Ensayo Teoría Política

El "zóon politikón" en el S.XXI: en búsqueda del Estado ideal

Aristóteles parte sus análisis de la vida política del hombre utilizando el concepto de “zóon politikón”, que significa “hombre político” (y social). Si bien hay más animales sociales, el ser humano es el único capaz de organizarse políticamente en sociedad.

Llevado a la práctica, las sociedades se pueden organizar de distintas formas. Existen diversas formas de gobierno, algunas más usadas que otras y que se han desarrollado en múltiples épocas y culturas, como la monarquía, la aristocracia y la república. Aristóteles, por ejemplo, critica ciertas desviaciones de estos regímenes: la monarquía de la tiranía y la aristocracia (gobierno de pocos) de la oligarquía.

Pero también ciertos autores como Platón y el mismo Aristóteles (discípulo de Platón) han planteado la idea de su Estado perfecto o ideal. Platón (discípulo de Sócrates) plantea que el gobierno debe ser una aristocracia o monarquía, y que para que sea un Estado perfecto debe cumplir con cuatro características: debe ser prudente, valeroso, justo y templado. La prudencia se la dan los gobernantes, ya que esta debería ser su característica principal y los jueces tienen que ser ancianos (los más sabios). El fin del estado, además, debe ser la felicidad de todos (gobernantes y gobernados). Platón dice también que para Sócrates, en un Estado ideal, cada uno debe limitarse a su oficio para obtener las necesidades (alimento, habitación y vestido) de todos.

Haciendo un análisis de todo esto remontado a la política actual, se pueden desprender varias ideas. En las sociedades occidentales actuales existe un punto común en casi todos los estados más importantes, y este punto es la utilización de la democracia como medio de participación política. Y así como Aristóteles hablaba del “zóon politikón”, de que el hombre es naturalmente un ser político y social, la democracia es expresión de eso en paralelo a la búsqueda de participación igualitaria, sin discriminación. Porque si somos seres sociales y nos organizamos políticamente por naturaleza, estar activos en la política debería ser una necesidad. Creo que nadie quiere ser gobernado porque sí y de la forma que sea. Buscamos una forma de gobierno que nos acomode a todos y en la que nos sintamos participando. Pero como sabemos, en sociedades de tanta población la participación se debe reducir en cierto punto, no todos podemos ser los gobernantes, sino que una minoría. Así hemos desarrollado la democracia como la posibilidad de que todos los ciudadanos participemos activamente de la política, y tengamos la oportunidad de elegir quién nos gobierne, y con esto (según sus propuestas e ideales) elegir cómo queremos ser gobernados.

Por otro lado, los individuos de las sociedades actuales, a fines del siglo XX y lo que va del siglo XXI, no se han contentado, en muchos lados, con la participación que te da la democracia común. Y es allí donde nace la interrogante de cuánta participación deben tener los gobernados. Porque, en estos tiempos, la gente

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