El Niño Rojo
Enviado por asaa1 • 18 de Septiembre de 2014 • 453 Palabras (2 Páginas) • 390 Visitas
Esta es la historia de Lailo, un niño rojo nacido en un pueblo rojo, de padres de color rojo. Pasó su infancia entre libros rojos, que le enseño a leer un maestro rojo, en su escuela roja. Jugando al escondite con los niños rojos en los matorrales rojos y se salpicaba con agua roja. Un día, del temible cielo, que no era rojo cayó la peligrosa lluvia sin color, todos en pueblo rojo corrieron a esconderse a sus casas rojas, pero Lailo estaba perdido y no sabía volver con sus padres rojos. Y allí se quedó, empapándose, en medio de la plaza roja, llorando, lágrimas rojas. Se quedó dormido del cansancio, lo despertó el ruido de voces, al abrir los ojos vio a un grupo de gente roja que lo miraban con miedo y con desprecio. En sus bocas rojas que murmuraban solo se podía leer la palabra AZUL. Fue entonces cuando Lailo miró sus manos ¡Ya no eran rojas! , la lluvia las había convertido en azules.
Asustado, observó como su padre se acercaba, corrió hacia él y la abrazó.
Papá, ¿Por qué soy azul? Ayer era rojo como los demás. ¿Qué ha pasado con mi color?
-Lailo, nunca has sido rojo. Al nacer, tu madre y yo nos asustamos por que no eras rojo. Te pintamos para que nadie se diera cuenta y pudieras seguir con nosotros. Y ahora la lluvia ha hecho desaparecer la pintura revelando tu verdadero color.
El terror se dibujó en los ojos de su padre, que lo empujo y le grito:
¡Sal corriendo, Lailo! ¡Vete antes de que metan en la cárcel con los demás colores! Busca el pueblo de tu color.
Y el Lailo azul, aterrorizado, echó a correr por las calles rojas y atravesó la puerta roja que había en las murallas rojas de la ciudad. Corrió hasta tropezarse con una nueva muralla, que era de color verde. En la puerta un guardián verde le dijo.
-Este no es tu pueblo, aquí no queremos gente de tu color. Vete por donde veniste.
Lailo entristecido, comenzó a rodear la muralla verde para no adentrarse en el bosque, al que sus padres le habían prohibido ir. AL cabo, vio una ventana en la muralla, se asomó por ella, cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, pudo ver varias habitaciones. Una de ellas estaban llena de gente de color amarillo, otra gente marrón una tercera con gente roja. Entre estos últimos, pudo ver a gente que recordaba en sus pueblos, gente que había traspasada las muralla y que nunca había vuelto DESAPARECIDOS, fue entonces cuando Lailo cayó en la cuenta de que aquello era la cárcel. Ese era el destino que le esperaba si no encontraba pronto el pueblo azul
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