El Principe

La prueba testimonial presenta características típicas dentro

del proceso laboral, en la que constituye uno de los elementos de

más importancia a la hora de dilucidar los hechos debatidos.

Es que tanto para el trabajador poder demostrar

circunstancias relativas al vínculo que no se encuentran

debidamente registradas (categoría, salario, horario de trabajo,

etc.) como para ambas partes acreditar la existencia de

determinadas injurias que justifican el distracto o, en el caso

del empleador, la aplicación de sanciones, en general no existe

otro medio de prueba que la declaración de testigos y esos

testigos, necesariamente, no son totalmente ajenos a las

cuestiones debatidas pues dado que los hechos a acreditarse se

producen, en su gran mayoría, dentro del ámbito laboral, son

siempre compañeros de trabajo los más aptos para deponer sobre las

cuestiones.

Frente a este hecho de la realidad, nos encontramos con que,

al trabajador, le resultara siempre dificultoso que compañeros de

trabajo que siguen prestando servicios para el mismo empleador,

puedan declarar a su favor en el proceso, pues existe el temor,

fundado, de enemistarse o sufrir represalias1.

Por otra parte, cuando es el empleador quien ofrece como

testigos a sus propios dependientes, existe la presunción de que

ninguno de ellos declararía algo en contra de su patrón, pero por

otra parte quién mejor que los mismos empleados para poder

testificar sobre las condiciones de trabajo en la empresa o

determinado conflicto particular.

Finalmente, también es común que los testigos que declaran a

favor del trabajador tengan a su vez procesos contra el empleador,

lo que resulta lógico dada la restricción ya señalada que

encuentran los empleados para encontrar compañeros que siguen

trabajando y que estén dispuestos a declarar a su favor, como así

también el hecho notorio que constituye que, en general, si una

empresa no cumple adecuadamente sus deberes registrales ello no

sucede respecto de un solo empleado, sino que suele ser una

práctica que afecta a todos.

Por ello resulta preciso tener presente, a la hora de

ofrecer, interrogar y evaluar a los testigos, distintos supuestos

que permitirán determinar el valor real que cabe darle a tal

declaración.

2- Testigos con juicio pendiente

Se ha señalado q

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