El soneto en endecasílabos
Enviado por mariaa26 • 25 de Agosto de 2014 • Reseña • 325 Palabras (2 Páginas) • 195 Visitas
El poema es un soneto en endecasílabos, compuesto por dos cuartetos, con rima consonante en –eño y –anza, y dos tercetos encadenados, con rima consonante en –irme, -ales y – ilos. La disposición de la rima es: ABBAABBACCDEDE. Hay sinalefa en el 1º verso (“som/bra-y”), en el 2º (“que-a/con/go/jas”), en el 3º (“que-a”, “ca/si-al/can/za), en el 4º (“de/va/na/do-a”, “mis/mo-en”, “lo/co-em/pe/ño”), en (a partir de aquí el alumno anotará las demás sinalefas). Encontramos encabalgamientos dignos de destacarse entre los versos 1º y 2º, 3º y 4º, 7º y 8º, 10º y 11º. Los dos de los cuatro primeros versos parecen querer sugerir, al alargar cada apóstrofe (invocación que nos dirigimos a alguien) al ciprés en dos versos, la gran altura del árbol: la apóstrofe no puede ser contenida en un solo verso, sino que igual que el ciprés llega hasta el cielo, esta figura sobrepasa la medida de un verso y llena el siguiente. En el encabalgamiento de los versos 10º y 11º encontramos la misma sugerencia: el deseo del poeta de subir se muestra también con una frase más larga que la medida de su verso, como si del mismo modo que el poeta se ilusiona con escapar de la tierra, esta frase escapara hacia el verso siguiente: así lo sugiere el comienzo del verso 11º, “y ascender como tú”. El encabalgamiento de los versos 7º y 8º, dejando para el final el sujeto de la oración, crea un ritmo lento que se adecua muy bien al vagar del que habla el poeta en esos dos versos.
El poema revela la emoción religiosa del poeta ante el Ciprés de Silos. Para explicar por qué este árbol provoca este sentimiento, Gerardo Diego utiliza una serie de imágenes que muestran al árbol como un ser que, anclado en la tierra, tiende a elevarse con fuerza hacia el cielo, al igual que hace el alma humana movida por la fe.
Ya desde el primer verso, la anteposición del
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