El sexo fuera del matrimonio tiene un precio

El sexo fuera del matrimonio tiene un precio

Pam Stenzel

Introducción.

Vivo en el sudeste de Minesota con mi familia, tengo tres hijos: una en cuarto grado, otro en tercero y un pequeñito de un año. Mi esposo se queda en casa, se hace cargo de la granja y atiende a los niños cuando estoy fuera y lo hace muy bien.

Actualmente les hablo a unos 20,000 estudiantes al mes en todo el país. He aprendido mucho de los jóvenes a los que les he dado conferencias, muchísimo; y espero que en este rato que van a pasar conmigo aprendan algo que les sea útil. Antes de dedicarme de tiempo completo a dar conferencias trabajé como consejera durante nueve años en centros de crisis de embarazos en Chicago y Mineapolis.

Durante esos nueve años venían las jovencitas a mi oficina, y me decían: "Pam, si hubiera sabido que me iba a ocurrir esto, hubiera tomado otra decisión, pero nadie me lo dijo". Y empecé a preguntarle a estas chicas: "¿que podríamos haberte dicho? ¿que pudo haber compartido alguien contigo?, antes de que tomaras tu decisión, que te hubiera ayudado a tomar una mejor, y después de nueve años, me di cuenta de que había muchos jóvenes tomando decisiones respeto al sexo, sin tener ni la mas remota idea de las consecuencias que acarrearía esa decisión, de eso es de lo que vamos a hablar."

Quiero que comprendan, que no estoy aquí para decidir por vosotros, que es lo que van hacer en cuanto al sexo; lo comprendo, sus padres no pueden tomar esa decisión por ti, aunque algunos quisieran poder hacerlo. Yo ya les dije a mis hijos de nueve y diez años que cuando cumplan doce, los voy a encerrar en una caja y les voy a dar de comer por una ventana hasta que tengan diecinueve. Luego empecé a dar conferencias en universidades y tuve que aumentar esa edad a veinte y cuatro. Me encantaría poder proteger a mis hijos del dolor que veo todos los días y no puedo. Todo lo que puedo hacer es amarlos, decirles la verdad y esperar que tomen buenas decisiones. Hoy vine para que ninguno de ustedes deje éste auditorio y pueda decirle a un doctor, a un consejero o a su futuro esposo o esposa: yo no sabía, nadie me lo dijo. Hoy se les va a decir, pero lo que hagan al salir de aquí depende de ustedes.

Vamos a tomarnos este corto periodo de tiempo para realmente pensar en las decisiones que estamos tomando y en sus consecuencias. Díganme: ¿dónde obtienen los adolescentes en este país la información sobre el sexo?, ¿donde obtienen ustedes la información que tienen sobre el sexo?: La televisión, esa es la fuente número uno de información respeto al sexo que tienen los adolescentes en este país: la televisión, las películas y la música. El segundo lugar, de donde obtienen la información que tienen sobre el sexo, es de sus compañeros; quienes a su vez la obtienen de la televisión, las películas y la música. Estamos en grandes dificultades.

Los medios masivos de información les están diciendo: el sexo es fantástico, es divertido, todos lo hacen, y no hay ningunas consecuencias. Estoy de acuerdo con parte de eso: es fantástico y es divertido. Si el sexo se sintiera como cortarse la muñeca con un machete, no estarían ustedes aquí, sus padres no hubieran sido tan tontos. El sexo es muy bueno, sin embargo, no todos lo hacen, eso es una mentira, y si hay consecuencias.

Dios creo el sexo, es increíble, es una cosa maravillosa, el sexo fue creado para ser una parte importante de una relación, esa intimidad que une a dos personas en una forma única. Dios lo creo para nosotros, hizo del sexo algo maravilloso, sin embargo, lo creo con ciertos limites, dentro de los cuales el sexo es fantástico, pero fuera de esos limites el sexo es algo terriblemente destructivo; es como el fuego. El fuego en la chimenea es algo muy bueno, calienta mi hogar y se ve bonito, pero el fuego en el piso de la sala, no es algo positivo, podría incendiar mi casa y lastimar a mi familia; tiene que tener limites.

¿Cuál es el contexto, el límite que creó Dios para el sexo? El matrimonio, esa es la respuesta correcta. Sin embargo, he tenido a muchos jóvenes cristianos en mi oficina a través de los años, que me han dicho: pero nos amábamos. ¿Y? Dios sí creo el sexo para el amor, pero para el amor autentico y maduro que establece un compromiso. Creo el sexo para sellar y unir ese compromiso conyugal en el matrimonio: un compromiso permanente que dura toda una vida, ese es el limite del sexo. Ahora bien, a veces en el matrimonio hay mucho amor y pasión, eso ayuda mucho, a veces no, pero ese no es el criterio.

Hace once años subí al altar y miré al hombre a quien amaba y le dije: tú y solo tú, para bien o para mal, en la riqueza o en la pobreza, en la enfermedad o en la salud hasta que la muerte nos separe. Estaba loca y creo que él también, por que nos fue peor, más enfermos y más pobres. Lo siento, pero así puede ser el matrimonio, antes de casarnos pensamos que cuando nos casemos, viviremos felices para siempre, un emocionante romance todo el tiempo, y tal vez, piensen eso, por que ven el matrimonio de sus padres, y ven que es la relación mas romántica que han visto y saben que la suya será igual.

Antes de casarnos creemos que el sexo va ha ser muy divertido y el matrimonio muy romántico. Cuando me casé, mi matrimonio no era así, entonces mire a mi esposo y le dije: cielos! debes ser tu, porque yo soy la criatura mas emocionante que existe, obviamente, si hay problemas aquí, es culpa tuya, quizás si te dejara, conseguiría alguien mejor, y tendría una relación perfecta.

¿Saben que?: mi matrimonio tiene problemas por que estoy en él, algún día, cuando se casen, su matrimonio tendrá problemas porque van a formar parte de él, no somos Dios, no somos perfectos, ustedes no lo son, ni lo será su pareja. Yo no le dije a mi esposo hace once años: permaneceré casada contigo, si, o seguiré casada contigo, si me tratas como espero ser tratada; no le dije: seguiré siendo tu esposa, si pones los calcetines en su lugar, ni permaneceré casada contigo, si no aumentas 250 kilos en diez años ¿No? Lo que le dije, fue: estoy comprometida contigo por el resto de mi vida, pase lo que pase.

Jóvenes! Ese es el contexto seguro para el sexo, porque si van a abrirse por completo, si le van a dar todo lo que son a otro ser humano; física, emocional y espiritualmente; si se van a convertir en una sola carne, más vale que sepan que la otra persona no los va a abandonar, por que si lo hace, ustedes sufrirán.

Si olvidan todo lo que les digo y recuerdan solo una cosa, esto es lo que quiero que escuchen: que si tienen relaciones sexuales fuera de una relación matrimonial permanente, lo van a pagar, hay un precio. Nadie a tenido sexo fuera de ese contexto sin haberlo pagado. La pregunta es, ¿cuál es el precio? y ¿vale la pena?, ¿vale la pena?

...