Fetichismo

FETICHISMO

Cuero, vinilo, cadenas, cuerdas, tacones, medias, ligueros, pelucas, pies, uñas pintadas, labios rojos, látigos,….todo vale en el fetichismo.

¿Opción sexual, desviación, juego erótico,….?

La Real Academia Española define al Fetichismo como un comportamiento sexual que consta en fijar alguna parte del cuerpo humano o alguna vestimenta o accesorio como objeto de deseo y excitación. 1

El fetichismo es una parafilia que consiste en la excitación erótica o la facilitación y el logro del orgasmo a través de un talismán u objeto fetiche, sustancia, o parte del cuerpo en particular. El primer significado del término “fetiche” fue el de ser un objeto que poseía poderes sobrenaturales y al que los hombres veneraban. Es así que en el fetichismo, en la conducta sexual el objeto estimula, excita y acompaña la masturbación, o estando con otro en la cama, el fetichista suele pedirle (o exigirle) a su acompañante que utilice, vista o incluya el objeto en cuestión. Esto se da más en los hombres que en las mujeres. No importa el objeto, sino lo que él representa para quien busca el placer. No importa quién lleve puesta la prenda, lo que importa es el fetiche, ese objeto que pasa a ser el centro de todas las cosas. 2

El fetichismo puede llevarse a extremos impensados, como por ejemplo depender de la presencia de un objeto para el acto sexual, o llegar a la admiración desmedida por una parte de una persona, aunque estas raras aficiones casi nunca son nocivas, pueden limitar nuestra vida sexual.

La práctica fetichista no es considerada de gravedad, siempre y cuando no resulte disfuncional a la vida del sujeto y su entorno. También, en un plano más sencillo, todos tenemos algo de fetichista en nosotros. Están quienes prefieren las personas rubias por sobre las morenas, o de nacionalidad europea por sobre las de otros continentes, los negros más que los latinos, gordos por flacos, los altos antes que los bajos, o viceversa… Pero los “modelos o estilos” no son “objetos o fetiches”.

En torno a las vestimentas, muchos juegan con la fantasía de ciertos disfraces u objetos propios de una edad o profesión. ¿Quién no fantasea con ver a su pareja vestida de enfermera, de colegiala o de diablita? Eso también es un fetiche.

De moda para unos y rechazado por otros, lo cierto es que el fetichismo nos acompaña en el día a día. ¿Quién no tiene una camiseta preferida que cree que le trae suerte, o un color de labios con el que se ve arrebatadora? Todo esto es un tipo de fetiche.

La lencería es uno de los fetiches sexuales más normales dentro de la sociedad, a cualquier chico le gusta ver a su novia con un corsé de encaje o unas medias de liguero o un conjunto bonito de sujetador y braguitas.

Tambien mucha gente ve este tipo de “juego sexual” como aberración, es cierto que hay gente que lo lleva a extremo con lo cual mas que un juego es un problema psíquico, el fetichismo siempre ha estado ahí, sobrepasando modas, décadas, prohibiciones etc…

Nuestras generaciones pasadas por ejemplo ven como tabu el sexo oral, práctica que hoy en día casi todas las parejas ( por no decir todas) realizan como juego de alcoba.

Ahora por ejemplo, con la moda de los tatuajes y de los piercings, dichos adornos corporales también se han vuelto un fetiche, tanto para el que se los hace como para el que disfruta o se excita viendo a quien los lleva.

Fetichismo como opción sexual

Un fetiche es un objeto venerado al que se

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