El hombre como lúdico y agónico
Enviado por Aldo Velazquez • 10 de Enero de 2016 • Resumen • 1.690 Palabras (7 Páginas) • 422 Visitas
El hombre como lúdico y agónico
Alude a un entre cruces de ámbitos en los que se expresa y se realiza, se transforma y se afronta el ser al propio mundo. Se afirma que el sujeto humano, no es pura subjetividad ni pura objetividad
El juego en cuanto a la actividad se refiere, llena de sentido, significativa del mismo proceso vital, se conjugan sus características la capacidad creadora y la racional del ser humano. El juego es considerada una acción u ocupación libre, que se desarrolla dentro de unos límites temporales y espaciales delimitados, según las reglas obligatorias, aunque anteriormente fueron aceptadas.
El juego es un medio para ganar dinero, está más bien dirigido para la distracción y diversión del individuo. Aunque en los juegos de azar consistan en siempre obtener una ganancia, el placer del juego esta cifrado y se centra, sin embargo, en sí mismo porque nunca crea una riqueza es por mera distracción. El juego es una perfección que apunta a superar las limitaciones de la vida, con ese anhelo de superación. Por otra lado el juego está arraigado en la cultura, como su matriz nutricia. Entre los juegos más persistentes y comunes, merece destacarse el juego de disfraces. Sin duda, la acción lúdica permite la adquisición de hábitos y formas culturales y sociales relevantes, tales como la convivencia, el respetar las normas asignadas, todo según las diversas categorías de juegos. Existen muchos tipos de juegos.
La fiesta marca una incisión en el tiempo cotidiano, no sólo o no tanto en sentido de pausa o en la negociación de, trabajo ordinario sino especialmente en el sentido de incitación a lo positivo de la celebración, del encuentro. El decir fiesta supone un festejo. Celebración de algo muy relevante y/ o muy significativo para festejar dicho acontecimiento. La vida es una epifanía de la bondad del universo y del propio ser humano, que se afirma y condensa en esos acontecimientos que urgen a la alegría. La fiesta a diferencia del juego, en donde la creatividad se expresa en campos reglados y fijos, deja libre a la improvisación y a la fantasía los espacios a transfigurar, decorar ya que una fiesta requiere de una decoración especial adecuado a la celebración por realizar. En los modos plurales de celebración festiva y en los diversos contextos, suelen resaltarse de manera más drástica o contundente aspectos, formas de afirmación de suprema libertad de ruptura o burla de realidades cotidianas que oprimen o impiden la genuina expresión humana.
El centro, el corazón de muchas fiestas, especialmente familiares, suele ser el banquete, expresión de amistad, apertura a la intercomunicación.
La vida no sólo necesita reposo, ocio, descanso, cesación de tareas, sino incisión festiva, espíritu de celebración.
El humor consiste en mostrar el lado cómico del hombre y sus situaciones, en hacer reír, en toda la escala que va de una sonrisa o guiño. Para lograr la risa el humor resalta casi siempre el reverso de las realidades cotidianas. Parece claro que humor y risa, humor y comicidad se dan y van de la mano. Lo cierto es que cuanto se aproxima a lo humano participa de su posibilidad cómica. Tropiezo del humor, causa de risa, porque es siempre superable, puede ser vencido, remontado. El humor se expresa como solidaridad social. Es sospechoso reírse solo. La risa es epidémica por lo tanto es contagiosa.
El humor cumple una formidable función terapéutica. Numerosos médicos y especialistas resaltan en creciente , el valor curativo que este tiene.
El agónico manifiesta el lado arduo, quemante, exigente de la realización existencial, con frecuencia antagónica consigo misma y con los otros agonistas, posibles antagonistas también. También juega un signo saludable el llamado sentido del humor, como capacidad de asumir los problemas desde ángulos diversos, humorística mente hablando. Para ello es necesaria la inmersión en la acción lúdica, como condición de emerger en madures de nuevas realizaciones.
Agonia, insista en la condición de ser limitado contra las limitaciones, los apretujeos del espacio, las urgencias del tiempo, contra y en determinaciones y dcoincidencias.
El organismo humano, tanto el biológico como el psíquico, en su misma contextura comportan vulnerabilidad, disfunciónalidad. Las que son llamadas desgracias acechan siempre, llegan puntuales siempre a aparecerá una en algún momento. La libertad y la responsabilidad van muy unidas. En sus actos que realiza el hombre no puede prever todas las derivaciones o consecuencias interrelaciones de su obra.
El mal metafísico es en suma, en cuanto limitación, es la raíz de todas las limitaciones posibles. El mal metafísico enraíza, el problema del mal en una deficiencia en el orden del mundo y del hombre.
El sentido indica la dirección, como cuando vas por una autopista o carreta y observas un letrero con una señalización hacia donde tienes que dirigirte. El sentido total último de la vida se ilumina siempre desde el final de la meta.
El valor connota una realidad valiosa y un reconocimiento de lo valioso de esa realidad. El hombre es radicalmente tendente, vale decir, aspira en su misma esencia al bien para sí, ese debe ser para ser que es lograr el bien integral de sus propias estructuras.
El hombre como regalo y tarea
El punto de llegada a este abordaje a la comprensión del hombre, puede ser entre tantos indicadores sorprendentes este hecho básico
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