El artista Piet Mondrian
Enviado por alberto0404 • 13 de Marzo de 2015 • Informe • 425 Palabras (2 Páginas) • 178 Visitas
El artista Piet Mondrian autor de esta magnífica obra, creada en 1926, máximo representante del neoplasticismo holandés. Tiende siempre a la máxima reducción de los elementos integrantes de la obra artística y convierte las líneas verticales y horizontales, así como los tres colores elementales (amarillo, azul y rojo) en la base de toda su gramática formal. Se caracteriza, en definitiva, por la elementalidad, racionalidad y funcionalidad de las formas.
Toda la pintura de Mondrian es una operación sobre nociones comunes, sobre la elementalidad de la línea, del plano y de los colores fundamentales. Todas las obras realizadas entre 1920 y 1940 se parecen: son un enrejado de ordenadas que forman recuadros de distintos tamaños y colores elementales entre los que predomina el blanco (la luz); cada uno de ellos depende de una diferente situación perceptiva per o el resultado es siempre el mismo. Toda experiencia de la realidad tiene que revelar la estructura constante de la conciencia.
Un cuadro de Mondrian es una superficie "impresionada" con pocos colores: es la pantalla pictórica de los impresionistas que los cubistas habían transformado en pantalla plástica. Transforma la superficie (empírica) en plano (ente matemático). Al dividir la superficie mediante las coordenadas verticales y horizontales, resuelve en una "proporción" métrica todo lo que, en la naturaleza, se da como anchura y altura. Sólo queda lo que se da en la tercera dimensión y que son las infinitas sensaciones que varían según el color local, la distancia y la luz. Esta es la compleja materia que tiene que ser reducida a los "términos mínimos". En los compartimentos hay variaciones de "cantidad" de luz reducidas a distintas "cualidades" de color, tan distintas como puedan serlo dos números cualesquiera que, en cuanto a números, no son distintos el uno del otro.
Las líneas negras tienen una función muy precisa: sin ellas los colores se influirían y, según Mondrian, entre los colores no tienen que existir relaciones de fuerza sino métricas: no son los sentidos sino la mente quien tiene que valorarlos. Mondrian, de hecho, nos demuestra tres cosas: en primer lugar, que la percepción de un color no cambia, que la valoración del color no cambia, que la valoración del color percibido cambia con la amplitud del área que cubre y con su forma. En segundo lugar, que dos zonas de distinta extensión tienen el mismo valor cuando la diversidad de extensión está compensada por las distintas profundidades del tono. Finalmente, que la proporción perfecta se tiene cuando todos los valores del sistema se equilibran formando un plano geométrico y ya no una superficie geométrica.
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