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Ensayo Sobre Aborto


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2014  •  4.418 Palabras (18 Páginas)  •  527 Visitas

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El aborto es desde hace décadas uno de los temas más recurrentes en materia de salud pública, desatando con frecuencia fuertes debates en el seno de las sociedades que exceden ya el ámbito de la competencia de la biología y la medicina, para trasladarse a las mas variadas disciplinas tales como la psicología, la sociología, la filosofía, el derecho e incluso la política.

Desde comienzos del siglo XX muchos países comenzaron a legislar a cerca de la interrupción del embarazo cuando este suponía peligro para la vida o la salud de la madre y continuaron a lo largo de todo el siglo, hasta nuestros días en los que la cuestión se debate no solo en dichas situaciones, sino en casos en que el embarazo no ha sido consentido por los progenitores. Sin embargo, este proceso ha generado controversias entre las facciones “pro vida” y las facciones “pro elección” que se atrincheran en sus posiciones respecto a los derechos y la persona del feto y la madre, y dan sustrato conceptual a sus fundamentaciones llevándolos al terreno de éticas decisionistas que se postulan como antagónicas, excluyentes e irreconciliables.

A grandes rasgos podemos decir que las posturas en contra del aborto, conocidas como “pro-life”, destacan las consecuencias de las prácticas abortivas, sean estas intencionales o no. Aún no se entienden con precisión los efectos colaterales físicos y psicológicos de los procedimientos abortivos, fisiológicamente hablando el cuerpo de la mujer se resiste al aborto causando alteraciones emocionales y físicas. El fundamento por el cual se sostiene que las personas tienen derechos es biológico: la pertenencia a la especie humana. No cabe en esta concepción un fundamento filosófico, ni un fundamento biológico-subjetivo (ya que cada estado, gobierno, grupo podría redefinir las cualidades biológicas que debería poseer un organismo humano para ser considerado persona). La única postura aceptable, de acuerdo a esta corriente, es conservar los derechos humanos como algo inapelable, que sea la biología que establezca que es un ser humano y de esta manera prescindir de todo criterio filosófico-subjetivo. Sostienen entonces que el estatus legal de persona deviene de su condición biológica de ser humano por lo que el embrión poseería el mismo status legal.

Quienes se encuentran a favor del aborto, conocidos “pro-choise”, se basan en el hecho de que el feto no es considerado humano, hasta que tenga lugar el nacimiento. Alguna de las razones que sostienen para permitir el aborto libre son: 1) La decisión sobre el propio cuerpo como derecho fundamental de las personas, siendo así, las mujeres son las únicas que deberían tomar parte en la decisión sobre lo que pasa en su cuerpo; 2) los abortos deberían ser gratuitos y en hospitales públicos, para que la decisión no dependa de la economía, el estigma social o la seguridad personal. 3) Los médicos tienen que tener la posibilidad de ejercer su profesión en condiciones legales y seguras, entre otras. Este grupo, busca lograr que la sociedad, en especial, aquellos sobre los que pesa el deber de legislar entiendan que la penalización está realmente condenando a las mujeres que tienen mayores dificultades para el ejercicio de sus derechos (por no tener acceso a educación, información, atención de salud, recursos económicos, recursos institucionales) a poner en riesgo sus vidas, resumidamente, las mujeres que

El debate del aborto es muy amplio y variado, pero es el momento de acotar el objeto, a lo que hoy nos llama a la reflexión, que es el problema moral del aborto. Para ello es necesario partir de una distinción fundamental entre la justificación moral del aborto y la justificación moral de la penalización del aborto, que es causa de numerosos errores en el razonamiento de las diferentes posturas sobre el problema en análisis. Pero hablar de una justificación moral del aborto, nos obliga a dilucidar a su vez otras cuestiones conexas como lo son: el status moral del feto y el conflicto que se produce entre los derechos fetales y los de la mujer embarazada.

Por otro lado, nos encontramos con el dilema de la justificación moral de la penalización del aborto que debe ser analizada independientemente de la primera cuestión, aunque depende en cierto modo de ella. Alli, es menester situar el análisis en las consecuencias de leyes que condenan la interrupción del embarazo y los derechos que infringe esta penalización.

La dificultad de lograr un consenso esta dada por la delicada relación que existe entre los agentes que intervienen en un aborto, sus derechos y los juicios morales que se realizan en torno a la practica y al tratamiento que la ley da a la practica. Nuestro objetivo será dilucidar estas cuestiones para llegar a un razonamiento adecuado y sopesado sobre el “derecho a abortar”.

I.

Para introducirnos en el debate, será pertinente referirnos a lo que se entiende por “aborto”. La Organización Mundial de la Salud, lo define como “la terminación de la gestación espontánea o natural y la inducida o provocada de un embarazo antes de la vigésima semana con un peso menor de 400 gr y no viable” . Por su parte Lydia Feito lo define como “la interrupción del embarazo que provoca la muerte y expulsión del no nacido cuando este no es aun viable” . Se desprende de las definiciones que la interrupción del embarazo puede ser espontanea o inducida. A los fines de nuestro análisis solo tiene relevancia aquel embarazo que ha sido interrumpido de forma voluntaria y premeditada.

La mayoría de las posturas a favor y en contra de esta práctica sostienen que el problema del aborto tiene base en la determinación del status moral del feto. Ello es así, dicen algunos, porque si estuviéramos hablando de un feto que es persona desde el momento de la concepción, difícilmente se nos pueda permitir una defensa al acto de dar muerte en protección de nuestro derecho de autonomía y hasta podría ser considerado como un homicidio. En cambio, si el feto no tiene las características mínimas de una persona y por tanto no se le pueden atribuir los derechos básicos a que un sujeto con tales características tiene acceso, el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo sería indiscutido y el problema del aborto, moralmente irrelevante.

La postura extrema, entre ellos John Finnis, consideran al feto como una persona desde el momento de la concepción no solo porque desde el momento en que se unen los gametos sexuales ya está definida la información genética que acompañara al sujeto durante toda su vida, sino también porque su carácter humano deviene de sus progenitores que pertenecen a la especie humana. Creemos que esta postura confunde el hecho de pertenecer a la especie humana con potencialidad para llegar a ser una persona, con el estado de persona propiamente

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