Fertilidad Del Suelo
Enviado por pentecosta • 19 de Abril de 2015 • 447 Palabras (2 Páginas) • 250 Visitas
LAS DIFERENTES TEXTURAS DEL SUELO
El suelo está compuesto por tres partículas minerales de distintos tamaños: arena, limo y arcilla. A su vez, la arena se compone de partículas minerales gruesas, el limo de partículas minerales finas y la arcilla, de partículas minerales muy finas. La combinación de estas partículas en distintas proporciones, vitales para el normal desarrollo de las plantas, se denomina textura.
LAS TEXTURAS
Conocer el tipo de suelo con el que se trabaja es imprescindible. De su textura dependen sus propiedades físicas, las cuales determinan, en gran medida, su productividad.
Franco. Tiene una textura media (45%de arena, 40% de limo y 15% de arcilla), por lo que sus condiciones físicas y químicas son las mejores y el el más apto para el cultivo.
Turboso. Está formado por tierra vegetal descompuesta, por lo que tiene un bajo contenido mineral y un exceso de materia orgánica. Una gran ventaja es que no requiere de materiales productores de humus. Sin embargo, ocasiona problemas en el drenaje y es demasiado ácido, por ello requiere un aporte notable de cal.
Pedregoso. Contiene partículas muy gruesas y su drenaje es muy bueno, pero no retiene ni el agua ni los nutrientes. Es un suelo difícil de cultivar, aunque no imposible. Las plantas que mejor sobreviven en estas condiciones son las de hoja gris, cerosa o con vellosidad, como la aquilea y el verbasco.
Ligero o arenoso. Este tipo de suelo tiene una textura gruesa con un 75% de arenas, un 5% de arcillas y un 20% de limo, lo que le permite una gran aireación. Aunque absorbe bien el agua, no la retiene y se filtra con facilidad hacia el fondo. Estos suelos se secan con rapidez y no almacenan el agua como los arcillosos, por lo que precisan de riego frecuente, pero en poca cantidad. El riego por goteo es el más adecuado. Para mejorar las pérdidas de materia orgánica, es preciso el aporte de productores de humos y fertilizantes de lenta liberación. En este tipo de suelos viven bien las plantas que no soportan un exceso de agua, como los céspedes, los cactus y las crasas, y diversas especies mediterráneas.
Pesado o arcilloso. Su fina textura le otorga una elevada retención de agua y nutrientes. Tiene un 45% de arcillas, un 30% de limo y un 25% de arena. No obstante, la porosidad es baja y carece de buenas posibilidades de aireación. Dificulta mucho el drenaje, el suelo se encharca y la mayoría de las plantas se pudren. En el momento de plantar, es necesario aportar una buena cantidad de mantillo o de turba, para airear y esponjar el suelo. Entre las especies que mejor resisten destacan los ranúnculos, lirios, helechos, calas, fresnos, chopos o abedules.
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