Enseñame pero bonito.

 “ENSÉÑAME PERO BONITO”

El estado de la educación costarricense es un tema que debe ocupar más a las autoridades de nuestro país, con dar un vistazo a la política actual que fue definida desde 1994 y hoy 22 años después no se logra ver suficientemente implementada.  Entonces surge el cuestionamiento: ¿Para qué están estudiando nuestros niños?  La respuesta típica es “Tienen que prepararse para la vida”

Si prestamos atención al comportamiento de los niños se evidencia que tienen mucho deseo de ser felices, llenos de actos  espontáneos que reflejan su gran capacidad de ingenio para afrontar el día a día, incluso un cachorro también tiene esa habilidad de entretenerse con cualquier cosa, sin embargo conforme los adultos empezamos a sentirnos incómodos con sus actuaciones las limitaciones aparecen.

En lo referente a nuestro sistema educativo, para quienes tenemos hijos en la escuela, nos enfrentamos a diario, por ejemplo, a los deberes extra clase, mismos que ponen tanto a los padres y a los niños a tener que buscar materiales o información muchas veces  a destiempo, incluso tener que ayudarles a estudiar y entender la materia que en las lecciones dadas por el maestro en la escuela no lograron asimilar.  Este tipo de situaciones generan problemas a los padres que no deberían pasar.

Ante esta situación, resulta interesante  analizar el surgimiento de centros educativos alternativos en otros países, con filosofías orientadas a atender las necesidades básicas del niño, donde le dan importancia a su necesidad de jugar, de aprovechar sus intereses y motivaciones para acompañarlo en el aprendizaje;  ver como este tipo de metodología desarrolla habilidades que  le permite relacionarse con personas con características incluso diferentes a las suyas.  En estos centros educativos le prestan atención a si el niño no está motivado a aprender, situación común en nuestro país, lo cual es una señal que algo le debe estar pasando, lo que les permite abordarlo en forma inmediata.

El aprendizaje es un asunto activo y aunado a que existen muchas diferencias entre los escolares, el docente debe estar atento para intervenir en forma apropiada.  Si se tuviera el espacio para poder identificar cuáles son las fortalezas del cada dicente podría potenciarse mucho su aprendizaje, incluso no someterlo a situaciones de estrés.  Quien está motivado y siente libertad para aprender, lo hace mejor.  

Nuestro sistema actual atiende a todos los estudiantes en forma igual, pocas veces considera que los niños aprendan mucho a base de experiencias, a base de prueba y error, y aunado a las limitaciones  que se implementan, no les están permitiendo desarrollarse completamente.  

El currículo parece que lo que hace es normalizar y poner a todos bajo los mismos parámetros, las escuelas están  dando  respuesta a necesidades diferentes a las que se tienen ahora.

En el ámbito público y un alto porcentaje en el ámbito privado los grupos son de 30 y hasta 40 personas, y pretende que todos los niños sean educados de la misma forma.  Esto no permite la personalización de la educación que es lo que se necesita y hace falta.  Se requiere cambiar la dirección de la formación del niño de ser un autómata a ocuparnos de la parte humana, lo que nos diferencia realmente de cualquier máquina, promoviendo las relaciones interpersonales.

Buscamos formar disciplina en espacios cerrados y cumpliendo contenidos, realmente siendo fuerte en la interpretación, como preparándolos para la guerra y no para la paz.

La iniciativa que se evidencia en otros lugares como Perú y España, con el surgimiento de los centros educativos alternativos, también llamados democráticos, donde padres de familias y profesionales que se sienten a disgusto con el sistema tradicional buscan formar nuevas corrientes y pensamientos, en el que se pueda educar al niño en libertad.

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