Ensayo Maltrato Animal. Simple

Partamos del punto de que el maltrato animal ha estado presente en nuestra sociedad ya desde sus comienzos. Los cavernícolas los usaban como herramientas para la caza, para alimentarse de su carne o simplemente para usar su piel de abrigo. A medida que paso el tiempo, muchas de estas costumbres se perdieron, pero eso no significa que el maltrato animal haya acabado, estas costumbres tan solo han sido reemplazadas por nuevas, que siguen provocando el mismo daño en los animales.

El problema probablemente es que nos sentimos superiores a los animales, y sin duda mucho más valiosos. Dicho esto, los subordinamos totalmente a nosotros y por ende su “calidad de vida” depende por completo de la calidad moral de los humanos (sus poseedores).

Personalmente, pienso que hay algo profundamente inmoral e injusto en la situación general de los animales. No hay especie animal sobre la tierra capaz de derrotar a la especie humana. Es por eso que necesitan de nuestra ayuda. Necesitan que hagamos lío, que los humanos armemos una rebelión de modo tal que ellos puedan conseguir los derechos que tanto se merecen y que se han ganado desde su nacimiento por haber sido creados por Dios. Los animales son seres sensibles y les duele lo que se les hace, además son seres (en su mayoría) indefensos y no deberíamos aprovecharnos de eso.

Otro problema es nuestra falta de principios éticos, somos tan superficiales que no nos importa matar a un animal tan solo por querer hacer de su piel una chaqueta de cuero o un abrigo de piel. Todos los que conservamos nuestros valores estamos de acuerdo con la idea de que maltratar a un humano es inmoral, y de igual manera NO es aceptable maltratar un animal.

En la actualidad se ha generado una conciencia a favor de los animales por parte de los jóvenes de la población por el simple hecho de que son testigos consientes de la esclavitud a la que son sometidos los animales, tanto en laboratorios como en hogares domésticos. Lo que necesitamos es presionar al gobierno para que hayan cambios jurídicos, se dicten nuevas leyes y se nombren nuevos reglamentos.

Para terminar, quisiera dejar claro que la única manera de lograr un cambio es siendo nosotros sus verdaderos abogados; y que con esto no estamos tratando de desvalorizar al hombre, más bien tratamos de correr la voz a cuantos más sean posibles, el verdadero valor de los animales. Puedo asegurar que si cada uno de nosotros aporta su “granito de arena” esta lucha ya está ganada.

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