El Popo De Manolo

Fea, olorosa, un medio de cultivo para gérmenes y enfermedades y un gran fastidio en la suela del zapato, el excremento de perro no es una característica deseable en ningún lugar. Las heces caninas juegan un rol principal en la contaminación del agua, especialmente en las ciudades y un simple gramo de popó de perro puede contener 23 millones de bacterias fecales coliformes que puede causar calambres, diarrea, desórdenes intestinales y problemas de riñón. En 1991, la Asociación de Protección Ambiental describió al excremento canino como ‘una fuente de contaminación’, poniéndola junto con el petróleo y los químicos tóxicos. Y en Buenos Aires, una ciudad rezagada en la limpieza de heces de perro de las calles, un estimado de 650 personas terminan hospitalizados cada año por resbalarse con popó de perro. Levantar las heces caninas y tirarlas correctamente es una actividad de salud y seguridad pública y algo en lo que todo dueño de un perro debe de participar. Agarrar popó de perro no es una de las tareas más placenteras. Aquí te presentamos algunas formas de minimizar lo no placentero de la tarea. Y si ves que alguien deja los deshechos de su perro detrás de sí, siéntete en la libertad de educarlos sobre estos métodos, especialmente en la semana de recolección de excremento de perros. Ten valor y pon tu grano de arena para que nuestros amigos caninos puedan vivir con nosotros en armonía y sin poner las quejas por excremento de perro en lo alto.

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