Femicidio

Capítulo I

 Concepto de Femicidio. Cómo incide este concepto en las culturas Islámica, Europea y Latinoamericana.

En este primer capítulo es importante que comencemos a conocer más sobre el término FEMICIDIO y para ello comenzaremos analizando lo que dicen diversos autores que conocen sobre la temática y que se han dedicado a la investigación de este fenómeno.

Como ya se ha mencionado al comienzo de este trabajo, el término fue desarrollado por primera vez por la escritora estadounidense Carol Orlock en el año 1974, las sintetizadoras de este término son las autoras Diana Russell y Jill Radford quienes utilizaron el término públicamente por primera vez en el año 1976, ante el Tribunal Internacional de los Crímenes contra las mujeres, en Bruselas.

El término Femicidio es político, es la denuncia de la naturalización de la sociedad hacia la violencia sexista. Es según Orlock, una de las formas más extremas de violencia hacia las mujeres, es el asesinato cometido por un hombre hacia una mujer a quien la considera de su propiedad.

Otra de las definiciones que tomaremos en cuenta es la que nos brinda la autora mexicana Marcela Lagarde, quien utiliza el término como genocidio contra mujeres y sucede cuando las condiciones históricas generan prácticas sociales que permiten atentados contra la integridad, la salud, las libertades y la vida de las mujeres.

En el femicidio concurren en tiempo y espacio, daños contra mujeres realizados por conocidos y desconocidos, por violentos, violadores y asesinos individuales y grupales, ocasionales o profesionales, que conducen a la muerte cruel de algunas de las víctimas. No todos los crímenes son concertados o realizados por asesinos seriales: los hay seriales e individuales, algunos son cometidos por conocidos: parejas, parientes, novios, esposos, acompañantes, familiares, visitas, colegas y compañeros de trabajo; también son perpetrados por desconocidos y anónimos, por grupos mafiosos de delincuentes ligados a modos de vida violentos y criminales. Sin embargo, todos tienen en común que las victimas son mujeres que consideran usables, prescindibles, maltratables y deshechables. Y, desde luego, todos coinciden en su infinita crueldad ya que se desarrollan como crímenes de odio contra las mujeres.

Para Andrés Montero Gómez, existen dos tipos de femicidas: los que asesinan a las mujeres en vida, descuartizan su identidad, descomponen golpe a golpe su fisonomía y dejan marcas indelebles en su memoria. Después las dejan vivir, pero ya han matado algo de ellas. El otro tipo es el femicida que maltrata hasta la muerte. Los femicidas mantienen a la mujer matándola lentamente bajo tortura. La han aislado, la han humillado, la han sometido, la han asfixiado tratando de privarlas de humanidad. Habitualmente aguardan a que ellas se hayan alejado de su entorno social y familiar, asegurándose así la impunidad de sus actos contra ella.

Para que se de el femicidio conviven de manera criminal, el silencio, la omisión, la negligencia y la complicidad de autoridades encargadas de prevenir y erradicar estos crímenes. Hay femicidio cuando el Estado no da garantías a las mujeres y no crea condiciones de seguridad para sus vidas en la comunidad, en la casa, ni en los espacios de trabajo de tránsito o de esparcimiento. Más aún, cuando las autoridades no realizan con eficiencia sus funciones. Por eso el femicidio es visto por varios autores como un crimen de Estado.

El femicidio se conforma por el ambiente ideológico y social de una sociedad machista que somete a la mujer al retraimiento y de violencia normalizada que se apoya en las ausencias legales y de políticas de gobierno lo que genera condiciones de convivencia insegura para las mujeres, pone en riesgo la vida y favorece el conjunto de crímenes que se deberían esclarecer y eliminar.

Contribuyen al femicidio factores como: el silencio social, la desatención, la idea de que hay problemas más urgentes, la vergüenza y el enojo que genera la falta de transformaciones sociales que permitan disminuir este fenómeno sin tratar de demostrar que no son tantas “las muertas” (UNA ANALISIS CON ENFOQUE SOCIAL SOBRE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN AMERICA LATINA Por Mariana Carbajal. “Página 12” Publicado 25/11/2007)

Luego de observar los diferentes conceptos que se asocian al Femicidio comenzaremos a desarrollar como se manifiesta este fenómeno en cada una de las culturas antedichas.

La cultura Latinoamericana:

Según el informe mundial sobre violencia y salud, estudios efectuados en México revelan que en un 40% a 70% de los asesinatos de mujeres las víctimas fueron muertas por su esposo o novio, a menudo en una relación de maltrato constante. Esto contrasta notablemente con la situación de las víctimas masculinas de asesinato, donde las cifras rondan el 4% entre 1989 y 1996 y que en los casos de violencia perpetrada por mujeres, lo más probable es que sea en defensa propia.

Lamentablemente, dejar una relación de maltrato no siempre garantiza la seguridad de la mujer. La violencia a veces puede continuar e incluso aumentar mucho, después de que la mujer deja a su pareja. De hecho en se ha demostrado mediante algunas investigaciones que un porcentaje significativo de los asesinatos de mujeres se cometen cuando la mujer está tratando de dejar al hombre que la maltrata.

Dada la gran cantidad de inmigrantes que se ha registrado en los últimos 10 años, Europa tomó conciencia de otra realidad y esto queda expresado en una nota del Diario Tiempo El Argentino, que informó que desde comienzos de 2000, la Unión Europea empezó a tomar nota sobre el alarmante crecimiento de asesinatos de mujeres a manos de sus familiares o parejas. En febrero de 2010, las cifras subrayan la escalada de violencia contra las mujeres que viven en la región y es por ello que se realizó una reunión en Madrid donde responsables de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y del Consejo de Ministras de la Mujer de Centroamérica (COMMCA) vieron la necesidad de tratar temas como: femicidios, trata de mujeres y situación laboral de las empleadas domésticas remuneradas. El estudio fue realizado en la franja que conforman los países centroamericanos y la Republica Dominicana.

La directora ejecutiva del Centro Feminista de Información y Acción, Ana Carcedo, responsable de la investigación realizada en relación con los femicidios, señaló que desde principio de este siglo “se están disparando tanto las muertes violentas de mujeres, en general, como aquellas en las que existe un componente de género”.

Algunos países del área estudiada superan tasas de diez por 100 mil en homicidios de mujeres, es decir, “están alcanzando la categoría de epidemia”, añadió.

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