El mismo argumento de siempre..
Enviado por AllyStormy • 23 de Octubre de 2016 • Apuntes • 1.213 Palabras (5 Páginas) • 168 Visitas
Capítulo 1
El sonido de algo romperse contra el piso seguido de un grito sonó por toda la casa.
— ¿Cuál es tu maldito problema? ¡Pudiste haberme lastimado! —reclamó Verónica, que estaba teniendo otra pelea con su madre.
— Esa era la idea, mocosa, ¡no saldrás a ningún lado sin mi permiso! —respondió antes de lanzar un florero en dirección a su hija, que cayó a los pies de ésta junto con flores ya muertas desde hace meses.
— ¡Deja de hacer eso!
La discusión pudo haber seguido por horas de no ser porque escucharon una motocicleta acercarse a la casa, sonido que ya le era familiar a los que ahí vivían.
Verónica salió rápido de la casa antes de que esa mujer, a la que se negaba a llamar mamá, hiciera un comentario al respecto. Subió a la motocicleta, se colocó el casco que le ofrecía su acompañante y se fueron rumbo al destino de siempre; El Centavo.
El Centavo era uno de los lugares más peligrosos del municipio de Guerrero. Ahí se traficaban drogas, se tomaba alcohol en exceso, había mujeres ofreciéndose sin la más mínima vergüenza. Eso y más era lo que encontrabas en esa colonia dominada por viciosos. La policía no hacía esfuerzo alguno por detenerlos, Verónica no sabía si era por miedo, amenazas o sobornos.
No era precisamente el lugar en el que le gustaría estar, al menos no antes. Desde que empezó a salir con Daniel, el chico que conducía la motocicleta, se acostumbró a ese tipo de ambientes.
— Espera aquí. —dijo Daniel al llegar a un bar, La Farmacia, según el letrero ubicado sobre la entrada.
Verónica asintió con la cabeza, se sentó en una caja de plástico que estaba boca abajo sobre la acera y se puso a pensar.
¿En qué momento su familia se había vuelto tan distante? Antes, cuando ella tenía apenas 6 años, salía con sus padres a pasear y divertirse, a tener un momento familiar. Sus padres eran tan unidos, no pasaba un día sin que se recordaran lo mucho que se amaban, cosa que a Verónica le parecía repugnante en ese tiempo pero ahora lo extrañaba.
Después, cuando tenía 13 años y le anunciaron que iba a tener un hermano menor, se puso tan contenta. Ya tenía todo planeado, tenía cada momento con su hermanito en su mente aunque todavía no nacía. Cuando diría su primera palabra, aprendería a andar en bicicleta, a caminar, a leer. Pero su madre no parecía muy contenta.
Cuando Sebastián nació, su madre no le daba la atención necesaria, por consecuencia el pequeño no hacía más que llorar y llorar, y su padre se lo repetía cada día.
— Tienes que cuidar al bebé. —dijo Alejandro, su padre, cargando al niño en brazos, tratando de calmarlo.
— ¿Disculpa? Soy una mujer independiente, no debes decirme que hacer.
— ¡Es tu deber como madre! Yo no puedo alimentarlo, necesita de ti. —formuló ahora más preocupado.
— Pues a ver como lo haces, yo ya me voy.
— ¡Melissa! —gritó su padre, pero ella lo ignoró.
Su madre nunca mencionó a donde iba por las noches, pero Verónica se hacía una idea de ello ya que no llegaba en un par de horas, sino hasta la mañana del día siguiente, siempre en un estado de ebriedad.
Su padre ya no hacía nada para contradecirla, de todas formas, su antes amada esposa, lo culpaba de violar sus derechos como mujer, de querer tenerla como esclava en la casa cuando él lo único que pedía era que se hiciera cargo del bebé.
Eso y otros problemas ya no habían tratado de resolverse, Verónica tuvo que hacerse cargo de Sebastián con ayuda de su padre, quien le ha estado pagando la educación a su hijo aunque ahora había empezado a tener problemas con los costos. Su esposa no cooperaba en nada y eso lo hacía todavía más difícil.
— ¿Vero? —la voz de Daniel la sacó de sus pensamientos, ella lo miró y le dedicó una sonrisa que él sabía que era falsa. — Hey, ¿qué pasó ahora?
— Ya sabes, lo mismo de siempre. Melissa piensa que no soy buena para nada en la vida, ¿puedes creerlo? ¡Cómo si ella fuera la persona más gentil del universo! —Daniel le pasó una lata de cerveza fría sin decir palabra, su novia necesitaba desahogarse así que no la interrumpiría — Y mi padre está teniendo problemas para pagar la casa y el estudio de Sebastián, no sabes las ganas que tengo de ayudarlo pero no me deja hacerlo, dice que ya es suficiente con ser yo quien se haga cargo de mi hermano pero no lo es, Daniel. Para mí no es suficiente. —se detuvo un momento para tomar de la bebida— Deberías verlo, llega muy cansado a la casa pero no puede descansar porque Melissa empieza a gritarle montón de cosas, ¿tienes idea de las ganas que tengo de asesinarla de una maldita vez? —volteó a ver a Daniel, él no respondió pensando que ella seguiría hablando pero al ver como empezaba a mostrarse molesta por no recibir una respuesta suya asintió rápidamente con la cabeza— Gracias por escuchar, debo tenerte cansado de mis quejas diarias.
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