El Hombre Y El Perro
Enviado por Josuegoner • 28 de Junio de 2013 • 703 Palabras (3 Páginas) • 618 Visitas
EL HOMBRE Y EL PERRO
La relación que hay entre el perro y el ser humano ha cambiado a lo largo de la vida ya que el humano siempre hace todo lo posible para tener una vida más cómoda y adapta todo lo que está en su entorno sin importarle todo el daño que causa al ecosistema en el que habita. Jaurías de antepasados caninos, el chacal y el lobo seguían el recorrido que tenían los humanos ya que gracias a las sobras de alimento que dejaban estos era del cual se alimentaban los caninos, Sin embargo en algún momento es probable que alguno de los cachorros de estos que deambulaban perdidos por el camino fueran encontrados por los humanos y estos los llegarían a casa como regalo para sus hijos, tal vez esta fue el primeros encuentro que hubo entre el ser humano y los caninos.
A través de los años el hombre y el perro han evolucionado mucho donde el perro ha aprendido a servirle al humano pero también cambiado muchas conductas para poder ser un compañero fiel. Más tarde con la domesticación de otros animales los caninos aprendieron a respetar y cuidar a las otras especies de depredadores. A partir de esos momentos los perros han desarrollado un sin fin de tareas las cuales benefician a ser humano ya que le facilitan la vida.
Estoy seguro de que no hay duda de que la relación ha sido beneficiosa para ambos pero mas significativamente para el hombre ya que muy rápida mente este se convirtió en criador de perros esto solamente para obtener diferentes especies las cuales solamente están creadas para beneficencia del humano Gracias a esto los perros se clasificaron ya eran utilizados para distintas cosas dependiendo a cual se les facilitaba por ejemplo unos eran utilizados para pastorear, otros para vigilar propiedades del hombre y otros para la caza de otros animales.
En los últimos años, me ha llamado la atención como esta relación ha cambiado y de ser una asociación simbiótica pareciera ser que se está convirtiendo en una relación parasitaria. Todavía hace unas cuantas décadas, esta relación era bastante sana, ambos hombre y perro llevaban una coexistencia que no ponía en riesgo su proceso evolutivo natural, el perro era parte de la familia pero seguía llevando un vida de perro, es decir, convivía con la familia, incluso parte de su tiempo lo pasaba dentro de la misma casa habitación del hombre, pero por las tardes y noches dormía fuera de la misma ya sea en un cobertizo expreso para ello o simplemente a la intemperie, capoteando incluso las inclemencias del tiempo. Sus alimentos, aunque los recibía del hombre los seguía comiendo en el piso o cuando mucho en un plato viejo exclusivo para su uso, y estos consistían básicamente en los sobrantes de la comida del hombre. No por darle vida de perro, éste no era querido, al contrario en muchos casos era el integrante preferido de la familia, se mantenían sanos, fuertes y vigorosos llevando vida de perro.
Sin embargo, en algún
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