El Rol Docente (Reflexión)
Enviado por xavier9019 • 30 de Julio de 2013 • 337 Palabras (2 Páginas) • 417 Visitas
Hoy en día el docente debe estar bien preparado en relación a su rol para asumir la tarea de educar a las nuevas generaciones, ello implica no sólo la responsabilidad de transmitir conocimientos básicos de los temas a tratar en el aula de clase, sino que también debe de adquirir el compromiso de afianzar los valores, aptitudes, actitudes y habilidades necesarias para que sus alumnos puedan vivir y desarrollar sus potencialidades plenamente, mejorar su calidad de vida, tomar decisiones fundamentales y continuar aprendiendo durante su proceso de aprendizaje en su vida.
El docente debe de crear un ambiente agradable y estimulante dentro y fuera del aula de clases para facilitar la relación con sus alumnos, para llegar a conocerlos y comprenderlos mucho mejor, ya que en muchas ocasiones la falta de interés del docente hacia sus alumnos hace ver al docente como un ogro, sin embargo, cabe destacar que detrás de ese desinterés hay un buen amigo dispuesto a guiar, a dar concejos y brindar ayuda sincera cuando los alumnos lo deseen y ante cualquier situación critica que la vida les presente.
De tal manera que el docente debe de estar preparado para cualquier situación de cambio que se le presente, y debe de hacer un buen uso de su experiencia y de las nuevas técnicas de enseñanza y actualizarse y nutrirse de nuevos conocimientos y avances tecnológicos en cada una de sus áreas de enseñanza.
Cabe destacar que en la actualidad la mayoría de la nueva generación de docentes ejercen la docencia no por vacación de enseñanza sino por la remuneración y los beneficios que dicha profesión les proporciona, por ello antes de incursionar en el ámbito docente hay que reflexionar sobre lo que implica ser docente y saber con certeza si en verdad se tiene la vocación necesaria para la enseñanza de los demás.
En conclusión la tarea de enseñar es un arte en ejecución que los docentes debemos de realizar con mucha pasión, dedicación y esmero, para comprender la felicidad de ser un verdadero docente.
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