El dialogo como fenómeno humano, el análisis del dialogo es algo más que un medio para que este se produzca, se nos impone buscar sus elementos constitutivos.
Enviado por Rocio Garcia • 18 de Junio de 2017 • Ensayo • 1.595 Palabras (7 Páginas) • 246 Visitas
Pedagogía del Oprimido cap. 3
El dialogo como fenómeno humano, el análisis del dialogo es algo más que un medio para que este se produzca, se nos impone buscar sus elementos constitutivos.
Esta búsqueda implica dos dimensiones acción y reflexión, no hay palabra verdadera que no sea una unión en entre acción y reflexión, y por consecuencia no sea praxis.
La palabra inauténtica con la que no se puede transformar la realidad, priva la palabra de su dimensión activa, se sacrifica, la reflexión, transformándose en palabrerío, solamente verbalismo, no se puede esperar la denuncia del mundo ya que no hay denuncia verdadera sin compromiso de transformación, ni compromiso sin acción.
Se destaca la acción con el sacrificio de la reflexión esto se convierte en activismo, al minimizar la reflexión, niega la praxis verdadera e imposibilita el dialogo.
La existencia no puede ser muda, silenciosa, nutrirse de falsas palabras sino con palabras verdaderas con las cuales los hombres transforman el mundo, existir es “pronunciar” transformar el mundo. Los hombres se hacen en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión, esto mismo es derecho de todos los hombres.
Decir la palabra implica en encuentro de los hombres para esta transformación.
Para pronunciar el dialogo no se debe agotar la relación entre yo-tu, este es imposible entre aquellos que quieren pronunciar el mundo y lo que no quieren hacerlo, entre los que niegan a los demás el derecho de decir la palabra y aquellos que se ha negado este derecho, es necesario que estos reconquisten ese derecho prohibiendo que continúe este hecho deshumanizante.
El dialogo se impone como el camino mediante los hombres ganan significación en cuanto tales, este es una exigencia existencial, debe ser transformado y humanizado, no puede ser reducido en un acto de depositar idea de un sujeto a otro. Tampoco es una discusión guerrera, polémica entre dos sujetos que no aspiran con la pronunciación del mundo, sino que están interesados en la imposición de su verdad, es un acto creador.
La conquista implica en el dialogo la conquista del mundo para la liberación del hombre, no hay dialogo si no hay un profundo amor por el mundo y a los hombres, siendo que el amor es la fundamentación del dialogo. El amor es compromiso con el hombre, representa un acto de valentía. Este acto de valentía no debe ser pretexto para la manipulación, debe generar actos de libertad.
Por otro lado no hay dialogo si no hay humildad, este no puede ser un acto arrogante, debe ser entendido como un encuentro de los hombres para la tarea común de saber y actuar, esta misma se rompe si los polos (o uno de ellos) pierde la humildad.
La autosuficiencia es incompatible con el dialogo, no pueden ser sus compañeros de pronunciación del mundo si alguien no es capaz de sentirse tan hombre como los otros, significa que le falta para llegar al lugar de encuentro con ellos, no hay ignorantes absolutos, ni sabios absolutos, solo hay hombres en comunicación buscando saber más.
No hay dialogo si no hay una intensa fe en los hombres de hacer y rehacer, el hombre dialógico tiene fe en los hombres antes de encontrarse con ellos, esta misma no es una fe ingenua. Sin esta fe el dialogo se transforma en una manipulación paternalista.
Al basarse en el amor, la humildad, la fe en los hombres el dialogo se transforma en una relación horizontal en que la confianza es una consecuencia obvia. Esta confianza no existe en la concepción “bancaria” de la educación.
La confianza va haciendo que los sujetos dialógicos se vayan sintiendo más compañeros en su pronunciación del mundo. Un falso amor, una falsa humildad, una fe dedil en los hombres no puede generar confianza. Decir una cosa y hacer otra, no tomar la palabra enserio, no puede ser estimulo de confianza.
Tampoco hay dialogo sin esperanza, la esperanza está en la raíz de la inconclusión de los hombres, mueven esto en permanente búsqueda, no pueden darse de forma aislada sino en una comunión. La deshumanización no puede ser motivo para la perdida de la esperanza, esta debe ser un motivo para tener más esperanza.
Si los sujetos del dialogo nada esperan de su quehacer, ya no puede haber dialogo, no hay dialogo verdadero si no existe en sus sujetos un pensar verdadero, un pensar crítico, que no acepta la división mundo-hombres, reconoce entre ellos la solidaridad.
Para el pensar ingenuo lo importante es la acomodación a este presente normalizado, en cambio para el pensar critico es la permanente trasformación de la realidad, es decir, permanente humanización de los hombres.
Sin el dialogo, que implica el pensamiento crítico, no hay comunicación y por lo tanto no hay una verdadera educación. Para realizar la educación como práctica de la libertad su dialogicidad empieza cuando aquel se pregunta (educador) en torno a que va dialogando con estos (educando).
Una concepción ingenua del humanismo está en su ansia por presentar un modelo de “buen hombre” esta se olvida de la situación concreta de los hombres mismos. El humanismo consiste en la toma de conciencia de nuestra humanidad, como condición y obligación, como situación y proyecto.
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