Ensayo La gran Transfomación

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El mercado autorregualdor y sus inevitables consecuencias.

Catalina Pérez Reyes

Economía I.

Profesor Marco Kremerman

11 de abril de 2016

Tan complejo como vivir. Hoy en día estamos insertos en una sociedad con múltiples caras, aristas y conexiones. Dependemos de un sinfín de cuestiones, o al menos así lo creemos, partiendo por lo básico, la alimentación, una casa, ropa, etc. Y todo esto se encuentra “a la venta”, cosas de las cuales dependemos para vivir y otras que no, sin embargo todo lo tenemos que comprar. Si bien, en días como hoy se encuentran más “facilidades”, no siempre fue así, como tampoco fue así el sistema de mercado que hoy nos rige, antes de nuestra época moderna en la cual nos encontramos, obligados a regirnos por el sistema que nos domina y nos tiene colonizados. Si nos remontamos siglos atrás podemos encontrar distintos sistemas de mercados, y aún más atrás podemos encontrar la ausencia de ellos o quizá formas mucho más variadas y simples en que se manifestaba. El sistema de mercado, separado del sistema social como hoy en día lo conocemos, estaba subordinado por este último. En el cambio que se dio a lo largo de todos los siglos, como veremos en desarrollo más adelante, provocó también una fuerte transformación social, que conmocionó a cabalidad a la sociedad en general y como siempre, afectó de manera más brutal a la clase baja, los pobres, los proletarios. Este capitalismo del que hablamos hoy en día que se encarga de enriquecer al más rico, siempre fue así. Se tratará acerca del mercado en general y la trasformación social que este generó en sus distintas fases, apoyándose en la teoría de Karl Polanyi, en su libro La Gran Transformación.

Para entender desde un comienzo, este concepto denominado economía de mercado, y también para poder asimilar los grandes cambios que este mismo provocó, en una primera instancia nos remontaremos hacia la sociedad tribal. En este tipo de sociedad lo que primaba por sobre lo demás eran los lazos sociales entre la comunidad, lo más importante era que ningún miembro de la tribu muriera de hambre. Por otro lado se regían por la generosidad y el que esta fuera reconocida, para lograr esto, lo que hacían era entregar dones gratuitos y así adquirir prestigio social, lo que los movía para la adquisición de bienes en un lenguaje más moderno, bienes que no poseían sino que regalaban en espera de que hubiera reciprocidad en el acto, no era el mero hecho de adquisición económica, sino que se valían de ella para ganar prestigio social, que era mucho más importante. Si pudiéramos hacer una comparación con la sociedad actual difieren en 360°, dado que lo que importa es quién tiene más dinero y tampoco importa la manera de ganarlo, como se rige la sociedad hoy en día es que al poseer más dinero adquieren un mayor estatus social.

El orden de distribución y producción lo daban la reciprocidad y la redistribución. La reciprocidad funciona en beneficio de la mujer e hijos y le asegura la compensación económica por el gesto del esposo/padre de virtud cívica. El principio general de la reciprocidad contribuye a asegurar a la vez la producción y subsistencia y se ve facilitada por la simetría. La redistribución por otro lado funcionaba según un jefe, que se posicionaba al medio, él era quien almacenaba y distribuía y esto funcionaba por el principio de la centralidad. Por otro lado se encuentra el principio de la administración doméstica, que consistía en producir para uso propio que se guiaba por el modelo de la autarquía. En general todos los sistemas hasta fines del feudalismo se regían por estos sistemas, todos juntos o separados. Estos principios se institucionalizaron con ayuda de la organización social que utilizaba los modelos de simetría, centralidad y autarquía, no habían móviles económicos ni de lucro que movieran a las personas y los sacaran de estos principios.

A partir del siglo XVI los mercados se volvieron numerosos e importantes, habían tres tipos de mercado, el mercado local, interior y exterior, sin embargo nada hacía presagiar que estos dominarían la sociedad humana. El mercado propiamente tal es el lugar donde se ejerce el trueque, cambio de bienes y servicios o de compraventa, lo anterior depende netamente del modelo de mercado, este en la medida en que esté ligado a un móvil propio, ya sea el trueque, pago en especies, es capaz de crear la institución: el mercado. Se encontraba inserto en el sistema social, la administración centralizada primaba la autarquía.

Ya en el siglo XIX, en Inglaterra se comenzaron a vivir varios cambios en el mercantilismo, dado que este país apuntaba siempre al progreso, gracias a las enclosures y el cercado de las tierras el ascenso se dio de manera fácil y rápida, por otro lado, el lado no bonito de la historia, el lado de los que siempre sufren, y los que sufrieron más aun de estos cambios, que si bien fueron cambios en el sistema de mercado que regía en esa época, provocaron un descontento social y más que descontento una pauperización de los más pobres, los cuales la única opción que tenían era intentar sobrevivir a los nuevos cambios y adaptarse a ellos o perecer. Se da una paradoja bien marcada en esta situación de inicio de la revolución industrial dado el progreso económico de la época y el estado deplorable que no demostraba progreso alguno en la situación de la sociedad.

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