El rol del docente en la educacion contemporanea
Enviado por antonio04 • 14 de Agosto de 2015 • Ensayo • 1.325 Palabras (6 Páginas) • 317 Visitas
ENSAYO
LA CALIDAD DE LA ESCRITURA Y SU IMPORTANCIA EN LA FORMACIÓN DOCENTE
Prof. Antonio Romero
Durante años, se ha hecho especial hincapié en la importancia de la escritura como una habilidad que promueve la consolidación del pensamiento abstracto, las habilidades motoras, las relaciones sociales, la personalidad, la autoestima, entre otros. Debido a la importancia que reviste, la escritura forma parte de las destrezas que, con carácter obligatorio, un docente debe ayudar a desarrollar en sus estudiantes. Sin embargo, el problema de la enseñanza de la escritura se presenta cuando el docente no posee las herramientas y destrezas fundamentales para lograr transmitir efectivamente esquemas escriturales adecuados a su población de aprendices. Al respecto girará este ensayo.
La escritura, según las múltiples definiciones dadas por Cassany (2003) representa una macrodestreza productiva cuyo propósito fundamental es transmitir e intercambiar, a través de mecanismos diferidos en el tiempo, ideas, opiniones, información, sentimientos, entre otros, con el objeto de entretenernos, convencernos de algo, instruirnos, etc. Por tanto, el desarrollo de habilidades de escritura implica procesos de gran importancia, como lo son la planificación (determinar el tema y las ideas a presentar), la escritura propiamente dicha (hacer uso de mecanismos de coherencia y cohesion para construir el texto escrito), la edición (eliminar información sobrante o incluir información faltante, modificar el orden de ideas) y la revisión (evaluar el producto de escritura en términos de comprensión). Pero, ¿el sólo cumplimiento de estas pautas es lo que garantiza una escritura de calidad? No. Para que un texto escrito sea catalogado como un texto de calidad debe también adecuarse a la audiencia a la que va dirigido, tener un propósito comunicativo, tratar un tema contextualmente importante, entre otros aspectos de interés (Pineda, 2004).
A nivel universitario y durante el proceso de formación docente, el aprendizaje de esta habilidad resulta de mayor importancia, debido a que es justamente el docente quien dirigirá el proceso a través del cual los estudiantes y futuros escritores desarrollaran habilidades productivas de tipo escritural. Es entonces el estudiante de educación y/o futuro docente el que tiene la responsabilidad de formar escritores eficientes. Desafortunadamente, la realidad predominante en diversos institutos de educación a todo nivel refleja que el obstáculo principal para que el docente pueda lograr esto en sus estudiantes, radica en el mismo, ya que en el transcurrir de su vida académica, profesional y personal, éste no ha logrado desarrollar habilidades mínimas que le permitan ser un escritor competente (Ferreiro, 2001). En muchos casos, la falta de práctica de los procesos de escritura ha hecho que el docente se sienta tan neófito como sus propios estudiantes. Por su parte, las instituciones de educación universitaria han dedicado gran parte de sus planes de estudio a resaltar el carácter teórico del desarrollo de competencias de lectura y escritura, pero han dejado muy poco espacio a la práctica y al desarrollo contextualizado de muestras escritas. Es decir, no se concibe la escritura como una muestra producto de la realidad del escritor y de la interacción de este con su entorno, sino que se plasma como una destreza que se desarrolla aislada del mundo real, desvinculada del quehacer social cotidiano. Quizá sea este aspecto el principal problema a solucionar para que nosotros, los docentes, podamos realmente propiciar una escritura de calidad en nuestros estudiantes y en nosotros mismos . Pero, ¿Cómo lograrlo?.
Lo primordial es que las instituciones que forman docentes a nivel nacional comprendan que la escritura tiene un origen social y que por lo tanto su enseñanza debe estar basada en la utilidad que esta destreza preste al desarrollo de relaciones sociales en los individuos y en su importancia para aprender sobre el mundo que nos rodea (Cassany,2003). Para ello, es necesario, en primer término, que los docentes aprendamos a producir textos con diversos propósitos comunicativos (convencer a alguien sobre la validez de una opinión particular, informar acerca de un hecho, narrar n acontecimiento, instruir acerca de cómo realizar algún procedimiento, entretener o distraer). También es importante exponerse a las dificultades que implica escribir (problemas para usar los signos de puntuación, para organizar las ideas y hacer las transiciones entre ellas, errores de ortografía, entre otros), ello permitirá reconocer como afectan los mismos la comprensión de un texto escrito y valorar, de manera práctica su uso adecuado. Otro aspecto fundamental para el desarrollo de docentes competentes en la escritura es comprender la realidad inmediata o contexto que los rodea y desarrollar muestras escritas basadas en su entorno y no en ámbitos ajenos a ellos, ya que el no hacerlo contribuye a hacer pensar que la escritura es una destreza ajena a sus intereses y necesidades reales. La escritura debe ser el medio a través del cual los docentes enseñen a sus estudiantes a preservar su historia, su idiosincrasia, sus tradiciones y costumbres además de manifestar a través de ella sus gustos, opiniones, acuerdos, desacuerdos, alternativas de solución a problemas, entre otros aspectos que forman parte no fragmentable de la vida del ser humano. Ese es el concepto de escritura productiva propuesto por Emilia Ferreiro y por otros autores para el desarrollo de habilidades de escritura que perduren y se consoliden en el tiempo. La escritura es un proceso reflexivo que sólo se hace significativo en la medida en que refleje la realidad del escritor.
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