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Estrategia De Impacto Ambiental


Enviado por   •  10 de Enero de 2013  •  2.412 Palabras (10 Páginas)  •  710 Visitas

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ESTRATEGIA DE IMPACTO AMBIENTAL EN LA CASERIA DE ANIMALES EN LA PROVINCIA DE PASTAZA VÍA TENA KM18

Palabras claves: Fauna silvestre, comercio legal, comercio ilegal, Ecuador

Ecuador como uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo posee un alto potencial para el comercio de bienes y servicios provenientes de la vida silvestre a partir de estrategias de aprovechamiento sostenible. Dentro de estas estrategias se han desarrollado proyectos de cría y cultivo en cautiverio, que generan ingresos significativos para el país. Sin embargo, la sobreexplotación o aprovechamiento no sostenible de especies silvestres de fauna para el consumo doméstico o la comercialización, tiene graves efectos sobre la biodiversidad, como la erosión genética, la reducción de los tamaños de poblaciones y la vulnerabilidad frente a procesos de extinción (MMA et al. 1995).

La enorme oferta de biodiversidad ha convertido también al país en un centro importante del comercio ilegal de vida silvestre y pese a la legislación existente y a las medidas adoptadas hasta ahora para fomentar su uso sostenible y garantizar su protección, se asume que el volumen del tráfico ilegal sigue siendo de gran magnitud, pero debido a la naturaleza ilícita de la actividad, a las pocas cifras disponibles sobre extracción y comercialización de fauna en el país, y a los pocos recursos con que cuentan las autoridades ambientales, se carece de patrones que permitan establecer el impacto biológico para cada especie, así como el impacto sobre los ecosistemas.

Baptiste et al. (2002) calcula que la sola comercialización de huevos de iguana vendidos a precio de mayorista podría representar anualmente $ 1.800.000.000 de pesos corrientes para 1998, aproximadamente US$ 900 millones. Igualmente, según CORPOICA (1999) el mercado de hicoteas en la Mojama, Sucre, representaría para 1998, aproximadamente $1.000.000.000 de pesos ó US$ 5.000 millones, ya sea por consumo o por venta. A pesar de esto, la fauna no aparece en los sistemas de estadística nacional de manera relevante ni como sector económico formal, dado su carácter informal y de ilegalidad; pero estas cifras indican que la actividad bien puede proveer ingresos estables equivalentes a un salario mínimo mensual vigente a una familia dedicada parcialmente a la actividad en muchas zonas del país (Baptiste et al., 2002).

Para el presente estudio se entiende por comercio de bienes derivados de la fauna silvestre Ecuatoriana el intercambio de bienes originados en estas especies, ya sea realizado directamente, bajo la forma de trueque, o indirectamente, por medio del dinero. A su vez, la expresión “fauna silvestre Ecuatoriana” es definida como el conjunto de especies de fauna de todos los taxones y ambientes, nativas o migratorias, cuyo origen y evolución se encuentran dentro del territorio nacional, que no han sido objeto de mejoramiento genético y que en los niveles de especie o variedad mantienen o mantuvieron al menos una población viable de existencia libre (no en cautiverio) en sus hábitats naturales formando parte integral de procesos evolutivos y ecológicos. No se consideran vida silvestre las especies o variedades nativas que han sido modificadas genéticamente ni las especies que provienen de la introducción voluntaria o involuntaria del agente humano y que en la actualidad están presentes o establecidas en el país. Los bienes o productos derivados de la fauna que se comercian incluyen especímenes vivos, sus partes, o sus derivados (CGR, 2005).

En el país no han sido declaradas “reservas de caza”, entre otras razones por que la caza comercial de fauna silvestre estuvo prohibida desde la expedición de la Ley 84 de 1989, que la prohibió en el artículo 30, hasta la expedición de la Ley 611 de 2000 que derogó ese artículo. Las actividades de cacería de especies silvestres son consideradas ilegales y se trabaja sobre ellas con base en campañas de sensibilización, educación y capacitación y en la realización de operativos de control con colaboración de las autoridades de policía. Las CAR’S en el ejercicio de sus funciones han otorgado permisos de caza de fomento para el establecimiento de zoo criaderos con fines comerciales para las siguientes especies: escarabajo hércules, babilla, iguana, lobo pollero, boa, caimán del Magdalena, loras reales y mariposas (CGR, 2005).

Por su parte, la actividad extractiva pesquera Ecuatoriana comprende el aprovechamiento de los recursos pesqueros de sus dos litorales marítimos y de numerosas cuencas lacustres y fluviales. A escala industrial se desarrolla en las áreas marítimas; mientras que la actividad artesanal se realiza además en las áreas continentales. Esta última, se constituye en la principal fuente de ingresos y casi la única fuente de proteína animal en las localidades vinculadas a ella. La producción nacional de productos pesqueros entre 1990 y 1998, muestra la gran representatividad que tienen los recursos marinos, mientras que la pesca de aguas continentales presenta una tendencia sostenida a la baja (Mancera, 2001). La intensa actividad extractiva sobre el recurso pesquero, junto a los graves problemas de contaminación, sedimentación y desecación de ciénagas que presentan los ríos, han generado desequilibrios en las poblaciones naturales y en consecuencia repercute deteriorando los ecosistemas hídricos y la productividad pesquera.

Respecto a la comercialización de peces ornamentales casi la totalidad de ejemplares que se comercializan en Colombia provienen del medio natural, es escaso el conocimiento que se tiene de la dinámica de la actividad extractiva de pesca ornamental en el país, y en especial de los ríos de aguas negras de las regiones de la Orinoquia y Amazonia, que presentan una gran diversidad de especies y de donde provienen la mayor parte de ejemplares comercializados (Mancera y Álvarez, 2008).

Las cuotas de extracción asignadas para los peces ornamentales, se establecen teniendo en cuenta la demanda del mercado internacional, y no los aspectos biológicos y ecológicos de estas especies ya que en su mayoría, no se han realizado estudios de investigación que permitan establecerlos y tampoco se dispone de información de las tasas de captura y esfuerzo a que están sometidas sus poblaciones, lo cual hace que el establecimiento de estas cuotas no garantice el aprovechamiento sostenible del recurso. El INCODER no ejerce un control adecuado del cumplimiento de las cuotas de extracción, como se evidencia en la exportación de peces ornamentales. La cuota de extracción asignada para peces ornamentales durante los años 2003, 2004 y 2005 por parte del INCODER ha sido de 20.000.000 de ejemplares vivos por año (ampliada para el año 2005 a 29.000.000 mediante la resolución No. 0389 del 26 de septiembre de 2005 del Ministerio de Agricultura y Desarrollo

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