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Ficcion,eres El Causante De Mi Dolor


Enviado por   •  19 de Junio de 2014  •  32.778 Palabras (132 Páginas)  •  227 Visitas

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TU ERE EL CAUSANTE DE MI DOLOR

PROLOGO

______ y Justin Bieber se enamoraron nada mas conocerse , pero el se negó a admitir sus sentimientos. Y aparto a la joven de si, echandola practicamente en brazos de su primo Barry, con quien terminó casándose . El matrimonio acabó siendo un verdadero infierno para la joven, ya que su marido la maltrataba, celoso del amor que ella aún sentía por Justin. Dos años después Barry, que conducía ebrio, se mato en un accidente de tráfico, Durante todo ese tiempo, Justin había creído las mentiras de su primo sobre cómo el desprecio de ______ lo había empujado a la bebida, pero poco a poco iría descubriendo el horror por el que había pasado la joven, al tiempo que tendría que afrontar sus sentimientos.

C A P I T U L O U N O •

Tras el entierro, Justin Bieber se mantuvo alejado del resto de los asistentes, observando fijamente y con desprecio a la joven y esbelta viuda enlutada, de pie junto a un Rolls-Royce negro, mientras recibía las condolencias de unos y otros. Su primo Barry había muerto y aquella mujer era la culpable. No sólo había atormentado a su marido durante dos años, empujándolo a convertirse en

un alcohólico, sino que también había dejado que condujera ebrio, matándose al precipitarse su coche por el borde de un puente. Y allí estaba, sin una lágrima en sus ojos.

Su hermana Sandy, tras besar y abrazar a la viuda, se acercó a él para reprenderlo por su actitud.

-Deja de mirarla de ese modo. ¿Es que no tienes sentimientos? -le espetó enfadada.

Justin, de cuarenta años de edad, contaba dieciséis más que Su hermana, y su cabello, antaño oscuro como el de ella, se había llenado de prematuras canas, pero, por lo demás, tenía el aspecto de un hombre mucho más joven.

-¿Acaso los tiene ella? -replicó con una sonrisa cínica, dando una larga calada al cigarrillo que tenía entre sus dedos

-Me prometiste que ibas a dejarlo -le recordó ella.

Justin enarcó una ceja.

-Y te estoy haciendo caso: ya apenas fumo, sólo cuando estoy nervioso o irritado, y siempre en lugares abiertos.

-Eso no basta, recuerda lo que te dijo el médico. Sé que detestas que te sermonee, pero eres mi hermano y me preocupa tu salud.

Justin esbozó una sonrisa amable.

-Está bien, tú ganas. Volveré a intentarlo... a partir de mañana -dijo. Sandy frunció el ceño, pero él había girado la cabeza, y estaba observando de nuevo a la viuda con la misma mirada gélida en sus ojos azules-. La amante esposa... -masculló-. No ha derramado ni una lágrima tras dos años de matrimonio...

-¿Quién eres tú para juzgarla? Nadie puede saber lo que pasa dentro de un matrimonio.

Justin ignoró el reproche y dio otra calada al cigarrillo, escrutando de nuevo el rostro de la viuda.

-¿Y a qué viene el velo entonces? -inquirió a su hermana, señalando con un gesto de la cabeza el sombrero negro con velo que llevaba la mujer-. ¿Acaso teme que la madre de Barry se pregunte por qué sus ojos están secos?

-Eres tara mordaz e insensible que no me extraña que no te hayas casado -lo increpó Sandy disgustada-, y tampoco me extraña que la gente diga que no hay una mujer en todo Texas con valor para hacerte pasar por la vicaría.

-No hay una mujer en todo Texas por la que esté dispuesto a pasar por la vicaría -corrigió él-. Sencillamente no soporto a ninguna.

-Y a ______ menos que a ninguna -murmuró su hermana, al ver que los ojos de Justin habían vuelto a fijarse en la joven viuda-. Es curioso, hubo un tiempo en que hubiera jurado que te gustaba.

-Tiene veinticuatro años, y yo cuarenta: demasiado joven para mí, aunque hubiera estado interesado en ella.

-¿Sabes, Justin? Te equivocas respecto a ______. No es la clase de persona que crees.

-Me parece encomiable que defiendas a tus amigos, Sandy, pero no lograrás convencerme de que esa mujer de ahí está penando por su difunto esposo.

-Siempre la has tratado con la punta del pie - continuó ella sin escucharlo.

Justin se tensó visiblemente.

-Eso es porque siempre estaba atosigándome.

Sandy no contestó a eso.

-¿Irás a la casa después? -le preguntó-. Se hará la lectura del testamento tras el almuerzo.

-Vaya, qué sorpresa, la viuda tiene prisa por saber cuánto dinero le corresponde... -masculló Justin.

-Ha sido idea de la madre de Barry, no suya -le aclaró Sandy irritada.

Justin giró la cabeza y se quedó observando un instante a una mujer delgada y de baja estatura, vestida con un elegante traje negro de diseño.

-¿De la tía Tina?

-Detesta a ______ tanto o más que tú –dijo Sandy-. Seguro que espera que Barry no le haya dejado un centavo para poder echarla de la casa.

Justin tiró el cigarrillo al suelo y lo aplastó con la suela del zapato.

-¿Acaso te extraña? ______ mató a su hijo. -¡Justin!

La fría mirada en los ojos azules de su hermano podría haber cortado un diamante.

-Ella nunca lo amó. Se casó con él sólo porque su padre había muerto y no le había dejado más que deudas. Hasta la casa estaba hipotecada. ¿Y se mostró agradecida al menos con Barry? No, pasó los dos años de su matrimonio haciéndolo sufrir. Más de una vez tuve que ofrecerle un hombro donde llorar a nuestro pobre primo.

-¿Cuándo? -inquirió ella-. No recuerdo que fueras nunca a su casa. Incluso te negaste a ser su padrino en la boda.

Justin apartó la vista.

-Vino a Victoria varias veces a verme por asuntos de negocios, y un día se sinceró conmigo porque ya no aguantaba más. Me lo contó todo acerca de ______. Fue ella quien lo empujó a la bebida.

-Eso no puedes probarlo. ¿Y acaso le has pedido a ______ que te cuente su versión de la historia? -le espetó su hermana-. Es mi amiga, Justin, y no voy a permitirte que la acuses de ese modo. Al menos podrías acercarte a ella y darle tus condolencias.

Justin enarcó una ceja.

-¿Por qué tendría que hacerlo cuando no le importa que su marido esté muerto? Además, las apariencias nunca me han importado. No voy a darle mis condolencias sólo por quedar bien ante ella o ante los demás.

Sandy gruñó desesperada y regresó junto a ______. Cuando los asistentes comenzaron a dispersarse, ambas subieron al Rolls Royce negro, y Henry, el chofer, puso el automóvil

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