Etica Universal
Enviado por Mabel_96 • 15 de Febrero de 2012 • 775 Palabras (4 Páginas) • 865 Visitas
Nosotros, hombres y mujeres de distintas religiones y regiones de esta Tierras, nos dirigimos por ello a todas las personas, religiosas y no religiosas. Queremos dar expresión a nuestra convicción común: Todos tenemos una responsabilidad por un mejor orden del mundo. Nuestro compromiso por los derechos humanos, la libertad, la justicia, la paz y la conservación de la Tierra constituye una exigencia incondicional. Nuestras tradiciones religiosas y culturales, muy diferentes unas de otras, no deben impedirnos luchar activamente contra todas las formas de inhumanidad y en pro de más humanidad. Los principios enunciados en esta Declaración pueden ser compartidos por todas las personas con convicciones éticas, fundamentadas religiosamente o no. Pero nosotros, como personas religiosas y espiritualmente orientadas - que fundamentan su vida en una realidad Última y extraen de ella fuerza espiritual y esperanza mediante la confianza, la plegaria o la meditación, mediante la palabra o el silencio-, tenemos la obligación muy especial con respecto al bien de la humanidad entera y al cuidado del planeta Tierra. No nos consideramos mejor que otras personas, pero confiamos que la antiquísima sabiduría de nuestras religiones puede señalarnos también caminos para el futuro.
Después de dos guerras mundiales y concluida la guerra fría, tras el derrumbe del fascismo y del nazismo y la caída del comunismo y el colonialismo, la humanidad ha entrado en una nueva fase de su historia. La humanidad dispondría hoy de suficientes recursos económicos, culturales y espirituales para instaurar un mejor orden mundial. Pero hay nuevas y viejas tradiciones étnicas, nacionales, sociales, económicas y religiosas que ponen en peligro la construcción de un mundo mejor.
Nuestra época ha experimentado ciertamente mayores progresos económicos y técnicos que cualquier otra. Y, sin embargo, nos encontramos ante el hecho de que, a escala mundial, la pobreza, el hambre, la mortalidad infantil, el desempleo, la depauperación y la destrucción de la naturaleza no han disminuido, sino que han aumentado. A muchos pueblos les amenaza la ruina económica, la desintegración social, la marginación política, la catástrofe ecológica y el desmoronamiento nacional.
En una situación tan dramática, la humanidad no necesita sólo programas y acciones. Tiene necesidad de una visión de la convivencia pacífica de los pueblos, las agrupaciones étnicas y éticas y las religiones, en una responsabilidad común con nuestro planeta Tierra. Una perspectiva sobre esto se basa en esperanzas, objetivos, ideales y pautas. Y muchas personas del mundo entero carecen de todo eso; No obstante, estamos convencidos de que precisamente las religiones, a pesar de sus abusos y sus frecuentes fracasos históricos, tienen la
responsabilidad de que tales esperanzas, objetivos, ideales y pautas puedan mantenerse vivos, justificarse y vivirse. Esto rige especialmente
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