ensayo se tiene la intención de dar a conocer que el área administrativa de una institución es más importante que la académica porque los actores que laboran así lo ha querido, sin darse cuenta que esto es una aberración, es decir, que no tiene sentido para la formación de los sujetos; se soslaya lo académico, que debería de ser lo sustancial para desarrollar las competencias profesionales del docente del siglo XXI.

Se ha visto que en las instituciones educativas permea más el aspecto administrativo que el académico, las instituciones se llenan con tanto papeleo que en ocasiones ya no saben qué hacer con el mismo, inclusive los directivos le piden a su personal que está inmerso en este tipo de área que tengan todo en orden porque serán sometidos a auditorías internas y externas y dependiendo de los resultados la institución será de primero, segundo o tercer nivel. Se considera que esta decisión es nefasta, no se puede concebir la calidad educativa por ciertas cifras o datos cuantitativos. Más bien, faltaría visión de las personas para que lo cuantitativo se convirtiera en cualitativo; ante esta situación surge la siguiente interrogante; ¿Por qué hoy día las instituciones siguen dando más sentido al aspecto administrativo? La respuesta se tratará en este documento.

Este trabajo estará sometido con un fundamento empírico y otro teórico, en el cual el autor base es Torres (2009) quien se parafrasea con algunas ideas centrales de su obra las desmotivaciones del profesorado.

El trabajo no cuenta con una metodología específica, es decir, es de corte teórico, con algunos tintes de empírea corta, porque se tiene escasa experiencia. Este ensayo está abierto a la opinión pública para que puedan verter puntos de vista en el reforzamiento de las ideas, o en su defecto desecharlo totalmente.

EL DESAGRADO POR LA DOCENCIA

El ingresar a una escuela normal hace que los padres de familia y los alumnos admitidos en esta se sienta orgullosos de haber sido seleccionados, pero cuando se deja ver que para el simple proceso de ingreso a la escuela se requieren de un sinfín de papeles a veces innecesarios, las motivaciones bajan y hacen que el proceso sea largo y cansado lo que ocasiona que los padres de familia y los mismos alumnos se decepcionen por dicho proceso, ya que esto no cambia aun estando dentro de la misma institución, pues al contrario, se observa que cuando inicia el periodo de clases piden que lleves actas, actas certificadas, CURP, si tienes seguro, si no lo tienes, lugar donde resides, lugar donde residías antes, y después de eso, hacer de nuevo un montón de papeleo para pasar a otro lugar a hacer de nuevo los mismos trámites para que al final del día te digan “ sus papeles no están en orden, venga cuando los tenga ordenados”, lo que provoca que aquellos que tramitan se desesperen haciendo esto un fastidio y genere aburrimiento por parte de los alumnos.

Pero, ¿a qué se debe que las instituciones le dan más peso al lado administrativo y dejan de lado al aspecto educativo que es el que debería tener un peso mayor?, esta pregunta es difícil de responder para las personas que están dentro de las instituciones, porque ni ellos mismos saben a qué se debe esto, ya que tanto a profesores titulares como a alumnos se les pide llenen montones de documentos dejando su trabajo educativo de lado, pero cuando llega el momento de las evaluaciones parciales y finales mantienen presionados a ambos actores, haciendo así que las actividades que se tenían planificadas para un lapso mayor, se tengan que acortar debido a los tiempos que se les quitan para hacer el papeleo afectando tanto en el aprendizaje de los alumnos, como en la planificación de los profesores, pues ellos ya tienen sus actividades y al hacer que las cancelen, por culpa de los documentos que solicitan, también cancelan la clase que era para ver en ese día, pero no por esta razón lo eliminan de la evaluación o de las evaluaciones, al contrario, los directivos argumentan que eso se debió haber visto durante las clases, pues tuvieron el tiempo suficiente para poder trabajar todos sus temas, pero no se dan cuenta que los docentes les ayudan en el trabajo administrativo, pues esto sólo les debería corresponder hacer a los jefes departamentales, encargados de área de administración, recursos administrativos, etc. Sin embargo los docentes y alumnos de la institución les facilitan su trabajo.

”Algo que también contribuye a desalentar al profesorado es el peso de las iniciativas de la Administración educativa de tipo burocratizante, como por ejemplo, la exigencia de proyectos curriculares de centro y de aula, pero que luego ninguna de esas autoridades externas a las instituciones escolares revisa, ni requiere du cumplimiento. Sin embargo, este tipo de demandas a las instituciones docentes si se llevan a cabo de una forma correcta y democrática” (pág. 65).

Tal como lo dice el autor Jurjo Torres, en las escuelas se piden diversos tipos de proyectos que suelen llegar demasiado tarde a las manos de los directivos y se deben hacer llegar evidencias de que los proyectos enviados a las instituciones fueros llevadas a cabo de manera eficaz, pero cómo se pretende realizar esto si cuando los envía es demasiado tarde, y tal vez tuvieron un lapso generoso de tiempo, pero debido a la negligencia de los departamentos educativos los dejan para después como si de la noche a la mañana se pudiera realizar todo lo que se debe de hacer en una semana o más tiempo, por lo que o solo es culpa de los profesores y directivos, pues los programas que se aplican vienen directamente del gobierno, de las personas que dicen estar a cargo de los procesos institucionales cuando en realidad nunca han estado frete un grupo, sino frente u escritorio recibiendo la quincena sin problemas ni estrés por tener que dirigir un grupo y que además te carguen con un montón de papeles.

Además de esta problemática, las famosas evidencias son inservibles, pues al llegar a las manos que lo solicitaron, solo lo archivan al igual que todo lo demás, haciendo que todo ese esfuerzo y estrés por el que pasaron los docentes, los directivos y sobre todo los alumnos fueron inútiles, sólo fueron un mero requisito para que las autoridades educativas vieran que cumplen con su trabajo, que hacen lo que se les pide y que no hacen ninguna objeción porque son grandes autoridades y no se les puede decir que lo que están haciendo es absurdo e irrelevante para la educación, pues únicamente lo utilizan como medio para que cuando se les pregunte ¿Qué han hecho por la educación? Tengan algo que mostrar, con que respaldar que han “trabajado” o por lo menos que se piense de esa manera.

“Pero cuando este tipo de exigencias se burocratizan, sólo sirven para ocupar

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