El Precio De La Desigualdad
Enviado por pcruzr • 12 de Noviembre de 2013 • 2.499 Palabras (10 Páginas) • 656 Visitas
ENSAYO DEL LIBRO EL PRECIO DE LA DESIGUALDAD DE JOSEPH STIGLITZ
INTRODUCCION
En este ensayo resaltare como el autor realiza la crítica respecto a las que las desigualdades como causa de malestar económico en la sociedad, inestabilidad económica, y previene que los programas de austeridad de los gobiernos tienen por objeto aumentar y preservar las desigualdades, haciendo especial referencia a las recetas implementadas para salir de la crisis en Europa. En cuanto al tema de la inflación, dice que se ha convertido en una obsesión para muchos países y que desvía la atención a los problemas más serios para una sociedad como la desigualdad y los bajos salarios que, por supuesto, generan más pobreza y contribuyen al deterioro de la economía.
Con ejemplos claros pretende esclarecer a que se refiere con la desigualdad y sus consecuencias. Entre ellas menciona problemas sanitarios, altos índices de criminalidad, menores niveles de educación, de cohesión social y de esperanza de vida.
Quizá la reflexión más importante y en donde se centra las consecuencias de la desigualdad sin duda es como: “el 1% de la población disfruta de las mejores viviendas, la mejor educación, los mejores médicos y el mejor nivel de vida, pero hay una cosa que el dinero no puede comprar: la comprensión de que su destino está ligado a cómo vive el otro 99%”. También culpa a los excesos del mercado y avisa: “Lo que mucha gente ignora es que las desigualdades cuestan muy caras, porque contribuyen directamente al deterioro de la economía y a sus desvíos”. Es lo que Stigliz llama “subversión de la democracia”. A mi parecer es lo que se necesita para que la economía presente cambios importantes. También detalla como las políticas de gobiernos e instituciones son propensas a acentuar la tendencia de dar ventajas a los más privilegiados frente al resto de la población.
Otra punto importante para resaltar del libro es la crítica a las ideas de libre mercado y al camino que Estados Unidos y muchas otras sociedades han tomado durante los últimos treinta años, demostrando porqué no es solo injusta sino insensata.
El autor afirma que hay una desigual lucha de clases de un 1 % de ricos que vive a expensas del 99 % restante; como esta fábula es insostenible en un régimen democrático, se añaden más: esos ricos no solo son malvados de manual, no solo provocan las crisis y manipulan la educación sino que además son los dueños del Estado, un mero títere en manos de estos pérfidos, que son sólo de derechas y además son liberales. A esta extraña teoría política se une una abierta contraposición con la realidad, nuestros males derivan de un exceso de liberalismo, denominado “fundamentalismo de mercado”; y, como si de verdad viviéramos en unas economías sin intervención, la crisis se debe a “los mercados sin trabas de ningún tipo”.
Resalta también la intervención del Estado es imprescindible porque en la práctica no se cumplen los supuestos neoclásicos “de una competencia perfecta, de unos mercados perfectos y de una información perfecta”. Esta es una distorsión bastante extendida, y un viejo hábito: como decía Schumpeter, no combatimos contra las personas y las cosas como son, sino contra las caricaturas que primero creamos de ellas. Así, la economía neoclásica elaboró unos modelos basados, lógicamente, en simplificaciones de la realidad, y después demostró, lógicamente, que no reflejaban la realidad.
El libro incluye otros tópicos: el paro es culpa del mercado y se resuelve aumentando la demanda vía un mayor gasto público; un poco de inflación no importa; la austeridad es mala; Estados Unidos es el peor de los países desarrollados, porque allí no hay igualdad de oportunidades, y en materia de salud está incluso peor que Cuba; la gente es manipulada por la publicidad ; el sector privado no es más eficiente que el público; las exportaciones crean empleo y las importaciones lo destruyen; y todos los problemas se resolverían con aún más intervención para lograr una mayor igualdad, al módico precio de subir los impuestos, pero solo sobre el 1 % de opulentos, y quitarles “un poco de su riqueza” para ayudar a “los de abajo” y que está pasando ahora mismo en nuestro país con las reformas.
Stiglitz detalla de manera fácil de entender las teorías del neoliberalismo demócrata como contra las del laissez-faire republicano. Stiglitz se sitúa en un lugar aparte en su desafiante rechazo a conceptos como el de la inevitabilidad. Él pretende dar un giro a los términos del debate, escribe también sobre cómo el sistema está en peligro y lo que se necesita hacer para arreglarlo.
CONTENIDO
En este libro la reflexión más importante gira en torno al 1% de la población tiene lo que el 99 % restante necesita, de esta manera el autor hace todo un análisis en cuanto a las sociedades y a la forma en la cual se llegó a estos porcentajes tan catastróficos y reales, con una serie de ejemplos que hoy no solo causan indignación si no que son reales y para los cuales también se destacan algunas ideas de cómo combatirlos. El 1% de la población tiene las mejores casas, la mejor educación, los mejores médicos y el mejor nivel de vida. Pero sólo hay una cosa que el dinero parece no haber comprado: la comprensión de que su destino está ligado a cómo vive el otro 99 %. A lo largo de la historia, esto es algo que ese 1 por ciento siempre acaba por entenderlo cuando ya es demasiado tarde.
Enfatiza sin lugar a dudas el descontento e identifica tres aspectos esenciales: los mercados no funcionan como deberían (no son ni eficientes ni estables); los sistemas políticos son incapaces de corregir las deficiencias del mercado; y los actuales sistemas económicos y políticos son fundamentalmente injustos.
Se centra principalmente en la gran desigualdad que estos sistemas promueven, pero también explica lo intrínsecamente vinculados que están. Stiglitz argumenta que la desigualdad es tanto la causa como la consecuencia del fracaso del sistema político, y además, contribuye a la inestabilidad de nuestro sistema económico.
Hay un consenso generalizado en que los sistemas económico y político han fracasado, y que ambos sistemas son básicamente injustos.
Por otra parte también no hace referencia al capitalismo no solo no está cumpliendo lo que prometía, sino que está dando lugar a lo que no prometía: desigualdad, contaminación, desempleo, y lo que es más importante, la degradación de los valores hasta el extremo en que todo es aceptable y nadie
...