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FETICHISMO DE LA MERCANCÍA


Enviado por   •  22 de Octubre de 2011  •  2.389 Palabras (10 Páginas)  •  685 Visitas

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FETICHISMO DE LA MERCANCÍA: materialización de las relaciones de producción inherentes a la economía mercantil basada en la propiedad privada sobre los medios de producción. Esta materialización posee un carácter objetivo. Los nexos sociales entre los productores privados únicamente se manifiestan en el mercado, en el proceso del cambio de sus mercancías. Nadie controla ni regula conscientemente estos nexos, que se desarrollan espontáneamente. Las relaciones entre los productores aparecen como relaciones entre los productos del trabajo humano. Esta forma especifica de la expresión de las relaciones sociales se halla condicionada por el peculiar carácter social del trabajo que produce mercancías. En la producción mercantil basada en la propiedad privada, los frutos del trabajo son productos de trabajos privados independientes entre si. Al mismo tiempo, entre los productores privados existe una estrecha conexión y dependencia recíproca basada en la división social del trabajo. Por este motivo "la independencia de los hombres entre si, se completa con un sistema de dependencia material en todos los aspectos" (C. Marx). El trabajo de cada productor de mercancías representa una partícula del trabajo social global, mas este carácter social de su trabajo únicamente se pone de manifiesto en el mercado, donde el productor comprueba si su mercancía es necesaria y por ende, si es necesario su trabajo para la sociedad. Resulta, pues, que toda mercancía, para obtener un reconocimiento social, ha de ser equiparada a otra mercancía por ejemplo al oro con el que ha de ser cambiable en una determinada proporción. Subjetivamente, los productores de mercancías ven dicha materialización de las relaciones de producción como una facultad misteriosa e independiente de ellos mismos que posee una cosa de cambiarse por otras en unas determinadas relaciones cuantitativas. Esta facultad parece una propiedad natural de la mercancía como lo son el peso u otras propiedades físicas. Los productos que fabrica el hombre con sus manos, aparecen como seres independientes dotados de vida propia, que se encuentran en determinadas relaciones con los hombres y entre si. En ello estriba, precisamente, el fetichismo que atribuye a la mercancía propiedades sobrenaturales. "El carácter misterioso de la forma mercancía estriba, por tanto, pura y simplemente, en que proyecta ante los hombres el carácter social del trabajo de éstos como si fuese un carácter material de los propios productos de su trabajo, un don natural social de estos objetos y como si, por tanto, la relación social que media entre los productores y el trabajo colectivo de la sociedad fuese una relación social establecida entre los mismos objetos, al margen de sus productores" (C. Marx). El producto superior en que se desarrolla el cambio de mercancías es el dinero, el capital y por este motivo el fetichismo de la mercancía encuentra su materialización más completa en el fetichismo del dinero, del capital, en el poder del oro sobre los hombres. Parece que no es el desarrollo de la producción mercantil y del cambio ni el desarrollo de las relaciones sociales lo que ha conducido a que una determinada mercancía, el oro, se convirtiera en dinero, sino, por el contrario, que todas las mercancías se cambien por oro y expresan en él su valor únicamente porque el oro es dinero por naturaleza. Todas las categorías económicas de la sociedad burguesa se hallan revestidas de forma material y por este motivo poseen un carácter fetichista. La economía política burguesa, intentando eludir el análisis de las contradicciones internas del capitalismo, se Imita a estudiar el aspecto externo de los procesos económicos tras las relaciones entre las cosas no descubre las relaciones sociales entre los hombres. Tan sólo la economía política marxista que descubre, bajo la envoltura material, las relaciones de producción entre los hombres efectúa un análisis auténticamente científico de todas las categorías de la producción mercantil y capitalista. Al suprimirse la propiedad privada sobre los medios de producción y establecerse la propiedad social sobre dichos medios a la ver que se organiza la economía planificada, se elimina, bajo el socialismo, también la base económica que engendra el fetichismo de la mercancía.

http://www.eumed.net/cursecon/dic/bzm/f/fetichismo.htm

. El papel de las mercancías en la representación de las relaciones sociales.

La mercancía, en cuanto a valor de uso, no oculta nada misterioso dentro de ella, ya la consideramos desde el punto de vista que con sus propiedades satisface necesidades humanas, o que no adquieres esas propiedades sino en cuanto producto del trabajo humano.

Así mismo la mercancía sirve de fundamento para determinar las magnitudes de valor, es decir, a la duración de aquel gasto o a la cantidad de trabajo, es posible distinguir hasta sensorialmente la cantidad del trabajo de su calidad.

En todos los tipos de sociedad necesariamente hubo de interesar al hombre el tiempo de trabajo que insume la producción de los medios de subsistencia, aunque ese interés no fuera uniforme en los diversos estadios del desarrollo. Tan pronto como los hombres trabajan unos para otros, su trabajo adquiere también una forma social.

La medida del gasto de fuerza de trabajo humano por su duración, cobra la forma de la magnitud del valor que alcanzan los productos del trabajo; las relaciones entre los productores, en las cuales se hacen efectivas las determinaciones sociales de sus trabajos, revisten la forma de una relación social entre los productos del trabajo.

La forma mercantil media entre los productores y el trabajo global, como una relación social entre los objetos, existente a la margen de los productores. Es por medios de este quid pro cuo (tomar una cosa por otra) como los productos del trabajo se convierten en mercancías, en cosas sensorialmente suprasensibles o sociales.

2. A que llama Marx fetichismo de las mercancías.

La forma fantasmagórica de una relación de cosas, es la relación social determinada existente entre aquellos.

Para hallar una relación de semejanza debemos buscar amparo en el mundo religioso. En éste los productos de la mente humana parecen figuras autónomas, dotadas de la vida propia en relación unas con otras y con los hombres. Otro tanto ocurre en el mundo de las mercancías con los productos de la mano humana. A esto le llama Marx el fetichismo de las mercancías, el cual es inseparable de la producción mercantil.

Ese carácter fetichista del mundo de las mercancías se origina, como el análisis precedente lo ha demostrado, en la peculiar índole social del trabajo que produce mercancías.

Si los

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