En México está nuestra familia y nuestra casa

En México está nuestra familia y nuestra casa.

En México estudiamos y jugamos. Los mexicanos debemos sentirnos orgullosos de pertenecer a un país tan hermoso y diverso.

El territorio mexicano es muy grande; tiene dos fronteras, una al norte y otra al sur. Una frontera es el lugar donde termina el territorio de un país y comienza el de otro.

Nuestro territorio está dividido en 32 partes iguales a las que llamamos entidades o estados. Algunas entidades son grandes y otras pequeñas. Una de esas entidades es el Distrito Federal que además es la capital de nuestro país.

México cuenta con hermosos paisajes y recursos naturales que varían según las distintas regiones. Aunque existen muchas regiones distintas, podemos separarlas en tres grupos:

Desérticas: en ellas hace mucho calor, casi no llueve y hay pocas plantas y animales.

Tropicales: en ellas también hace calor, pero como llueve mucho, se desarrollan muchas plantas distintas y habitan gran variedad de animales.

Templadas: en esos lugares no hace mucho frío ni mucho calor; se encuentran árboles, arbustos, y también muchos animales.

Su gente y sus culturas también son diferentes, pero lo más importante es que todos formamos una gran nación.

Nuestro país es como un mosaico en donde se combinan los paisajes, la vegetación, los animales; formas de comer, vestir, pensar y trabajar con costumbres y artesanías diferentes. En sus regiones los habitantes elaboran infinidad de objetos con diversos materiales y mucho arte.

Tenemos muchas costumbres diferentes. Por eso México es un país diverso. Debemos escuchar las opiniones de todos y procurar entenderlas. También debemos aprender a proponer maneras de hacer las cosas. México es de todos por eso debemos cuidarlo para que sea un buen lugar para vivir.

En México los habitantes tenemos libertades gracias a los derechos que nos otorga nuestra Constitución. En ella se señalan, entre otras, las libertades de religión, pensamiento, expresión, reunión y tránsito. Esto significa que podemos creer en lo que queramos y expresarlo en público, empleando incluso los medios de comunicación, siempre y cuando no afectemos a otros; efectuar reuniones con fines políticos o sociales y viajar por todo el país sin requerir de algún permiso especial para ello.

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