FIEBRE DE OLIMPIADAS
Enviado por geperezlo1 • 28 de Octubre de 2012 • 906 Palabras (4 Páginas) • 292 Visitas
Editorial: Fiebre de Olimpiada
Los 104 atletas colombianos que conforman la más numerosa delegación de la historia tendrán el reto de confirmarle al mundo que, al igual que el deporte, el país avanza por buena senda.
A partir del próximo viernes el mundo estará pendiente de los Juegos Olímpicos de Verano. Diez mil quinientos atletas de 204 delegaciones competirán en las 39 disciplinas que conforman un evento poseedor de una mística cada vez más escasa en el ámbito del deporte de alto rendimiento, cuya obsesión por el triunfo a cualquier precio y la recompensa en dinero lo ha alejado del recordado mantra del barón Pierre de Coubertin: "Lo importante no es vencer, sino competir".
Pese a que hace décadas sacrificaron su ideal de amateurismo, los Olímpicos conservan bastante de esta herencia. En sus pruebas se puede sentir, por ejemplo, el romanticismo propio de la competencia entre naciones sólo por el honor. Cada edición es además escenario de historias de dignos perdedores, de gestas de superación que hay que aplaudir de pie. No exageramos si decimos que en la Olimpiada hasta el último en cruzar la raya es de alguna manera un ganador.
A esta noble faceta se contrapone la sombra del dopaje, que llega de la mano de los que quieren la victoria al precio que sea, aun atentando contra sus organismos. En la carrera por neutralizarlo, las autoridades parecen condenadas a ir siempre un paso atrás, situación que se hace más palpable ahora que comienza a hablarse de métodos para alterar el ADN de los atletas, trampa frente a la cual los que lideran esta batalla hoy se declaran impotentes.
Como es bien sabido, el deporte siempre ha sido una prolongación de la política, realidad de la que no escapa la Olimpiada. Es indiscutible que el medallero final de cada edición es un reflejo del mapa del poder global. Por eso, las grandes potencias no escatiman esfuerzos para tener a la mayor cantidad posible de medallistas. Esta vez la disputa será, una vez más, entre Estados Unidos y China. Los norteamericanos buscarán el desquite tras el segundo lugar obtenido en los Juegos de Beijing.
Los Juegos son también la mejor oportunidad para que un país presente en sociedad sus avances, tal y como ocurrió con Pekín hace cuatro años y como será el caso de Río de Janeiro, en el 2016. En esta oportunidad, el huracán que azota la economía global tiene su ojo muy cerca de Londres, factor que poco favorece a un anfitrión que, no obstante, mostrará orgulloso una muy completa infraestructura levantada según los cánones de la sostenibilidad y buscando aprovechar los Olímpicos para impulsar un ambicioso proyecto de renovación urbana en una antigua zona industrial de la capital británica. Y aunque no estaba en los planes cuando se otorgó la sede, hoy muchos confían en que este evento tenga un efecto positivo y dinamizador en una economía en recesión. Y si esto no ocurre, por lo
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