El sueño es una necesidad fisiológica que requiere el cuerpo para la salud física y emocional. La vigilia prolongada genera comportamiento anormal del sistema nervioso y desencadena distintas enfermedades y hasta la muerte.

Elizabeth Paez Reyes/ 1241409

Grupo 232

Trastornos del sueño

El sueño es una necesidad fisiológica que requiere el cuerpo para la salud física y emocional. La vigilia prolongada genera comportamiento anormal del sistema nervioso y desencadena distintas enfermedades y hasta la muerte.

El sueño es muy importante ya que al dormir ocurre una desoxidación  y reparación de las células que fueron dañadas durante el día, es decir, para que estas funcionen correctamente. Al no dormir de manera adecuada, el cuerpo se oxida y se desgasta por esta oxidación; esto genera alteraciones en el estado de ánimo, envejecimiento, enfermedades como diabetes, presión arterial y cáncer. Es común confundir el sueño con el descanso, sin embargo estos no son sinónimos, ya que al encontrarse en la etapa REM del sueño las neuronas siguen trabajando por lo que estar acostado durmiendo no es una fase de inactividad.

Hay estudios que señalan que podría haber retraso en el crecimiento fetal si la madre ronca, aunque con otros síntomas asociados como diabetes, hipertensión, obesidad o apnea del sueño. Los ronquidos durante el embarazo son un hecho temporal que remitirá tras dar a luz. Afectan al nonato solo si los ronquidos van asociados a otros problemas de salud, como apnea, preeclampsia, hipertensión u obesidad.

La higiene del sueño es un factor importante para el buen dormir, y poder llevar a cabo toda esta reparación de células del cuerpo. Tanto la comodidad del lugar donde dormimos como el entorno influyen. Mantener aparatos electromagnéticos alejados, la temperatura correcta, no cenar comida pesada ni hacer ejercicio dos horas antes de acostarse a dormir.

Los medicamentos para dormir, no ayudan al cuerpo a reparar las células dañadas durante el día como lo haría el dormir de manera natural; estos solamente dejan inconsciente a la persona sin proveerle del descanso y la desoxidación que permite el sueño normal, además de que provocan adicción al consumo. Según el IMSS, existen diferentes opciones farmacológicas como fármacos no benzodiacepinicos, benzodicepinicos u otros con efectos sedantes. Las benzodiacepinas suelen usarse con frecuencia, ya que acortan la latencia del sueño y aumentan la continuidad del mismo; suelen usarse antidepresivos o antipsicotitcos con efectos sedantes a dosis bajas, por ejemplo mianserina, mirtazapina, amirtriptilina, trazodona, olanzapina, levomepromacina sobre todo cuando coexiste con depresión o trastorno psicótico.

Un tratamiento adecuado para tratar los trastornos del sueño  es la  terapia cognitiva, es una manera de cambiar modos de pensamiento inútiles y que pueden ponerle más ansioso, de forma que le impidan dormir. El control de estímulos le ayuda a: fortalecer la asociación entre estar en la cama y dormir, metiéndose en la cama sólo cuando se sienta cansado, y usar la cama sólo para dormir; debilitar la asociación entre estar en la cama y hacer cosas que puedan mantenerle despierto; ver programas excitantes en la televisión, trabajar u organizar cosas.

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