El Docente Como Lider

EL DOCENTE COMO LÍDER

EL DOCENTE COMO LÍDER

El sistema educativo venezolano se encuentra en constante cambio ante las exigencias de las nuevas propuestas curriculares que buscan se forme el hombre nuevo que la sociedad necesita para construir una visión de país. En este sentido, se requiere un cambio de paradigmas en el liderazgo del docente desde el punto de vista pedagógico y gerencial, que le permita aperturarse de manera crítica, creativa e innovadora en el hacer, conocer, aprender hacer, participar y valorar.

En este sentido, el estilo de liderazgo deber estar dialécticamente relacionado con el contexto, ¿Pero cuál debe ser el verdadero perfil que debe tener el docente?, aquel donde desarrolle su capacidad para negociar y armonizar, tal como lo expresa Senge (1992), en la “Quinta Disciplina”, que “…pueda crear, lo cual contribuya a la transformación actitudinal que deberán experimentar los docentes en el proceso de cambio de paradigma que tiene lugar en el mundo global” (p. 121).

De este modo, la creatividad es el resultado de un proceso que Senge describe como: “La yuxtaposición de una visión de lo que se quiere y una clara imagen de la realidad actual: dónde se está, produce lo que se llama la Tensión Creativa: una fuerza para juntarlas, generada por la tensión para buscar su propia resolución” (p.123). La esencia del desarrollo personal es el aprendizaje de cómo generar y sostener la tensión creativa, centrada en hábitos de pensamiento y acción, la disposición de indagar, cuestionar y problematizar, la inclinación a tomar riesgos, a experimentar y evaluar consecuencias; tener las habilidades para crear espacios y prácticas que sean cuidadosas, dedicadas, respetables, respetuosas, confiables, estimulantes, preocupadas, y que contribuyan a desarrollar comunidades de aprendizaje donde se favorezcan la democracia, la equidad, la diversidad y la justicia social.

El docente en su accionar diario debe ser un practicante sofisticado. Un docente preocupado que se pregunte cómo señala Freire ( ), “…a favor de quién o de qué estamos educando” (p. 112). Lo cual demanda la creación de condiciones que aseguren una participación amplia, constante, prolongada e incansable que induzcan al docente a asumir diversos estilos en su perfil, tal como los menciona Bass (2010):

Líder facilitador: La función del nuevo líder-facilitador sitúa el poder en todos para actuar como guía y catalizador. El poder es compartido y resulta mucho más amplio por la sinergia del trabajo en conjunto.

Líder transformacional: amplía y cambia los intereses de los seguidores, y genera una visión, propósitos y una misión compartida para el grupo. De este modo, los seguidores van más allá de sus propios intereses y trabajan para el interés grupal, es decir, el hecho

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