El río Bermejo
Enviado por eduardopoma • 26 de Noviembre de 2012 • 1.908 Palabras (8 Páginas) • 392 Visitas
El río Bermejo: prodigiosa riqueza fácilmente aprovechable
En medio de las dificultades de la hora presente y las que inevitablemente sobrevendrán porque nuestros gobernantes han demolido el sistema estadístico, han desalentado la producción de energía y combustibles en sus diversas formas, han cegado fuentes de trabajo dignas como las derivadas de la producción agropecuaria y de la capacidad industrial del país, como han diseminado la pérdida de confianza en la aptitud de nuestra nación para cumplir los compromisos nacionales e internacionales contraídos, volvemos hoy a proponer la utilización de los ríos nacionales por su extraordinaria aptitud para crear riqueza y trabajo honrado y salir de las dificultades mencionadas. En esta oportunidad reiteramos las palabras que pronunciáramos el 27 de enero de 2010 en el almuerzo del Rotary Club de la Ciudad de Buenos Aires sobre el aprovechamiento del Río Bermejo que es uno de los ríos que tenemos olvidados. La “utilización de los ríos argentinos” se desarrolló en el mismo Rotary Club el 12 de enero de 2011 y será materia de otra publicación en esta hoja. Es buena la oportunidad para rendir homenaje a los patriotas argentinos Generales Julio Argentino Roca y Agustín Pedro Justo, Almirante Gregorio A. Portillo y Contador Nicolás Boscovich, cuyos desvelos pasados harán posible la concreción de esta obra. La decisión de realizar esta propuesta transformaría a nuestro país que se vería obligado para llevarla a cabo a convocar las mejores inteligencias y más altas calidades humanas. También se concluiría con la mentalidad del “no se puede” que sería sustituida por la garra y el coraje de quienes dirían “me atrevo”, mal grado los obstáculos y la rémora de pesimistas y timoratos.
LOS COSTOS DE TRANSPORTE QUE IMPIDEN EL DESARROLLO DEL INTERIOR ARGENTINO SE REDUCIRÍAN NOTABLEMENTE MEDIANTE EL TRANSPORTE FLUVIAL QUE ES MUCHO MÁS BARATO QUE CUALQUIER OTRO MEDIO.
Las aguas del río Bermejo y sus afluentes podrían ser utilizadas para la navegación fluvial en sendos canales que deberían cavarse y que comunicarían el territorio Boliviano desde dos puertos a construir, pasando por el espacio argentino hasta el río Paraná. El caudal del Bermejo y sus afluentes tienen suficiente agua para proveer a un primer canal navegable que desde la República de Bolivia atravesaría las provincias de Salta, Chaco y Formosa hasta el río Paraná. Un segundo canal también daría por lo menos un puerto a la provincia de Jujuy, uno a Salta, atravesaría el Chaco, permitiría erigir uno o más puertos en Santiago del Estero, atravesaría Santa Fe y comunicaría a la República de Bolivia y al noroeste argentino con el río Paraná, dándoles de esa manera salida al mar. Los costos de transporte que impiden el desarrollo de esas regiones se reducirían notablemente por el transporte fluvial mucho más barato que cualquier otro medio, se transformaría a un desierto de 250.000 km2 en un generador de riquezas y se podrían realizar actividades tanto en la República de Bolivia cuanto en la República Argentina que hasta ahora están vedadas por la lejanía a los centros de consumo. Además se llevaría agua y electricidad a lugares a los que hoy no llegan. Desde el punto de vista de las cuantiosas obligaciones externas que tiene nuestra Patria, estas obras impulsarían la creación genuina de capitales que concluirían con nuestro inveterado carácter de deudor moroso internacional a tasas de interés impagables, superiores a los beneficios que procuran. La propuesta revela que la cuenca del Bermejo serviría para usos múltiples que cambiarían la geografía de nuestro país y también la mentalidad del “no se puede” que se vería sustituida por la garra y el coraje de quienes dirían: “me atrevo”, mal grados la dificultad o la rémora de pesimistas y timoratos. La puesta en marcha de ésta decisión crearía miles de empleos dignos para todos los sectores sociales. Los habitantes de las villas miserias, muchas veces empantanados en habitaciones miserables y en un contorno envilecido por la droga y el crimen, podrían participar en ésta tarea grandiosa que exaltaría los mejores sentimientos de los argentinos y convocaría su voluntad creadora.
El río Bermejo y sus afluentes brindarían agua suficiente para los canales de navegación propuestos, generarían hidroelectricidad, habría agua para el consumo de la población, la ampliación del stock bovino, la agricultura y la industria. Se regarían 800.000 ha. Actualmente esas aguas se desperdician, al par que las de otros ríos argentinos, entregándolas al mar con escaso o ningún beneficio mientras millones de compatriotas carecen de lo elemental y nuestros gobernantes tienen que salir a pedir prestado fondos a los financistas internacionales en lugar de extraer de nuestro suelo las riquezas que indisputablemente obran en él para cancelar con aquellas, de una vez por todas, deudas vergonzosas.
QUE HABRÍA QUE HACER
El Rio Bermejo está tildado de “salvaje” porque cambia permanentemente de cauce lo que lo hace innavegable, por las grandísimas variaciones en su caudal que puede pasar de 5.000 m3 por segundo, como ahora en el estío al influjo de las lluvias monzónicas, a 20/30 m3 por segundo en buena parte del año, y porque transporta gran cantidad de sedimento que dan el color de sus aguas, origen a su nombre y causan río abajo toda clase de contratiempos.
El eje de los trabajos sería la construcción de una represa en “Zanja del Tigre”, cerca de la localidad de Pichanal en Salta que permitiría embalsar al río Bermejo luego de recibir las aguas del Río Tarija. Ese embalse tendría unas 26.000 ha y una capacidad de 4.000 hm3 y permitiría elevar la cota de esos dos ríos y construir en cada uno de ellos un puerto en territorio boliviano si sus autoridades no dispusieran otra cosa, que permitiría la navegación de barcazas convencionales de 1000 toneladas o posiblemente de barcazas de
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