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El trabajo, derecho humano fundamental


Enviado por   •  16 de Julio de 2015  •  Ensayo  •  1.818 Palabras (8 Páginas)  •  729 Visitas

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ASDFSADFAEl trabajo como derecho humano fundamental

El derecho a trabajar representa un derecho fundamental de las personas reconocido por la Constitución Nacional 1 que encuentra su fundamento en los principios de dignidad y autonomía de cada persona.

En la mayoría de las sociedades modernas el trabajo se ha configurado como el gran ordenador de la vida social, comunitaria y familiar.

A través de una actividad laboral, las personas acceden, por medio de un ingreso económico, a cierto nivel de bienestar.

Se entiende que el trabajo es ordenador de la vida familiar y de los roles que se desempeñan al interior de una familia puesto que muchas rutinas personales están organizadas en base a las exigencias u obligaciones laborales. De hecho, es a través del empleo cómo las personas configuran ordenadamente su tiempo ocioso – descanso en función del tiempo laborioso.

Además constituye un elemento indispensable para la movilidad social ascendente y para mejorar las condiciones de bienestar. Cuando se encuentra regulado, el trabajo registrado no solamente configura una fuente de obtención de los ingresos necesarios para la manutención y subsistencia personal y familiar, sino que además se encuentran a él asociado el ejercicio de toda una serie de derechos.

Esos derechos devienen del llamado “salario indirecto” que posibilita el acceso a la salud a través de los regímenes de obras sociales, a los regímenes de previsión social para jubilación, mutuales, seguridad social, representación sindical, vacaciones, servicios crediticios generales y de viviendas, coberturas por enfermedades o fallecimientos, asignaciones familiares, acceso a servicios educativos, entre otros.

Asimismo, el trabajo tiene la capacidad de otorgar identidad y pertenencia a un colectivo que, generalmente, está vinculado a la actividad laboral que desarrolla (agremiación sindical, cámaras profesionales u otros) y que permite tener un anclaje identitario que otorga filiación.

Por tanto, el trabajo es un derecho en sí mismo; pero a su vez es un canalizador y facilitador de otros derechos que permiten efectivizarse a través de una actividad laboral y constituye una parte inseparable e inherente de la dignidad humana.

El trabajo, derecho humano fundamental

Por Roberto Mejía Alarcón, presidente Asociación Nacional de Periodistas del Perú

El trabajo es el único medio a través del cual el hombre, ser inteligente y capaz, puede realizarse a plenitud como persona, como miembro de una familia y como participante de una sociedad. Su importancia tiene una dimensión solo superada por el derecho a la vida.

Con el trabajo la persona desarrolla toda su capacidad física, intelectual y social. Logra la empatía que requiere en lo material y en lo espiritual. Es por tanto el camino correcto para hacer realidad ese mundo de convivencia humana en paz y justicia. Es el inicio de ese largo trajín ,adoquinado por la esperanza y la fe, que lo lleva al goce de la libertad de ser que piensa y actúa. Bien se ha dicho que "el trabajo madura la consciencia y la ubica en la posición requerida en cada situación. Por medio de él, las manos del hombre pueden dar forma a la voluntad divina y construir lo bello".

A lo largo de los siglos se han dado muchos acontecimientos que resultan siendo testimonios elocuentes de cuanto se ha buscado por hacer del trabajo el medio para lograr una vida digna y justa. Obviando numerosos episodios allí está la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, que vio la luz primera en 1789, hace 220 años. Este documento fundamental suscrito en la antigua Francia definió los derechos personales y colectivos como universales,entre ellos el derecho natural e imprescriptible a la resistencia a la opresión.

Pero, más allá de las declaraciones, ha sido el mismo trabajador quien ha encarnado el rol protagónico en esta larga e interminable lucha por hacer del trabajo un derecho fundamental para la vida de la persona humana. En los inicios de la revolución industrial, luego de la revolución agrícola. era común que las jornadas de trabajo diario se prolongaran durante 18 y 16 horas, jornadas que dejaban como saldo seres humanos con los pulmones destrozados. Incluso hubieron casos de niños de hasta siete años de edad ,sometidos desde muy temprano a tareas de 12 A 14 horas con todos los riesgos que significaba manipúlar máquinas que requerían de mucha fuerza física y habilidad madura.El sometimiento llegó a extremos crueles, impropios para cualquier ser civilizado. Fueron dias de implacable explotación, en los que estaba prohibido cualquier pausa en la labor fabril, ni siquiera para apelar al cigarrillo o al canto para aliviar la carga pesada que imponía el patrón, quien estaba presto a aplicar las consabidas multas por perturbar el ambiente y el accionar de la máquina.

Por ese entonces los conflictos sociales comenzaban a reproducirse. Tal situación de injusticia llevó a organizarse en colectivos a los trabajadores. Las protestas se dejaron sentir en las calles ante el silencio del poder económico que negaba el derecho al trabajo decente, al pan diario, a la vida digna. En esos inicios la respuesta del poder político fue extrema. No toleró el reclamo ni aceptó cambios en la agenda de la institución gubernamental. En consecuencia quedaron radicalmente prohibidas las aurorales asociaciones obreras. Corría el año 1799.

Esa actitud de oídos sordos y de silencio despótico, hizo que emergiera uno de los episodios más dramáticos que vivió la humanidad cuando el ludismo insurgió como respuesta violenta contra el maquinismo que reemplazaba la mano de obra y condenaba a una multitud de antiguos trabajadores, procedentes

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