El Destete
Enviado por Alejandro Maseda • 17 de Febrero de 2016 • Ensayo • 4.985 Palabras (20 Páginas) • 366 Visitas
EL DESTETE
Reparto:
Jorge Jonathan Revollo
Rudy Gabriel Maseda
Clara Fernanda Rodríguez
Irma Lila Colombres
Ofelia Silvia Santangello
Rafael Gisell Carames
Estamos en Buenos Aires, en una antigua casa del barrio de San Telmo, grande, cálida pero venida a menos, donde –como dice Rudy, uno de los personajes- “En verano te meás de calor y en invierno te cagás de frío”. Mirando como un espectador, al fondo tenemos la puerta que da a la calle, casi en el medio. Al entrar, uno baja dos escalones y se encuentra con un pasillo que viene hacia adelante, donde hay un viejo perchero de madera que uno se llevaría gustoso a su casa, una mesita con un teléfono y un espejo, que no creo que la escenografía lo incluya y que por lo tanto habrá que imaginar. A la izquierda está la habitación que alquilan Jorge y Rudy: tiene una mezcolanza de muebles y el desorden típico de dos jóvenes que viven solos compartiendo una pieza. Una puerta opuesta en el mismo pasillo da a la habitación de la derecha, amueblada con un poco más de armonía y que contrasta con la otra por su orden y limpieza: esta pieza está en alquiler, aunque este fin de semana Rudy y Jorge la piensan usar para otros propósitos.
El pasillo del medio termina en un pasillo sin techo que cruza todo el escenario por delante. No creo que pueda decirse mucho de este pasillo o patio, porque todo lo que se le pusiera o patio, porque todo lo que se le pusiera taparía la visual. Eso sí, conduce a la derecha a la vieja cocina y a la izquierda a la puerta de la vivienda de Maruja, la dueña de la casa, una excelente mujer, una mártir que lamentablemente no aparece en la obra aunque un volátil camisón, inocente como su alma, cuelga de una soga y de vez en cuando los muchachos lo señalan como si hicieran referencia a su pensamiento vivo. Al costado izquierdo del patio, junto a la puerta de la vivienda de esta mujer y flanqueada por dos grandes macetones, está una vieja escalera que conduce al baño. Este baño, desdichado refugio de los que están solos y necesitados, se encuentra a la vista en el piso alto sobre la pieza de Jorge y Rudy.
Al comenzar la acción, Jorge está limpiando la pieza de la derecha que adelante tiene una mesa redonda con sillas, y atrás, bajo la ventana, un sofacama. Jorge es alto, buen mozo, de rasgos y modales educados y sonrisa tierna. Está bien vestido, como si esperara una visita importante: lleva saco, tal vez corbata y casi seguro zapatos. Ha puesto las sillas sobre la mesa y ahora barre ese sector con aire pensativo. De pronto oye que la puerta de entrada se abre.
Entra Rudy seguido de Clara. Al revés de Jorge, Rudy es impulsivo, agresivo, a veces de modales deliberadamente groseros. Viste ropa espantosamente combinada pero no le importa. En cuanto a Clara, ¿qué podemos decir de ella? Es una muchacha dulce, algo despistada, de edad indefinida, que trae un bolso colgado al hombre. Y un bebé en los brazos.
RUDY - Pasá Clara. Cuidado. (La ayuda) Lo digo por el nene.
CLARA - ¡Gracias!
RUDY – Bueno, ésta es una casa vieja. (Se quita el saco) Pero el corazón es grande.
Clara sigue de largo hacia el pasillo de adelante, sin saber a dónde va. Rudy la detiene.
RUDY – Vení, entrá. Enseguida buscamos donde… depositar al nene. (Entran en la pieza de la izquierda, que adelante tiene una cama con una mesita de luz y atrás un diván; al viejo un fondo, un viejo ropero con ropa sucia que cuelga y fotografías de mujeres desnudas en las paredes. De pronto Rudy la aprieta contra él.) Mi vida, por fin solos… Agarrame fuerte… ¡Ahhh! (Ella deja hacer, molesta porque el nene está en medio de los dos. En la otra pieza, Jorge baja las sillas y hace ruido.)
CLARA - ¿Qué pasa?
RUDY - ¡Nada! No hay nadie acá. ¡Te juro! (Va a la puerta.) Nadie, nadie , nadie…
Se da de cara con Jorge, que en ese momento sale con el escobillón al hombro.
JORGE – Permiso… (Sonríe a Clara y va a la cocina)
RUDY – (Va detrás de Jorge) ¿ Qué hacés en la casa? ¡Quedamos que a esta hora no ibas a estar! (Se frena)
JORGE – ¡Espero visitas, idiota!
RUDY – (Lo sacude) ¡Hoy es mi tarde!
JORGE - ¿Y quién te molesta?
RUDY - ¿A quién esperás?
Jorge espía y descubre a Clara que vacila en el pasillo del medio, con el bolso al hombro y el chico en brazos, entre irse y quedarse.
JORGE - ¡Tiene un nene…! ¿Te diste cuenta que tiene un nene?
RUDY - ¡Sssht! ¡Tenés cinco minutos para borrarte! (Le tira el escobillón encima; vuelve al pasillo, toma a Clara en el momento en que se estaba por ir y la vuelve a meter en la pieza.) Vení Clara… Esta es mi pieza. Está un poco desarreglada, soy un poco bohemio pero un tipo muy interesante. ¡Dejá al nene donde quieras! (De pronto la besa con pasión.) (Disgustado) ¡Jorge!
JORGE – (Que estaba espiando junto a la puerta) ¡Voy! (Hace a un lado a Rudy y entra sonriendo)
RUDY – Te presento a Clara.
JORGE – (A los dos inocente) ¿Dónde se conocieron?
CLARA – Acá, en la plaza.
RUDY - ¿No tenés nada que hacer? ¿No vas a salir a vender tus malditos muñecos de madera?
CLARA – Por favor, no se peleen.
RUDY - ¡Siempre te tenés que meter, vos!
CLARA – Me trajo para sacarme una foto con el nene.
JORGE – Sí, se volcó a la fotografía. Se da unos revolcones bárbaros…
CLARA – (Separándolos.) ¿No podemos acostar al chico en algún lado?
RUDY – Acá va a estar bien, bichito de luz.
Clara se sienta en la cama, ausente, y Jorge se coloca rápido al lado. Al fondo, Rudy quiere acostar al nene, pero no puede.
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