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Escolar Primaria


Enviado por   •  25 de Marzo de 2012  •  1.777 Palabras (8 Páginas)  •  2.654 Visitas

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RESUMEN DE LA LECTURA

ESCOLAR PRIMARIA

(PÁGS. 30-39)

Naturaleza del diálogo educativo.

El diálogo educativo presenta un carácter asimétrico, supone un progreso paralelo de los interlocutores en el descubrimiento de un hecho, en la elaboración de un conocimiento, un paso simultáneo de etapas, gracias al apoyo recíproco.

El carácter asimétrico del diálogo educativo es inherente a la situación; la disimetría a veces toma tales proporciones que el diálogo es decir, el encuentro de sujetos que se escuchan, que se saben retirar en el momento oportuno o intervenir para aportar su contribución, para perseguir el mismo fin, no es ya posible.

Se resume en dos esquemas a la patología del diálogo asimétrico:

1. La función y el fin están mal asumido. En la actualidad los padres son jóvenes y por lo tanto inmaduros, asi mismo existen maestros incompetentes ante cualquier problema en el aula reaccionan de forma negligente, son agresivos y prefieren huir del problema en vez de buscarle una mejor solución.

2. El medio se toma como fin, el actor se toma por el papel que interpreta y no puede llegar a asumir el último acto. El educador es autoritario y no se fija en la necesidad del educando.

En el diálogo, el educador necesita centrarse en el alumno, debe ver y aceptar hasta donde le corresponde como docente intervenir en la formación del niño, debe mostrar el camino, y dejar explorar por si solo al niño, intervenir para hacerlo evitar y caer en falso, guiarlo porque el educador conoce el final de cada etapa pero debemos dejarlo elegir el itinerario deseado.

El error del educador sería negarse a asumir su función o desnaturalizaría por exceso de poder o prolongarla cuando ya no es útil.

El segundo caso de la asimetría del diálogo educativo proviene de la dimensión temporal. A aquí el alumno tiene un conocimiento parcial del fin a alcanzar. El enseñante conoce el significado de su acción en un tiempo dado, porque ve el tiempo en un conjunto, que está caracterizado por una dirección.

El diálogo en la situación pedagógica presenta un carácter asimétrico, que resulta de la naturaleza de las funciones asumidas por cada uno de los interlocutores y de la dimensión temporal abierta hacia el futuro; el enseñante desencadena el proceso educativo y actúa según la percepción que tiene del porvenir del alumno. Aun cuando tenga por objetivo emancipar al niño y ayudarle a construir su itinerario personal, sigue siendo el protagonista de la situación.

El diálogo pedagógico se presenta en realidad bajo una configuración triangular, puesto que tiene por objeto el conocimiento, por finalidad la expansión de la persona y por mediador al enseñante.

En los niños pequeños, el descubrimiento del universo material y social, la toma de conciencia de sí y la estructuración de las relaciones entre sí y este universo, se operan por el diálogo con los padres y los educadores, cuando éstos sienten la preocupación de captar el objeto de interés del niño.

El diálogo constructivo reviste formas diversificadas según los niveles de conocimiento, según la naturaleza del mensaje, el género de tratamiento de la información que el alumno puede aplicar.

La noción de transacción educativa.

En el cuadro de la economía psicológica de la interacción social, ponen de manifiesto la norma de reciprocidad, se ha demostrado que las confrontaciones interpersonales comprenden un intercambio, en costos y en beneficios, gastos de energía comporta-mental, invertidos en el objetivo de eventuales “beneficios” y que están determinados por un punto de equilibrio final equitativo entre las partes implicadas en la transacción. La palabra “transacción” ha sido entonces adoptada en el sentido de una operación “económica” concluida por un acuerdo entre esas partes.

La transacción educativa y el grupo de la clase.

L. Bradford, se ha consagrado al estudio más específico de la transacción educativa, sobre todo al examen del sistema de equilibrio que supone entre los participantes, variable según las percepciones que tienen de sus deseos y de sus aportaciones respectivas. Estudia el aspecto contractual de la relación pedagógica en términos de percepción y de utilización de los recursos de cada uno, determinados por su aportación personal en el grupo.

Los recursos aportados por el enseñante están constituidos por sus conocimientos, por el contenido de su enseñanza y por sus actitudes relacionales.

Bradford piensa que condiciones hay que reunir para que la transacción educativa permita un cambio en el señalado. Debe expresar sus pensamientos y sus sentimientos, efectuar con el enseñante un diagnóstico de sus dificultades (deseos, ansiedades, defensas) y obtener informaciones sobre las reacciones de los demás miembros del grupo profesor alumno.

Otra aproximación de la transacción, tomada en ese sentido, y comprendiendo la idea de negociación, es posible en términos de contenidos de rol a asumir por el enseñante y por sus alumnos.

En una clase, la transacción se opera repartiendo los roles según la naturaleza las actividades. La transacción es, pues, un fenómeno social que resulta de intercambios; tiene por objetivos establecer las obligaciones respectivas de los interlocutores, de fijar la regla del juego en la situación creada por un aprendizaje de grupo.

J. Dewey piensa que le medio escolar debe permitir al niño vivir la experiencia de la vida social y de sentirse responsable en el grupo. Entonces el enseñante tiene por tarea organizar las condiciones de trabajo de manera tal que cada alumno pueda vivir su propia experiencia social.

C. Freinet, habla de dos modos de transacción; transacción en el interior del grupo de clase,

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