El concepto de guías o normas
Enviado por Coord. Instrumentación Quirúrgica ESE HRPL • 6 de Noviembre de 2015 • Resumen • 28.199 Palabras (113 Páginas) • 181 Visitas
INTRODUCCIÓN
Las normas prácticas (también conocidas como principios clínicos, parámetros prácticos, protocolos, reglas de las necesidades médicas, indicadores médicos, algoritmos, criterios y patrones preferidos de práctica) han despertado en los últimos años un considerable interés entre los médicos y otras personas implicadas en el sistema de salud. Se ha estimulado el interés de las organizaciones médicas, de las empresas e instituciones relacionadas con la prestación de servicios de salud, de asociaciones de usuarios y de los entes gubernamentales por motivos diferentes: Variaciones significativas en la utilización de recursos, la inflación en el precio de los tratamientos médicos, información para los responsables de la administración de los recursos económicos, físicos y humanos para tener orientación objetiva. También pueden las guías ser una gran ayuda para mejorar el tratamiento del paciente manteniendo una proporción adecuada de la relación costo-beneficio, pero no constituyen una panacea.
El concepto de guías o normas no es nuevo. En la literatura médica existen desde hace muchos años referencias sobre indicaciones, contraindicaciones, elección de medicamentos y sobre prácticas recomendadas o estándar. En la actualidad estamos evolucionando para convertir estas ayudas en herramientas de trabajo mas activas.
Estas guías se han empezado a desarrollar por parte de los médicos en forma individual y en algunos casos en pequeños grupos. Las guías que son elaboradas y utilizadas por el grupo médico, pero si los responsables subsidiarios, ordenadores del gasto y administradores no son conscientes del compromiso que tienen para facilitar el cumplimiento de lo propuesto con base en la evidencia médica este trabajo no tendría sentido.
Proporcionar un cuidado de la salud es un trabajo comunitario, altamente interdependiente y multiprofesional. Si las guías se realizan con el objeto de ser estándares para la calidad del tratamiento, deberían desarrollarse con el compromiso de todas las partes que tienen un interés legítimo en la evaluación y mejora de la práctica médica
Esperamos una respuesta retroalimentadora a esta primera versión que para que las conductas médicas aquí definidas cuenten con el aval de la administración quien debería comprometerse a facilitar los medios necesarios para poder desarrollar adecuadamente las conductas médicas aquí propuestas.
Posteriormente estaremos desarrollando otros temas dentro de la amplitud que implica preservar y restablecer la función del sistema esquelético y neuromuscular, objetivo de la ortopedia.
I. ASPECTOS MEDICOS- LEGALES
1. Urgencias frecuentes
Las lesiones osteomusculares agudas son una de las causas más frecuentes de consulta en los servicios de urgencia. Los pacientes son en general adultos jóvenes en plena actividad productiva o bien niños, y la situación de emergencia suele encontrarlos en pleno estado de salud. Los traumatólogos se ven apremiados a instaurar tratamientos a veces definitivos bajo condiciones difíciles para la preparación ideal del paciente. Los mismos no han elegido al profesional sino que han concurrido o han sido derivados a una guardia de emergencias en donde muchas veces son recibidos por médicos generales, quienes inician el manejo de las condiciones clínicas generales, realizan el diagnóstico ortopédico por clínica y radiología y recién luego lo entregan al traumatólogo. Este hecho puede complicar la correcta atención inicial de estos pacientes, la cual es fundamental para obtener un resultado satisfactorio. Esta
Situación en donde el médico tratante no es el mismo que inicia la atención, expone al
Traumatólogo a una baja comunicación con el enfermo, pues en realidad la información necesaria para definir y realizar el tratamiento ya ha sido preestablecido por el médico general. El bajo contacto con el paciente facilita la deficiencia en la información, la cual es un elemento básico de la relación médico-paciente y uno de los principales factores de demandas contra los profesionales de la salud.
2. Condiciones de trabajo desfavorables
Las condiciones actuales de prestación de los servicios de salud, tanto en el sector público como en las obras sociales y prepagas determinan que los traumatólogos (como la mayoría de los médicos) tengan que atender a un excesivo número de pacientes durante la jornada laboral, lo cual no sólo atenta contra una buena relación médico-paciente sino que también dificulta la generación de las pruebas que serán necesarias para una efectiva defensa en caso de reclamos: una buena historia
Clínica, la advertencia de los riesgos, el consentimiento y las recomendaciones ambulatorias.
3. Utilización de prótesis y elementos quirúrgicos Especiales para los procedimientos.
Cuando estos elementos son inadecuados, reutilizados o defectuosos exponen a complicaciones en las que generalmente se considera sólo al profesional como responsable. El traumatólogo debería obtener el apropiado material protésico de proveedores o fabricantes reconocidos. La seguridad y confiabilidad de los materiales deberá estar sustentada en evidencias científicas publicadas. Debería estudiar también las instrucciones del fabricante y mantenerse actualizado en todo lo referente a materiales y diseños. En muchos juicios, el tema de discusión es específicamente el tipo de implante indicado, no porque el colocado no se utilice, sino porque hay mejores. Que un traumatólogo utilice una técnica o implante de uso habitual, a los que está acostumbrado, y que son reconocidos tanto en la bibliografía nacional como internacional no constituye una mala práctica médica, aunque existan otros que puedan ser mejores. Siempre deberá probarse la impericia, imprudencia, negligencia o inobservancia de los deberes y no parece que la elección de una técnica o prótesis reconocida lo sea.
Ante un reclamo basado en daños producidos por implantes defectuosos el profesional deberá probar su diligencia, prudencia y pericia en la selección y manejo de los materiales ya que puede ser hallado responsable por cualquier daño originado en fallas del material. También las nuevas tecnologías, muy frecuentes en esta especialidad, exigen del profesional una gran capacidad de discernimiento e independencia frente a la presión comercial de los productores de estos elementos, que muchas veces pueden inducir daños al paciente por recibir tratamientos novedosos no adecuadamente probados o con la suficiente evidencia de investigación previa.
4. Gran dependencia de
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