El Hombre Triste Muy Triste
Enviado por ratrafaz7ce • 2 de Abril de 2014 • 1.151 Palabras (5 Páginas) • 243 Visitas
Un Hombre Triste, Muy Triste (Una parábola para nuestros tiempos)
Había una vez un muchacho que vivía en una casa grande sobre una colina.
Un día el joven le dijo a Dios: He estado pensando y ya sé qué quiero para mí cuando sea mayor. ¿Qué es lo que deseas? - le preguntó Dios. Quiero vivir en una mansión y tener dos perros San Bernardo. Deseo casarme con una mujer alta, muy hermosa y buena, que tenga una lar- ga cabellera negra y ojos azules, que toque la guitarra y cante con voz alta y clara.
Quiero tres hijos varones, fuertes, para jugar con ellos al fútbol. Uno será un gran científico, otro será político y el menor un atleta profesional. Quiero ser un aventurero que surque los vastos océanos, que escale altas montañas y que rescate personas. Y quiero conducir un Ferrari rojo y nunca tener que limpiar y ordenar mi casa. Es un sueño agradable - respondió Dios - Quiero que seas feliz.
Un día el chico se lastimó una rodilla. Ya no podría escalar altas montañas, ni surcar los vastos océanos. Luego estudió Mercadotecnia y puso un negocio de artículos médicos. Se casó con una muchacha muy hermosa y buena, que tenía una larga cabellera negra. Pero era de corta estatura, no alta y tenía ojos castaños, no azules. No sabía tocar la guitarra, ni cantar. Pero preparaba deli- ciosas comidas chinas y pintaba magníficos cuadros de aves.
A causa de su negocio, el hombre vivía en la ciudad, en un apartamento situa- do en lo alto de un edificio, desde el cual se veía el océano y las titilantes luces de la ciudad. No tenía espacio para dos perros San Bernardo por lo que compró de un gato esponjado.
© Sena Virtual Distrito Capital 2004 Nombre del Curso
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Tenia tres hijas, todas muy hermosas. La más joven, que debía usar silla de ruedas, era la más agraciada. Las tres amaban mucho a su padre. No jugaban al fútbol con él, pero a menudo iban al parque y correteaban lanzando un disco de plástico... Excepto la pequeña, que se sentaba bajo un árbol y rasgueaba su guitarra, entonando canciones encantadoras e inolvidables.
Nuestro personaje ganaba suficiente dinero para vivir con comodidad, pero no conducía un Ferrari rojo. En su casa, a veces tenia que recoger y limpiar cosas, incluso cosas que no eran suyas y ponerlas en su lugar. Después de todo, tenia tres hijas.
Pero una mañana el hombre se despertó y recordó su viejo sueño. Estoy muy triste - le confió a su mejor amigo.
- ¿Por qué? - quiso saber éste. Porque una vez soñé que me casaría con una mujer alta, de cabello negro y ojos azules, que tocara la guitarra y cantara. Mi esposa no toca ni canta, tiene ojos castaños y no es muy alta.
Tu esposa es muy hermosa y buena - dijo su amigo-. Crea cuadros maravillo- sos y cocina delicias. Pero el hombre no escuchaba.
- Estoy muy triste - le confesó a su esposa. - ¿Por qué? - inquirió su mujer.
Porque una vez soñé que viviría en una gran mansión y que tendría dos San Bernardo. En lugar de eso, vivo en un apartamento en el piso 47.
Nuestro apartamento es cómodo y podemos ver el océano desde el sillón de la sala - repuso ella.- Tenemos amor, pinturas de aves y un gato esponjado... Por no mencionar a nuestras tres hermosas hijas. (Pero el hombre no la escucha- ba).
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