Emprendedurismo

Quizás el mayor obstáculo para crear un marco conceptual de trabajo para el campo del emprendedurismo

ha sido su definición. Para empezar, la mayoría de las investigaciones lo ha definido solamente en

términos de quién es el visionario y qué es lo que hace (Venkataraman, 1997). El problema con esta

aproximación es que el emprendedurismo involucra los nexos de dos fenómenos. La presencia de

oportunidades lucrativas e individuos emprendedores (Venkataraman, 1997). Al definir el campo en

términos del individuo solo, las investigaciones de emprendedurismo han generado definiciones

incompletas que no incorporan el escrutinio de otros estudiosos (Gartner, 1988).

La definición de un visionario como una persona que establece una nueva organización es un ejemplo de

este problema. Debido a que esta definición no incluye la consideración de la variación en la calidad de

oportunidades que diferente gente identifica, conduce a los investigadores a olvidarse de medir

oportunidades. Consecuentemente el soporte empírico (o falta de apoyo) para los atributos que diferencian

a los visionarios de otros miembros de la sociedad es a menudo cuestionable, porque estos atributos

confunden la influencia de oportunidades e individuos.

En contraste con la investigación previa, definimos el campo del emprendedurismo como el profundo

examen de cómo, por quién, y con qué efectivas oportunidades para crear metas futuras, servicios

descubiertos, evaluados y explotados (Venkataraman, 1997). Consecuentemente, el campo involucra el

estudio de fuentes de oportunidades; los procesos de descubrimiento, evaluación y explotación de

oportunidades y el conjunto de individuos que los descubren, evalúan y explotan.

Aunque el fenómeno del emprendedurismo provee interrogantes de investigación para estudiosos de

diferentes campos, los estudiosos de las organizaciones están fundamentalmente avocados a tres

conjuntos de interrogantes investigativas: (1) por qué, cuándo y cómo llegan las oportunidades de creación

de metas y servicios, (2) por qué, cuándo y cómo alguna gente y no otra descubre y explota estas

oportunidades; y por qué, cuándo y cómo diferentes formas de acción se usan para explotar las

oportunidades emprendedoras.

Antes de revisar las respuestas de las investigaciones existentes a estas interrogantes, aportamos varias

advertencias sobre nuestro planteamiento. Primero tomamos una posición desequilibrada, la cual difiere

de la posición equilibrada en psicología económica (Khilstrom & Laffont, 1979) y social (McClelland, 1961).

En los modelos equilibrados las oportunidades emprendedoras no existen o son asumidas para ser

distribuidas fortuitamente a través de la población. Esto porque la gente en los modelos equilibrados no

puede descubrir oportunidades que difieren en valor de aquellas descubiertas por otros, quien se convierte

en visionario en estos modelos depende únicamente de los atributos de la gente. Por ejemplo, en el

modelo equilibrado de Khilstrom y Laffont (1979), los emprendedores son gente que prefiere la

incertidumbre.

Si bien creemos que algunas dimensiones de los modelos equilibrados son útiles para entender el

emprendedurismo, argumentamos que estos modelos son necesariamente incompletos. El

comportamiento emprendedor es transitorio (Carroll y Mosakowski, 1987). Además, se estima que el

número de gente que se acopla dentro del comportamiento visionario fluctúa del 20% de la población

(Reynolds & White, 1997) al 50% (Aldrich & Zimmer, 1986) dado que un amplio y diverso grupo de gente

fluctúa en el proceso transitorio de emprender negocios, es improbable que esta pueda se explique

únicamente por referencia a una característica de cierta gente independiente de las situaciones en las

cuales se encuentran esas personas. Además, cuando argumentamos que alguna gente y no otra encaja 3

en el comportamiento emprendedor, estamos describiendo la tendencia de cierta gente a responder a la

interrogante situacional de oportunidades como una característica estable que

...