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"El Fin", De Borges. Análisis.


Enviado por   •  31 de Octubre de 2013  •  2.633 Palabras (11 Páginas)  •  1.048 Visitas

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INDICE

INTRODUCCIÓN. - 2 -

EL AUTOR - 2 -

CORRIENTE LITERARIA - 3 -

LA OBRA - 4 -

ANÁLISIS - 6 -

CONCLUSIÓN - 9 -

BIBLIOGRAFÍA - 11 -

INTRODUCCIÓN.

EL AUTOR

Jorge Luis Borges nació en Buenos Aires en el año 1899. Escritor de poemas, cuentos y ensayos. Fue director de la Biblioteca Nacional, profesor de la cátedra de literatura inglesa de la Universidad de Buenos Aires, participó en diversas revistas literarias y viajó por América dando conferencias sobre distintos autores y temas literarios.

Pasó los primeros años de su vida en los suburbios de Palermo, que eran por aquella época una “barriada”, como él mismo lo definió.

Su padre fue Jorge Guillermo Borges, abogado y anarquista, hijo de madre inglesa y de un coronel entrerriano. Su madre, Leonor Acevedo, descendiente de familias tradicionales argentinas y uruguayas.

En ambas familias hubo tradición militar, por lo que Borges siempre sintió como una falta de su parte el ser un hombre dedicado a los libros (Borges, 1999).

De su padre y su abuela paterna heredó el inglés y su amor por la literatura inglesa. De sus abuelos paterno y materno, los coroneles y batallas que pueblan sus cuentos y poemas.

Del barrio de Palermo tomó Borges los paisajes para sus cuentos de compadritos y cuchilleros, aunque él mismo confesó no haberlos conocido hasta después de leerlos en la literatura, al igual que los gauchos.

Su madre fue, según Borges, quién lo impulsó en su carrera de escritor y fue también su gran secretaria durante muchos años.

Tuvo a su disposición toda la biblioteca de su padre y los primeros libros que leyó fueron en lengua inglesa, incluso el Quijote.

Dos libros tuvo que leer a escondidas ya que le estaban prohibidos: Las mil y una noches, porque era obsceno para la época y él era un niño, y el Martín Fierro, porque su madre lo consideraba un libro para “matones y colegiales” (Borges, 1999: 18).

Borges volvería luego sobre este libro. En 1944, incorpora a Ficciones el cuento que se analizará en este trabajo, El fin.

En 1949 incorpora a El Aleph el cuento Biografía de Tadeo Isidoro Cruz.

En 1914, Borges y su familia se trasladan a Suiza. En Europa Borges aprende alemán y francés y comienza su recorrido por los autores de estas lenguas.

En España se acerca al ultraísmo, aunque lo abandona al volver a Buenos Aires, en 1921, y luego se referirá a esa etapa de su vida como “un error de juventud”.

Al volver a Buenos Aires, Borges se encuentra con una ciudad muy cambiada. Mucho más poblada que cuando la había dejado, y más misteriosa y bella. Escribe en esos años Fervor de Buenos Aires, y si bien el mismo Borges dice que ese libro tenía demasiadas cosas, también piensa que de allí surgieron todos los temas que luego desarrollará en su obra literaria. “Siento que durante toda mi vida he estado reescribiendo ese único libro” (1999).

CORRIENTE LITERARIA

Es difícil encasillar a Borges dentro de una sola corriente literaria. Más interesante, más rico en consecuencias, en hipótesis y en problemas, es considerar a Borges como ajeno a toda corriente literaria, ya que sus textos las trascienden.

Con la independencia de España llegaron también los cambios en la literatura. En América queríamos separarnos, lograr nuestra propia identidad cultural. Se desarrollaron dos grandes temas: la pampa y Buenos Aires.

“Se fueron elaborando dos grandes temas: la pampa y Buenos Aires. Primero surgió la llanura, creación del paisajismo romántico y, más tardíamente, Buenos Aires. En poesía los

Los modernistas nos mostraron el sentir urbano y Evaristo Carriego, un post- modernista, nos mostró el perfil de la ciudad” (Barrenechea, 2000).

Borges desarrolló ambos temas en diversas etapas de su obra. La Buenos Aires compadrita, los duelos de cuchillo, las calles de los suburbios y las quintas, la pampa extensa, el gaucho, el indio, los malones, las cautivas. También los patios, las azoteas y los aljibes, recobrando con nostalgia una ciudad que se estaba evaporando. “Borges debía recordar lo olvidado de Buenos Aires en un momento en que eso olvidado comenzaba a desaparecer materialmente. Esta experiencia encuentra su propio tono poético: la nostalgia de Fervor de Buenos Aires” (Sarlo, 1995).

Pero no se detuvo ahí, exploró también temas de la literatura universal, con grandes temas recurrentes en su obra: el destino, el tiempo (con sus repeticiones y circularidad), los laberintos y los espejos, los tigres.

Luego de su experiencia ultraísta juvenil, Borges confiesa haber tratado de escribir latín en español, con textos barrocos y recargados. Tal vez para alejarse de eso, comenzó a escribir utilizando criollismos y regionalismos, abundando en expresiones y paisajes localistas. (Borges, 1999).

Pregonó que los escritores argentinos no tienen por qué ceñirse a los temas considerados argentinos. La búsqueda de la escritura universal les está permitida, y a ello apunta y es lo que consigue, ya que hoy por hoy es considerado uno de los autores más importantes de la literatura occidental.

LA OBRA

En el cuento El fin, fue agregado a la segunda edición del libro Ficciones, realizada por la editorial Emecé en 1956.

El libro, que consta de dos partes, había sido editado antes como un todo por la editorial Sur, en 1944, y en 1941 la misma editorial había publicado lo que luego sería la primera parte de Ficciones como un libro aparte, llamado El jardín de los senderos que se bifurcan.

En 1944 se añadió una segunda parte llamada Artificios para completar el libro. En 1956 el libro es reeditado por Emecé y se agregan varios cuentos, entre ellos, El fin, que había sido publicado en 1953 en el diario La Nación.

Borges considera este libro, junto con El Aleph sus libros más importantes.

En este cuento Borges narra la muerte de Martín Fierro. Lo hace a través de un narrador omnisciente que nos cuenta la historia de Recabarren, dueño de la pulpería y testigo del duelo.

Según las propias definiciones que Borges da en Discusión (1957), podríamos incluir este texto dentro de la literatura gauchesca.

Nos dice al respecto:

Entiendo que hay una diferencia fundamental entre la poesía de los gauchos y la poesía gauchesca. Basta comparar cualquier colección de poesías populares con el Martín Fierro, con el Paulino Lucero, con el Fausto, para advertir esa diferencia, que está no menos en el léxico que

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