Problema social de la violencia en la familia, la violencia en el contexto de la casa

El hogar es a menudo idealizado como un refugio de seguridad y felicidad, pero la violencia doméstica –la violencia en el contexto del hogar- es parte de la experiencia de muchas mujeres. Ella es una de las principales causas de lesiones y muerte de mujeres en todo el mundo. No puede considerarse como un problema de ámbito familiar o privado, es un grave problema social que imposibilita la convivencia en términos de igualdad entre los seres humanos, a la vez que afecta gravemente a la salud, la vida personal y laboral de las víctimas y sus consecuencias se hacen extensibles a los niños que la presencian y que en muchos casos también la padecen.

Afecta a toda la organización de nuestra sociedad y, por tanto, los actos violentos debemos analizarlos dentro de un contexto social. A este tipo de violencia se la denomina VIOLENCIA DE GÉNERO.

No es un problema de ámbito privado sino que es un problema que afecta a la sociedad en general, a una sociedad que todavía no es igualitaria. No se circunscribe a determinados ambientes socio-culturales, económicos o educativos, se produce por igual en todos los niveles y contextos sociales y afecta a todos los ámbitos de nuestra sociedad (individual, familiar, jurídico, laboral, social, sanitario y policial). Es fuente de enfermedades físicas y psíquicas, de suicidios, de sufrimientos y secuelas que suponen un importante coste social y económico y que existe desde hace siglos. Este tipo de violencia ha sido durante mucho tiempo permanentemente negada, ocultada o, cuando ya es irreversible su evidencia, minimizada.

Afortunadamente, cada vez es mayor la sensibilización y la comprensión de que la razón última que subyace en la práctica de la violencia de género es el control sobre la mujer, en orden a impedirle el mínimo ejercicio de sus derechos. No obstante es necesario seguir trabajando para provocar en la sociedad una actitud de rechazo total ante cualquier manifestación de violencia

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