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Etica Juridica


Enviado por   •  7 de Marzo de 2015  •  4.663 Palabras (19 Páginas)  •  249 Visitas

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El Acto Humano o Moral.

Acto Humano es aquel que consciente, libre y voluntariamente realiza un ser humano, para conseguir un fin predeterminado. No debemos confundir cualquier acto del hombre con Acto Humano. Para que un acto sea verdaderamente humano, requiere de las condiciones , es decir, consciente, libre y voluntario, mientras que acto del hombre simplemente, puede ser el que éste realiza, incluso, sin intervención de sus facultades superiores, aquel que puede realizarse mecánicamente, que al no intervenir en él, la razón ni la voluntad humana, no es libre. Se conoce también como acto reflejo o instintivo, que también los animales realizan. Deseo referirme a los primeros, es decir, al Acto Humano, escrito así, con mayúscula, porque es un acto propio del ser racional y libre, por tanto deliberado, consciente, que manifiesta la malicia o bondad del hombre y por tanto, la relación entre ese Acto Humano y la Ética.

El Acto Humano constituye, precisamente, el objeto material de la ética. No está, no puede estar nunca, fuera del ámbito de la moral, que es la ciencia que se ocupa de los objetos morales en todas sus formas.

Es la ciencia que trata del bien en general y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia. No hay Acto Humano neutro. Es decir, al margen de la ética, ni bueno ni malo. Todo Acto Humano puede y debe contrastarse siempre con un orden ético determinado. No nos extrañe que hoy se quiera excluir el Acto Humano o algunos de ellos, de toda forma de normativa ética. Las razones para querer excluirlos se encuentran en primer lugar, en un pragmatismo exagerado que ha llevado al hombre a medir la bondad de sus actos por los resultados prácticos que produzcan; en segundo lugar en un relativismo moral muy en boga en esta época y finalmente en el deseo del hombre moderno de erigirse a sí mismo en supremo legislador universal, prescindiendo de toda norma reguladora de su conducta, incluyendo la Ley natural, universal y eterna. Así como las leyes físicas son parte de la Ley natural, la moral también es parte de la Ley natural. En realidad, la moral es la Ley natural dirigida al alma humana, en la búsqueda de la perfección del hombre.

Santo Tomás distingue entre dos tipos de actos pertenecientes al ámbito operativo de la moral, a saber:

1º Actos del hombre, llamados <<actus hominis>> y que no requieren el concurso de la voluntad para producirse.

2º Actos humanos, llamados <<actus humani>> y que tienen su raíz en la voluntad libre del hombre.

Es en este último tipo de actos cuando mi conducta está dirigida por un juicio de valor. Por ello, toda conducta moral es una preferencia activa, una valoración existencial, que implica la intervención de una voluntad libre por una parte y, por la otra, la llamada de los valores y del bien.

A su fuente → La voluntad libre.

Referencia del acto moral

Al bien y al valor.

Causa de esta referencia es la vinculación existente entre voluntad y bien. Es decir: Obrar humanamente es obrar libremente y obrar libremente es obra con miras a un fin.

En el objeto de la material cabe distinguir:

A. Objeto material → Los actos humanos.

B. Objeto formal → Los mismos actos humanos en cuanto son relativos a los valores morales con los que tienen una relación de conveniencia o disconformidad.

Los Actos Morales son actos humanos, voluntarios, que podemos elegir realizar o no, y que podemos valorar según las normas y criterios morales que hayamos asumido previamente. Al juzgar los actos morales, se califica primero la acción, el objeto del acto en sí, esto es, ‘¿qué?’ Ante la posibilidad de elegir, el primer elemento de estos actos que se nos muestra es la existencia de un motivo para los mismos. El motivo es la causa directa de la realización del acto, la respuesta a la pregunta '¿por qué?'. Además, este tipo de actos tiene un fin, esto es, la representación o anticipación mental del resultado que se pretende alcanzar con la acción. El fin se hallaría respondiendo a la pregunta '¿para qué?' Pero la finalidad que se pretende conseguir con cualquiera de estos actos ha de conseguirse de algún modo.

No tiene sentido aplicar normas morales a las cosas que sólo pueden suceder de una manera. La imposibilidad de elegir modos de actuación diferentes hace imposible valorar estos objetos desde el punto de vista moral. Sin embargo, sabemos que los seres humanos somos capaces de actuar de muchas formas ante cada situación y que, por eso, nuestros actos son valorables moralmente.

¿Es todo lo humano valorable moralmente? Algunos autores han distinguido, intentando ser coherentes con lo dicho en el párrafo anterior, entre actos humanos y actos del hombre. Los actos del hombre son aquellos que no tienen significado moral, los que no podemos elegir -respirar, hacer la digestión y cosas por el estilo-. Los actos humanos son aquellos que podemos o no escoger. Pues bien, actos propiamente morales son sólo estos últimos.

Cuando hablamos de los pasos que hay que seguir necesariamente para completar el acto moral, para conseguir el fin propuesto, estamos hablando de los medios o circunstancias. Estos se hallan respondiendo a la pregunta '¿cómo?' El elemento que completa la estructura de los actos morales es el resultado efectivo de los mismos, sus consecuencias.

A continuación se da una breve descripción de los elementos que componen al acto moral:

a. El objeto. Tomemos, por ejemplo, una acción cualquiera: una mujer está hablando con una amiga suya. Puede ser que esté contándole donde fueron las vacaciones, que le este contando la belleza de las playas en que estuvieron, que le diga que se encontró con una amiga común y enseguida comience a contar sus defectos. Aquí la acción “hablar” tiene varios objetivos: contar experiencia vividas, describir un lugar, juzgar de otros, etcétera. Hay un objeto moral: la maledicencia, pues sabemos, que decir los males de otros es atentar contra su fama y su dignidad y eso es antitético; además si lo contado es mentira estamos bajo una calumnia o si es algo que yo he escuchado estamos bajo una difamación, el fundamento es muy sencillo, se está destruyendo la fama de una persona. Se ve, por tanto, que la acción “hablar” puede tener puede tener varios objetos morales: mentir, insultar, difamar, calumniar, alabar, elogiar, agradecer, adular, etc.

b. Las circunstancias. Se refieren a:

1.- Quién realiza la acción: no es igual que un juez dicte sentencia o que lo haga alguien que no tiene ninguna autoridad; en este último caso sería una mentira.

2.- A quién se dirige: La desobediencia o falta

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