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El Penitenciarista En Venezuela


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2011  •  9.711 Palabras (39 Páginas)  •  720 Visitas

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Situación penitenciaria venezolana

Indolencia, omisión, complicidad y corrupción

En particular los aspectos penitenciarios son complejos, su interpretación requiere de la cooperación de múltiples actores. En el curso de está investigación los aportes fueron significativos, por ello mi agradecimiento:

A la población reclusa de los establecimientos penitenciarios del País, en los cuales presté servicio y realicé observación de campo.

Al Personal Penitenciario que dignamente colaboró en el suministro de información.

A mis estudiantes y al Personal del Instituto Universitario Nacional de Estudios Penitenciarios I.U.N.E.P., con quienes pude compartir parte de la experiencia.

Al Dr. Elio Gómez Grillo, por sus enseñanzas, por su motivación para comenzar el presente trabajo, y por tenerme siempre presente en las iniciativas que se emprenden a favor del Sistema Penitenciario nacional.

A quienes han contribuido significativamente en este trabajo y de múltiples formas en mi mejoramiento profesional.

PRÓLOGO

He aquí un libro que hacía falta en Venezuela. Este volumen cubre un vacío profundo existente en la bibliografía penitenciaria nacional. Porque a pesar de la inmensa gravedad del problema carcelario venezolano, son muy escasos los trabajos publicados en el país que enfoquen en toda su dimensión ese problema. Habría que citar como una excepción virtualmente singular las obras de Myrla Linares, "El Sistema Penitenciario Venezolano" y de Roberto Albornoz Berti, " Profilaxis y Terapéutica criminales". Del resto, pueden conocerse sólo monografías aisladas sobre determinadas parcelas de la situación reclusoria de Venezuela.

Esta obra de Henry Andrade es el fruto de una larga experiencia del autor en la función penitenciaria. En las páginas que siguen se ofrece una visión general y completa sobre nuestra situación carcelaria. El autor abre su trabajo con una referencia histórica y conceptual que comprende toda la temática básica de la cárcel. Nada importante se le escapa en este buen compendio, sobrio y exhaustivo, en el cual desarrolla desde los antecedentes legales hasta las consideraciones suficientes relativas al personal penitenciario, que es el eje de la buena marcha de una institución reclusoria. "Las cárceles son su personal y cualquier cosa más" es una expresión sabia que sintetiza la auténtica revelación del secreto del buen penitenciarismo.

En los capítulos que siguen, Andrade cubre todo el universo básico de la ecuación penitenciaria, iniciándose con cuadros que ilustran la situación cuantitativa del régimen carcelario nacional para el año 2003, con los comentarios debidos en referencia especialmente al hacinamiento. Semejante presentación en cifras y análisis posterior la hace del personal de vigilancia, sin olvidar el personal técnico y el administrativo.

En ese mismo capitulo I, en pocas páginas, Andrade penetra la cárcel y ofrece una enumeración juiciosa, enterada, de lo que ocurre puertas, rejas adentro, en las prisiones venezolanas. Sólo alguien tan "penitenciariado" como Henry Andrade, quien posee larga experiencia profesional en este menester, y por su capacidad interpretativa es uno de los pocos venezolanos que puede hacerlo. Es capaz de abordar dichos planteamientos con destreza y dominio.

Referencia especial merece también el desarrollo que en el mismo capítulo inicial ofrece el autor del aspecto más trágico del drama carcelario venezolano, como lo es la violencia, con su saldo permanente de una o más muertes y unos cuantos heridos diariamente. Allí narra Andrade la masacre de la cárcel de Sabaneta, en Maracaibo, ocurrida en 1994, en la cual murieron ciento ocho (108) presos, que es casi una tercera parte de los trescientos cuarenta y cinco (345) que ese mismo año de 1994 fueron asesinados en ese penal. Le correspondió a Andrade asumir la Dirección del establecimiento al día siguiente de la tragedia, la más grave de la historia de nuestro penitenciarismo y una de las más graves ocurridas en el mundo carcelario universal.

Es importante señalar la critica que el autor le hace a los Jueces de Ejecución de Venezuela, los cuales, escribe, "?tienen la obligación de supervisar el funcionamiento del régimen penitenciario, y según la Ley de Régimen Penitenciario son una instancia de apelación sobre las sanciones disciplinarias impuestas a los condenados; pero la experiencia nos indica -agrega- que estos Jueces en la mayoría de las oportunidades dan por cierta la información suministrada por las autoridades penitenciarias" (p. 95).

"El tratamiento de rehabilitación del recluso", que corresponde al Segmento 11 del mismo Capitulo I de la obra es, evidentemente, uno de los enfoques más interesantes de este libro, siendo como es, además, el aspecto más importante de la ciencia penitenciaria. De comienzo, Andrade ofrece una síntesis que merece destacarse, cuando afirma: que "En cuanto al objeto de estudio, hay un cambio de interés hacia la criminalidad.

En verdad, si la Escuela Clásica se preocupó por el crimen, la Escuela Positiva se ocupó del criminal y ahora, la Criminología crítica lleva el análisis hacia un tercer nivel, cual es el de la criminalidad?" (p. 102). Estupenda síntesis. En pocas palabras, está dicho mucho. Y esto lo complementa con una alusión a la legislación penitenciaria española referida a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias de ese país, cuyos objetivos principales, de conformidad con las recomendaciones del Consejo de Europa, son: "Asegurar unas condiciones de vida en la prisión compatibles con la dignidad humana; reducir al máximo los efectos nocivos del internamiento y asimilar lo máximo posible la vida en prisión con la vida en libertad, para potenciar la autoestima y el sentido de responsabilidad los reclusos; reforzar las relaciones de los internos con sus familias y con la sociedad en la actividad penitenciaria; y ofrecer al recluso la posibilidad de mejorar sus conocimientos y capacidades, así como incrementar sus posibilidades de reinserción en la sociedad al alcanzar la libertad" (p. 106).

Sobre "la creación y funcionamiento del Instituto Universitario Nacional de Estudios Penitenciarios" (IUNEP), el autor desarrolla una magnifica exposición. Reconoce la majestad universitaria del IUNEP y condena el maltrato al que el noble Instituto ha sido sometido por el Estado Venezolano. Analiza la negativa oficial para emplear a los egresados del IUNEP, la campaña de descrédito que el personal viciado de nuestras cárceles ha emprendido contra el Instituto y la actitud perversa de ese mismo personal para lograr el fracaso de los funcionarios egresados del IUNEP. Andrade conoce

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