El Mensaje Del Sur
Enviado por fuiyoyque • 2 de Diciembre de 2012 • 1.767 Palabras (8 Páginas) • 308 Visitas
La literatura de Jorge Luis Borges pasa por la realidad y la fantasía, resultando que sus cuentos se
convierten en redes delicadas con hilos entrelazados de metáforas y dicotomías. Borges plasmó
con su pluma lo que Dalí pudo captar en su lienzo casi sin ningún esfuerzo. Aunque los cuentos de
Borges sean tal vez profundamente argentinos, contienen el espíritu del alma humana en cuanto a las
emociones expresadas y realmente sentidas, haciéndolos además universales. Borges logró realizar
en unas cuantas páginas lo que muchos autores llevan a cabo solamente tras 400 páginas de novela.
Tanto llega a suceder en sus obras que jamás se puede resolver lo que acontece sin analizarlo
bastante bien. Con certidumbre, "El Sur" no es distinto. Las simetrías, la dicotomía entre la realidad
y la fantasía y los símbolos parecen mezclarse sólo para que, después de entender esa obra maestra
por primera vez, el lector esté bien confundido. Sin embargo, estos elementos se apoyan,
revelando una segunda dicotomía, la que existe entre el vivir y el morir, una fiesta y una felicidad
para el personaje principal.
A primera vista, Juan Dahlmann parece sólo un hombre secretario de edad madura que tiene una
reverencia honda por el pasado. Sin embargo, hay que darse cuenta de que Borges juega bien
liberalmente con el tiempo, creando dos tipos distintos: el tiempo de la eternidad y de un instante,
y el tiempo de la sucesión, lo que continúa para siempre.
La sucesión de los días y años tiene el efecto de destruir, y eso el autor demuestra muy bien y muy a menudo, pero al mismo tiempo lo opuesto es presentado, el tiempo que habita la mente y la
memoria.
Por ejemplo, el tiempo no ha transfigurado todavía los recuerdos del estuche que quedaba después
de que murió su abuelo materno. Ese antepasado continuó viviendo para Juan a lo largo de los
años, inspirando al fin y al cabo ese criollismo tan fuerte en él. Por consiguiente, el poder de las
generaciones pasadas puede sobrevivir después de unos siglos o para siempre, por una eternidad.
También, la larga casa rosada que "alguna vez fue carmesí" había sido mitigado por los años, pero al
mismo tiempo su fuerza es infinita, quedándose como el único rastro de su linaje argentino además
del estuche empolvado, esperándolo congelado en la llanura. Estos casos del tiempo eterno
empiezan muy pequeños, pero a medida que avanza más rapidamente la trama, se hacen cada vez más perpetuos.
Cuando se enferma, Dahlmann se siente como si hubieran pasado ocho siglos en vez
del verdadero transcurso de ocho días: ocho días como ocho siglos, un instante como una eternidad.
El cuento entero, desde el momento en que Juan se registra en el sanatorio, es un fragmento de un
instante, representado por los varios personajes y figuras congelados en el tiempo.
Interpretada literalmente, se puede creer que la trama de "El Sur" no es nada más que la historia de
un hombre desilusionado que viaja hacia su destino final. No obstante, hay mucha evidencia que
apoya el hecho de que todo lo que le pasa a Juan después de la enfermedad es soñado. Primero,
pensemos en la frase, "Ciego a las culpas, el destino puede ser despiadado con las mínimas
distracciones." A lo mejor se refiere esa frase, la cual resulta de una herida en la cabeza unos
segundos más tarde, a un microcosmo que representa el viaje entero de Juan hasta su destino final -
- unas mínimas distracciones: Las mil y una noches, la bolita de miga que le roza la cara, el hombre
viejo, el tren parado enfrente de la estación desconocida. Todas pueden motivar la temeridad. Su
copia de Las mil y una noches está descabalada. Al libro le faltan dotes de sus búsquedas
románticas; entonces, Juan lo rellena con su propia aventura. Como cualquier persona que esté a
punto de morir, le repasa a Juan todos los placeres y lo agradable de su vida. Escribe Borges como
Juan viaja en el coche vacío del tren, "Dahlmann pudo sospechar que viajaba al pasado y no sólo al
sur." En efecto, viajar al pasado significa que se repasa la vida mientras se hunde el sol, las partes de
sus realidades llenas de dicha y también su gran posibilidad para la fantasía.
Realmente el aspecto soñado de "El Sur" se debe a la estructura del cuento, una de las series de
simetrías. El autor escribe, "A la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos." La
realidad simplemente no hace esas simetrías todo el tiempo; ocurren casualmente, sin embargo, o
por inclinación natural a veces. Ocurren con tanta frecuencia en "El sur" que Juan Dahlmann tiene
que estar soñando, pero Borges escribió que "A la realidad le gustan las simetrías." ¿Quiere decir
esa frase que la realidad de Borges es distinta a la nuestra? Hay verdaderamente dos realidades,
destinos dobles que corren por el cuento entero. El autor menciona el gran escogimiento de Juan
Dahlmann, utilizando más apropriadamente "la elección." Esa palabra, conjuntamente con "el
destino," ambas aparecen cuatro veces en totalidad. No cabe duda que Juan hace su elección
después de examinar las antiguas pertenencias de su abuelo, pero la colocación de la palabra
"destino" parece más precisa: cuando Borges escribe de que "el destino puede ser dispiadado" y del
destino de morir de la septicemia, representando ambas realidades separadas por otra simetría. A
Dahlmann le era
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